
Cuando están a punto de cumplirse seis meses de la mayor catástrofe de este siglo en España, las inundaciones por la DANA en Valencia, la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV) ha liderado un estudio en el que recoge su propuesta de actuaciones estratégicas para "repensar y "rehacer" las infraestructuras en la zona devastada y no sólo reponer lo destruido.
El informe cuantifica en 12.503 millones de euros las inversiones que se deben acometer "como mínimo" en infraestructuras para evitar que se repita un desastre similar y solucionar algunas de las grandes debilidades que el agua ha dejado al descubierto tras anegar parte de la tercera provincia por población y peso económico de España.
El trabajo titulado Rehacer y Transformar. Tras la DANA: Propuestas de futuro, en el que han colaborado una treintena de expertos de distintos ámbitos, hace hincapié en que es necesario "un plan extraordinario capaz de garantizar que lo ocurrido no vuelva a pasar", con la coordinación de todas las Administraciones. Una colaboración que ahora mismo se antoja difícil con el Gobierno central y la Generalitat Valenciana enzarzadas en culparse mutuamente.
"La coordinacion entre administraciones no existe", según resumió el propio presidente de CEV, Salvador Navarro, durante la presentación del informe. En sus conclusiones, los expertos ponen como ejemplo el Plan Sur que se acometió tras la riada de Valencia de 1957 y para cuya ejecución se necesitaron 12 años. Precisamente esa actuación, que supuso desviar del centro de Valencia con un nuevo cauce de 13 kilómetros, evitó una destrucción aún mayor.
Poco dinero y baja ejecución
Precisamente el análisis apunta claramente al déficit de inversiones en infraestructuras públicas en las últimas décadas en la zona afectada como una de las razones de que los efectos del agua hayan sido tan devastadores y de la magnitud de los problemas durante estos meses en una zona densamente poblada. Así, señala que desde 2008 el esfuerzo inversor de las Administraciones Públicas ha caído un 60% y en el caso de las infraestructuras hidráulicas ha llegado al 85%.
Un menor presupuesto para infraestructuras que, además, se ve agravado por una ejecución real que apenas llega al 56,5% del dinero asignado. "No tiene sentido que los planes aprobados asignaran unos cientos de millones de euros que luego solo se ejecutaron en un escaso porcentaje, mientras las dotaciones para atender los daños producidos por la DANA superan los miles de millones", recoge el documento.
Tras las riadas e inundaciones en varias zonas geográficas de la provincia, el informe hace especial énfasis en la necesidad de actuaciones en ingeniería hidráulica por valor de 1.763 millones. En su análisis, la conclusión de los expertos es tajante. "Puede afirmarse que, si se hubieran desarrollado las actuaciones previstas en diferentes planes, los daños patrimoniales y la pérdida de vidas humanas hubieran sido menores".
Entre las actuaciones urgentes que reclama se incluyen muchas que tienen poco de novedosas, ya que las actuaciones en el fatídico barranco del Poyo figuran en los planes de la propia Confederación Hidrográfica del Júcar del año 2000. No en vano la inundabilidad de esa zona no puede considerarse una sorpresa cuando en los últimos 250 años esa rambla ha registrado más de 100 crecidas según los datos de la propia Administración, "Es clara la insuficiencia de obras hidráulicas de regulación y laminación", resumen los técnicos.
Infraestructuras vulnerables
Las carencias y la vulnerabilidad que ha aflorado la DANA también afectan a otros ámbitos del día a día de los ciudadanos de todo el área metropolitana de Valencia, especialmente de L' Horta Sud, por lo que el grueso del volumen de inversión más elevado se concentra en actuaciones ferroviarias, con casi 7.300 millones de euros, y en carreteras, vías y puentes, por valor de de otros 2.093 millones.
Entre esas debilidades, se menciona el hecho de que el puerto de Valencia, el mayor de España por contenedores, sólo tenga un acceso, algo que el informe califica de "una situación excepcional y de riesgo extremo entre los puertos europeos de mayor importancia". Precisamente la V-30 que lo conecta estuvo cortada tras ser anegada por el agua.
El coordinador del estudio y expresidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil, Vicent Esteban Chapapría, incidió especialmente en las carencias en movilidad que siguen casi 6 meses después. Puso como ejemplo MetroValencia, que gestiona la empresa autonómica FGV y que no ha recuperado las líneas en L'Horta Sud. "Igual no deberíamos llamar Metro a un servicio que en ciertas zonas pasa cada 15 o 20 minutos", apuntó. Para el ingeniero, uno de los ejemplos de fallos en planificación es que el centro de control estuviese en una zona inundable, lo que tumbó toda la red durante semanas pese a que buena parte de ella estaba intacta.
Esteban Chapapría también quiso destacar que el estudio incluye propuestas "que no suponen un coste económico importante", como la coordinación institucional y la planificación de forma conjunta para todo el área metropolitana de Valencia, que incluye decenas de municipios a veces simplemente separados por una calle. "Ni las personas ni la naturaleza entienden de divisiones administrativas".