
Las inundaciones por la DANA en Valencia han tenido efectos en la cuenta de resultados del gigante ferroviario suizo Stadler, que ha visto como sus ingresos previstos para 2024 se redujeron debido a los retrasos por los problemas en la cadena de suministros de su filial en España, ubicada en Albuixech (Valencia), y otros desastres naturales en Suiza y Austria.
La empresa ha valorado en 350 millones de francos suizos (366 millones de euros) los ingresos que se han pospuesto en 2024 por los retrasos en la factoría valenciana, su centro de referencia mundial para locomotoras y también fabrica trenes y tranvías de pasajeros, por los efectos de la catástrofe.
Además de este dato, en su presentación de resultados la matriz suiza también cifró en 50 los pedidos que se han visto afectados en sus plazos de construcción, con atrasos que van de uno a cinco meses, aunque también apuntó que esos nuevos plazos no suponen necesariamente cambiar los plazos de entrega previstos con sus clientes.
Aunque las instalaciones de Stadler se ubican al norte de Valencia en una zona que no sufrió las inundaciones, varios almacenes externos con motores diésel y bogies resultaron gravemente dañados y durante varios días alrededor de 400 de sus 3.200 empleados no pudieron acudir a la planta por los cortes de carreteras.
Cadena de suministro
Pero el efecto más perjudicial y continuado lo han sufrido 40 proveedores anegados por el agua, que interrumpieron el suministro de los trenes. Una cadena de suministro en que la filial española sigue trabajando para poder garantizar su actividad, según Stadler.
En total, Stadler cuantifica en 200.000 horas de producción las que tuvo que posponer en 2024 por la DANA en la planta valenciana y que tendrá que recuperar en 2025 y 2026.
Efecto en los resultados
El grupo suizo vio reducidas sus ventas el año pasado aproximadamente un 10%, hasta 3.300 millones de francos suizos por los contratiempos en Valencia pero también por otros dos desastres naturales vinculados al cambio climático en Europa. A finales de junio de 2024, una tormenta inundó la llanura del Ródano y la planta del proveedor estratégico Constellium en Valais (Suiza). De las 1.200 toneladas de perfiles de aluminio almacenados por Stadler, 850 toneladas tuvieron que ser desechadas.
Además, en septiembre de 2024, una presa se rompió en Dürnrohr (Baja Austria) e inundó el centro de puesta en servicio de Stadler para los nuevos trenes de dos pisos KISS de ÖBB. También provocó la destrucción de un nuevo tren. Como resultado de estos desastres ambientales, la compañía recoge que el margen EBIT cayó al 3,1 por ciento, 2 puntos porcentuales menos que el año anterior.