Economía

Un 97,2% de la mano de obra 'huye' de la construcción y pone al sector sobre el filo de la navaja

Foto: Dreamstime

La construcción ha sido históricamente uno de los sectores clave del mercado laboral español, pero en los últimos años parece que sufre de dificultades para encontrar trabajadores. Un nuevo estudio pone cifras a este problema: el 81,4% de la mano de obra ni siquiera se lo planteado, el 7,2% sí lo ha hecho, pero no ha dado el paso y un 8,6% ha trabajado en estas actividades, pero lo ha abandonado. La razón es que se considera un sector con condiciones laborales 'penosas', bajos salarios y pocas oportunidades de formación y progreso. Pero este 97,2% de trabajadores que rechazan trabajar en el sector da una idea de una dificultad para atraer talento que frena las posibilidades de modernización y 'profesionalización' de las propias empresas.

Durante los años inmediatamente anteriores a la crisis financiera, España vivió un 'boom' de la construcción que la mayoría de los analistas económicos califican como una 'burbuja inmobiliaria', cebada por las facilidades crediticias para hipotecarse. Esto se tradujo en una intensa demanda de mano de obra y unos sueldos altos que llevaron a no pocos jóvenes a abandonar sus estudios por estas nuevas oportunidades. Pero el estallido de la Gran Recesión barrió este panorama y, con ello, a cientos de miles de puestos de trabajo.

Quince años más tarde, la construcción se presenta como un sector muy diferente, que no depende de 'burbujas' y que ha sabido aprovechar la transformación de infraestructuras dentro y fuera de España, y, en el ámbito inmobiliario, las oportunidades que abren la rehabilitación y la denominada 'edificación verde'. Además, los problemas habitacionales se han vuelto a convertir en una prioridad social y política, como ocurría hace veinte años, que hacen que la construcción vuelva a ocupar un lugar primordial. Además, como un pilar de la modernización de la economía, ya que la tecnología ha transformado profundamente muchos procesos.

Pero esta apuesta optimista, que defiende el sector y el propio Gobierno en sus planes económicos, choca frontalmente con la reticencia de los trabajadores. Un análisis del Servicios Público de Empleo Estatal (SEPE) incide en que las "condiciones laborales desfavorables", en concreto el rechazo a las jornadas, horarios, sueldos o "penosidad" de los trabajos está provocando una auténtica "fuga de talento" en la construcción, así como en la hostelería y el comercio. Ello hace que "no resulten atractivos para muchos jóvenes, lo cual agrava la dificultad de cobertura", sobre todo en un contexto de envejecimiento de la mano de obra, especialmente relevante en actividades que exigen un elevado esfuerzo físico.

Las patronales, por su parte, hablan de una carencia de casi 700.000 profesionales para sostener la sostenibilidad del sector. Sin embargo, los planes para atraer mano de obra cualificada, empezando con la contratación en origen en el extranjero, han dado resultados muy pobres y han propiciado un choque entre los Ministerios de Trabajo e Inclusión. Está por ver si el nuevo reglamento de extranjería propicia la ansiada inyección de trabajadores en el sector, una fórmula a la que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero siguió en 2004. Pero la economía ha cambiado mucho en ese tiempo, y los trabajadores recién llegados tiene más oportunidades en el sector servicios para apostar por otras actividades también con alta demanda y en puestos menos 'duros' físicamente.

Un nuevo estudio impulsado por la compañía Knauf, uno de los principales fabricantes de materiales de construcción del mundo, en colaboración con el Instituto Nacional de las Cualificaciones, perteneciente al Ministerio de Educación, la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda de la Comunidad de Madrid, entre otras, constata este recelo tras realizar una amplia encuesta con más de 3.000 entrevistas.

La falta de exigencia frena la cualificación

El estudio detecta que solo un 2,8% de los encuestados trabaja actualmente en el sector, lo que arroja un saldo sorprendentemente bajo, cuando según el INE los trabajadores de la construcción suponen el 6,8% (muy por debajo del 13% que alcanzaron en 2013).

Además, 9 de cada 10 coinciden en que el sector necesita "profesionalizarse": solo un 16% de las personas que trabajan o trabajarían en el sector lo hacen por las posibilidades de "crecimiento profesional" o las "oportunidades de aprender un oficio". El 43,7% se centra en los salarios y el 33% en la estabilidad profesional.

La falta de expectativas de desarrollo profesional sorprende cuando en un sector que el 50,8% se considera "para jóvenes". El mismo porcentaje que para los parados un 43,7% para inmigrantes. Solo un 25,4% l ove una salida para personas que quieran dar un "giro a su carrera" y un 15,7% para los seniors.

Además, se aprecian las señales de una enorme brecha de género: solo un 23,7% lo ve una actividad que abra sus puertas las mujeres. Algo coherente con los datos del INE: aunque la media de ocupados en la construcción es del 6,8%, para los hombres es del 11,4%, frente a apenas un 1,4% entre las trabajadoras.

"Debemos mejorar la percepción errónea que hay sobre la retribución, las posibilidades de desarrollo profesional y la conciliación para atraer talento, especialmente para las mujeres", afirma el estudio, que lamenta el "desconocimiento generalizado" en las oportunidades para mejorar la formación dentro de esas actividades, así como la acreditación de competencias, cuando la cualificación es el factor clave en las expectativas salariales.

La clave, según Knauf es que "el acceso al sector de la construcción a menudo no exige formación". Y esto lleva a una "alta tasa de abandono en la FP de construcción y edificación", incide el estudio, lo que explica que se haya formado una "brecha clara entre profesionales altamente cualificados y operarios con poca formación y condiciones precarias". Por ello, considera imprescindible que las empresas apuesten por una mayor exigencia en las competencias requeridas para los empleos. La alternativa es caer en el mismo error que hace veinte años, cuando miles de jóvenes abandonaron los estudios por el 'ladrillo'.

Pero también ve fundamental que los educadores cuenten con la información necesaria para explicar los últimos avances y oportunidades en el sector a los estudiantes, un apoyo que el estudio también extiende a las familias. El estudio cuenta también con un apartado cualitativo, en el que habla con expertos de diversas organizaciones públicas y empresariales para detectar los retos a futuro y las estrategias para afrontarlos,

Así, destaca la necesidad de convertir el sector en una "opción atractiva" mediante la creación de una "carrera profesional clara y definida" que destierre la imagen de 'penosidad' asociada a los puestos de trabajo. "La modernización, la digitalización y el impulso de la sostenibilidad, son cruciales para este objetivo", incide.

Para ello apuesta elevar el nivel de profesionalización en todas sus áreas, "incluyendo la formación, la cualificación y el reconocimiento de las competencias". Algo que las empresas deben participar activamente, "promoviendo el proceso de acreditación de competencias" de los trabajadores.

Aunque también inciden en la necesidad de que esto llegue a todos los potenciales candidatos a través de campañas de comunicación. En este sentido, aboga por un "plan nacional" para identificar las especialidades que requieren un impulso específico, "generando estabilidad y atractivo en el sector a través de una estrategia económica sólida".

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