Economía

La caída de los matrimonios en China despierta al monstruo demográfico que amenaza al país

  • En 2024 apenas superaron los 6 millones, menos de la mitad que en 2013
  • La caída de la estadística va ligada a una caída de la natalidad acuciante
  • El envejecimiento de la población condena la fuerza laboral en unas décadas
 

La crisis de los matrimonios confirma que el temor de China a un envejecimiento de la población para el que no encuentra freno está más que justificado. Las uniones matrimoniales apenas superaron los seis millones en 2024, una cifra que supone un mínimo histórico desde que se iniciaron los registros en 1986.

No por esperado este jarro de agua fría tiene mejor encaje. La caída de los enlaces matrimoniales desde los 7,7 millones de 2023 (año de repunte pospandémico) hasta los 6,1 millones que indican los últimos datos del Ministerio de Asuntos Civiles de China supone otro revés para los esfuerzos del Gobierno por revertir una crisis demográfica que amenaza a la segunda economía más grande del mundo: son menos de la mitad del pico alcanzado en 2013.

El número de matrimonios ha estado en un estado de descenso casi constante durante la última década; la cota de los 10 millones se perdió en 2019.

El hecho de que no se haya logrado alentar a más personas a casarse en un país de 1.400 millones de habitantes representa un desafío para un Gobierno que se encuentra en plena batalla por frenar la pronunciada caída de los nacimientos, y aún más cuando los divorcios dibujan una tendencia al alza.

En un discurso pronunciado en octubre, el presidente Xi Jinping pidió brindar una orientación más firme a los jóvenes para moldear su actitud hacia el matrimonio, la procreación y la familia. Entre otras medidas, se está eliminando en cada vez más localidades el certificado de matrimonio que se exige para registrar a los recién nacidos en aras de igualar los derechos de los padres solteros o las parejas no casadas con los de los casados; o se están ampliando las vacaciones para los recién casados. Pero ni así.

Según Ada Li, analista de Bloomberg Intelligence, "la combinación de un alto desempleo juvenil y de elevadas barreras al matrimonio podría haber reducido aún más el deseo de los jóvenes de casarse en 2024". Actualmente, los jóvenes están cada vez más preocupados por su futuro por lo que "es posible que hayan optado por la satisfacción de su felicidad personal en lugar de formar una familia". Y lo peor podría estar por venir ya que la experta no descarta que la tasa de matrimonios de China siga disminuyendo "a largo plazo".

La tasa de desempleo entre las personas de 16 a 24 años fue del 15,7% en diciembre pasado, casi un punto porcentual por encima de su nivel del año anterior, pero en descenso en los últimos meses incluso después de que China cambiara la metodología para calcular la cifra ante el máximo histórico que el desempleo juvenil alcanzó en 2023.

La situación de China es preocupante. En 2024 la población se redujo por tercer año consecutivo, un giro sísmico que se inició en 2022. El dato desluce la única buena nueva que recibió el país el año pasado: los nacimientos aumentaron ligeramente, una mejora que se atribuyó a la creencia de que el Año del Dragón es un año de buena suerte para tener hijos. Con todo, el año pasado se registró el segundo número más bajo de nacimientos desde la fundación de la República Popular China en 1949, lo que pone de relieve un riesgo persistente a largo plazo para la economía ante la anunciada reducción de la fuerza laboral que ejercerá presión sobre el crecimiento.

El último informe elaborado por el McKinsey Global Institute (MGI) sobre la caída de la natalidad y el envejecimiento de la población a nivel global incide en el caso de China, que podría llegar a perder "entre un 20% y un 50% de su población para 2100". Más en detalle, el estudio señala que en las economías avanzadas y China la población en edad de trabajar caerá al 59% del total en 2050, frente al 67% actual.

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