
España y Brasil están trabajando en un frente común para intentar desbloquear el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur. Durante la celebración del centenario de la constitución de la Cámara de Comercio Brasil-España (CCBE), el embajador de Brasil en España, Orlando Leite, y el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Jordi Hereu, enfatizaron en que las relaciones entre Iberoamérica y la Unión Europea son "estratégicas" y que desde ambos países van a trabajar porque finalmente este acuerdo de libre comercio salga adelante. "Nuestra apuesta por el acuerdo UE-Mercosur, más allá de las dificultades, es un elemento fundamental, porque creemos en el comercio internacional", dijo el ministro durante el acto.
El documento estuvo varias veces a punto de salir adelante, tras llevar 20 años aprobado esperando la firma de ambos bloques. El último atisbo de aprobación fue hace poco menos de un año, cuando España presidía el Consejo Europeo y Brasil ostentaba la presidencia pro tempore de Mercosur. Pero Francia y Argentina, cuando todavía estaba el antecesor de Javier Milei, Alberto Fernández, en la Casa Rosada, se negaron a firmarlo por considerar que el acuerdo estaba "obsoleto".
100 años de relaciones bilaterales a través de la Cámara
En la cena de gala de la decana entre las instituciones bilaterales en España, que congregó a más de 200 personalidades del ámbito de la economía y la empresa, la presidenta de la CCBE, Trinidad Jiménez, aseguró que en estos 100 años de actividad de la entidad se han creado lazos empresariales. Actualmente, reiteró, las cámaras de comercio adquieren "un papel muy importante" debido a una "creciente complejidad competitiva y de internacionalización".
En este sentido, reiteró que si la Cámara de Comercio "tuvo sentido en el momento en que se creó, hace ya diez años, hoy lo tiene todavía más".
Actualmente cuentan con 125 empresas asociadas, tanto brasileñas como españolas, que representan el 90% de la inversión española en el país americano, un total de 63.000 millones de dólares en la última década. "El actual objetivo es afianzarnos como un centro empresarial de referencia en estas relaciones entre Brasil y España, siempre bajo los principios de colaboración público-privada y de promoción de la actividad empresarial", dijo la presidenta.
Jiménez destacó que "tenemos muy presente que este ámbito comercial y de negocios contribuye notablemente al fortalecimiento de nuestras relaciones bilaterales. Estos lazos que se han ido construyendo a lo largo de los años es lo que ha llevado a que Brasil sea considerado por España un socio estratégico, no sólo en la región, sino en el mundo".
El responsable de Industria del Gobierno español ha puesto en valor que las empresas españolas han contribuido al desarrollo de Brasil, pero en ese país también "han aprendido mucho", ya que España se sitúa actualmente como el segundo gran inversor en el país, con presencia en sectores como el financiero, el de seguros, la energía, las infraestructuras o las telecomunicaciones.
Además, el ministro aprovechó su intervención en el encuentro para hacer un llamamiento a las empresas brasileñas para que inviertan en España, dada la apuesta por la reindustrialización, la transformación digital o la sostenibilidad, gracias a los fondos europeos Next Generation EU.
Hereu expresó que es voluntad del Gobierno seguir desarrollando las relaciones institucionales, políticas, económicas y empresariales entre ambos países. "Para nosotros, Brasil es un socio fiable", dijo.
En este sentido, el embajador del país carioca en Madrid fue muy claro y reiteró que "es lamentable" que algunos países sigan obstaculizando el acuerdo "ya que se están perdiendo oportunidades para el comercio, el empleo, la inversión y la promoción tecnológica".
El acuerdo comercial sigue en el cajón
Según la versión oficial, Francia se niega a firmar el acuerdo porque no contiene elementos como la biodiversidad o el clima en materia de producción agraria. Pero fuentes sindicales agrarias francesas consultadas por elEconomista.es aseguran que trasladaron a Macron su negativa al acuerdo porque "no se exigen los mismos criterios ambientales y eso hace que juguemos en desigualdad con los productos de Mercosur".
En estos momentos, tal y como están las cosas en Francia con el ascenso de la ultraderecha, a Macron no le viene nada bien otra revuelta agraria y por eso está intentando retrasar la firma del acuerdo, máxime con unas elecciones legislativas a la vuelta de la esquina.
Del lado Argentino parece que la postura ha cambiado con la llegada de Javier Milei al poder. En su visita a Berlín el pasado domingo, tanto él como el canciller alemán, Olaf Scholz, estuvieron de acuerdo en dar un empujón a las negociaciones del acuerdo. "Ambos acordaron que las negociaciones sobre el tratado deben finalizar rápidamente", dijo el portavoz jefe de Scholz, Steffen Hebestreif, a través de un comunicado.
Sea como fuere, el acuerdo que genera un mercado para casi 800 millones de consumidores sigue en el cajón. Orlando Leite reiteró que su ratificación y firma sería "un hito histórico" que beneficiaría tanto a Brasil como a España y a sus socios regionales.