
La relación entre el presidente valenciano, el popular Carlos Mazón, y el empresariado valenciano ha sufrido en los últimos meses un proceso de deterioro paralelo al aumento de la tensión política. Un desgaste que ha vivido su último capítulo con el pulso del Gobierno socialista de Pedro Sánchez y las comunidades autónomas del PP por la financiación autonómica, una de las pocas cuestiones que en la que se había consensuado una postura común desde hace una década entre populares y socialistas en Valencia.
En un gesto poco corriente, la patronal autonómica CEV y los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT, lanzaron un comunicado conjunto hace unos días en que reprochaban al PP valenciano lo que consideraban un intento de instrumentalizar la Plataforma por la Financiación Justa, la entidad en la que participan todos los partidos, salvo Vox, agentes sociales e instituciones de todo tipo.
Los populares habían pedido convocarla para que apoyase expresamente la exigencia del FLA extraordinario que el Gobierno central no ha aprobado este año y un fondo de nivelación transitorio. Dos medidas que los socialistas valencianos rechazan para presionar a Mazón para que se sume a la condonación planteada por Sánchez y Montero en el acuerdo con ERC.
El propio presidente de la CEV, Salvador Navarro, ha reivindicado ambas medidas, incluso con cartas a la propia Montero. Pese a ello, desde la patronal se considera que obligar a esta Plataforma a posicionarse sin consenso previo puede dinamitar un trabajo de años y debilitar aún más la cuestión de fondo: acabar con la infrafinanciación valenciana. De hecho, el propio Navarro, responsabilizó a los socialistas de frenar el frente común al haberse levantado de la última reunión bloqueando posibles avances.
El extremismo de Vox
Pero detrás de la unión pública exhibida por patronal y sindicatos también late la tensión con la Generalitat de Mazón y su partido tras haber aceptado cambios en los presupuestos exigidos por Vox vía enmiendas para sacarlos adelante, con recortes de fondos públicos tanto a unos como a otros. Aunque la CEV los ha asumido en público como un sacrificio para reforzar el dinero destinado a la reconstrucción, no ha gustado el mensaje que envían los partidos políticos y lo incluye dentro de una campaña para debilitar el valor del diálogo social.
Navarro volvió a reivindicar los logros de la negociación colectiva, que también consideró que se ve amenazada desde el Gobierno de Pedro Sánchez "a golpe de BOE" en la asamblea e CEV hace unos días. "El diálogo social no es una opción ideológica. Es una herramienta de gobernanza inteligente", recalcó tras asegurar que se quiere restar representatividad a organizaciones "legitimadas por décadas de trabajo serio y neutral".
Encuentro para reconducir la tensión
En su negativa a convocar la plataforma por la financiación, patronal y sindicatos también afearon que no se hubiese convocado desde enero a la Mesa de Diálogo Social después de que el Gobierno valenciano afease a los sindicatos sus críticas y las manifestaciones contra el propio Mazón por la gestión de la DANA.
En apenas unas horas el propio presidente convocó ese organismo con CEV, CCOOy UGT para el próximo miércoles en lo que apunta que será un intento de deshielo, una vez Mazón ya ha sacado adelante los presupuestos con el apoyo de Vox. La estrategia del presidente valenciano de trasladar una reconstrucción eficiente en parte depende de ese apoyo empresarial.