Economía

La inflación vuelve a morder al Banco de Inglaterra y fulmina la bajada de tipos en junio

  • El IPC de abril cayó menos de lo esperado por los economistas
  • La mayor decepción viene de una inflación de servicios que no cede
  • Los datos ponen incluso en duda la bajada de tipos en agosto
Foto: Alamy

La inflación volvió a hacer de las suyas en abril en Reino Unido, mostrando unas cifras por encima de lo esperado. La primera derivada es que estos números echan abajo una primera bajada de los tipos de interés en la reunión de junio del Banco de Inglaterra (BoE) por sus siglas en inglés. Aunque poco a poco el mercado se avenía a la tesis de un comienzo de la flexibilización monetaria a la par que el Banco Central Europeo (BCE), este revés de abril pone incluso en duda la primera bajada en agosto.

La subida de los precios tras la pandemia ha llegado a golpear con dureza a Reino Unido más que a EEUU y a Europa. Aunque la senda de desinflación está siendo remarcable, la inflación todavía depara quebraderos de cabeza a una economía todavía pendiente de los efectos del Brexit y con un horizonte político incierto ante unas elecciones los próximos meses que podrían suponer la salida del poder de los conservadores tras 14 años. El tener que esperar para bajar unos tipos de interés en máximos desde 2008 que están apretando las tuercas a muchas familias británicas no ayuda.

El mes pasado, el índice de precios al consumo (IPC) cayó menos de lo esperado por los economistas, retrocediendo de un 3,2% interanual a un 2,3% (se esperaba un 2,1% y algunos analistas incluso vaticinaban una cifra por debajo del 2%), según las cifras publicadas este miércoles por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS). Siguiendo el mismo patrón, la inflación subyacente (sin energía, alimentos, alcohol y tabaco), retrocedió del 4,2% al 3,9% frente al 3,6% que se esperaba. De poco ha valido que la cifra de IPC general haya sido la más baja desde el verano de 2021 y se haya acercado tanto al objetivo del 2% del banco central.

"La publicación de hoy ha sido un pequeño golpe para el Banco de Inglaterra y el primer ministro, Rishi Sunak. La inflación está ahora más cerca del objetivo del 2% de lo que ha estado en tres años. Y está por debajo de las tasas de la eurozona (2,4%) y de EEUU (IPC 3,4%, PCE 2,7%) por primera vez en dos años", valora tras el dato Paul Dales, analista de Capital Economics. El descenso generalizado, apunta el economista, se debió en gran medida a la caída del 12% intermensual de los precios de los servicios públicos, debida a la reducción del tope de precios de la oficina energética pública (Ofgem) el 1 de abril, y a una nueva bajada de la inflación de los alimentos, del 3,9% al 2,8%.

Pero lo más decepcionante, reseña Dales, es que la inflación de los servicios solo cayó del 6% interanual al 5,9% (el BoE estimaba un 5,2%), lo que sugiere que la persistencia de la inflación nacional se está desvaneciendo incluso más lentamente de lo que el Banco de Inglaterra había supuesto. La inflación de los restaurantes/hoteles pasó del 5,8% al 6% y la de los servicios culturales (conciertos, cines, etc.) del 5,4% al 8,3%. Esto, unido a la reducción de la inflación subyacente menor de lo esperado puede significar que las empresas están repercutiendo en sus precios de venta parte de la subida del salario mínimo desde el 1 de abril, explica Dales.

Las expectativas de los tipos de interés quedan totalmente afectadas por los datos. "A pesar de que todavía faltan los salarios y la publicación del IPC antes de la reunión del Banco de Inglaterra del 20 de junio, parece que un recorte en esa fecha es muy poco probable. Incluso un recorte en agosto parece un poco más dudoso", sostienen desde Capital Economics. El mercado ha borrado la primera bajada de junio, que estaba en juego hasta ayer, y duda bastante con la de agosto. Los swaps descuentan con ciertas garantías el primer recorte para noviembre, tres meses más tarde de lo que se venía apostando estos días.

En su reunión del pasado 9 de mayo, el Banco de Inglaterra había dejado abierta la puerta al recorte de tipos en junio. Un miembro más del Comité de Política Monetaria se sumó al bando de las palomas pidiendo un recorte ya, lo que junto al optimismo mostrado por el gobernador Andrew Bailey en la rueda de prensa se interpretó como una señala dovish. El propio Bailey dijo anoche que esperaba "una caída considerable" de la inflación de abril hasta "mucho más cerca del objetivo de lo que estaba antes". La cifra publicada este miércoles ha echado un jarro de agua fría sobre esas palabras.

"La caída de la inflación se acerca al objetivo del Banco de Inglaterra, pero puede no ser suficiente para influir en un pronto recorte de tipos", opina Yael Selfin, economista jefe de KPMG UK. "Esto puede que todavía no sea suficiente para convencer a los miembros más cautelosos del Comité de Política Monetaria de que se comprometan a un recorte de tipos en junio". "Si los datos siguen siendo tan sólidos, es poco probable que se realicen recortes este verano y es posible que sea necesario volver a poner sobre la mesa las subidas de tipos bancarios", se muestra más expeditivo Tomasz Wieladek, economista jefe para Europa de T. Rowe Price.

"Nuestra previsión es que la bajada de los precios de la energía y el rápido desvanecimiento de la persistencia (debido a la anterior debilidad de la economía) harán que la inflación caiga por debajo del 2% en los próximos meses y quizás incluso cerca del 1% a finales de año. De ser así, el Banco de Inglaterra podría acabar recortando los tipos de interés del 5,25% actual al 3% el año que viene. Pero ahora estamos un poco más preocupados por esa previsión y puede que no ocurra tan pronto", zanja Dales.

El primer ministro Sunak ha hecho de la reducción de la inflación uno de sus objetivos clave el año pasado, aunque aliviar las presiones sobre los precios no ha resultado en una mejora en la posición del gobernante Partido Conservador en las encuestas. La oposición laborista lidera con cerca de 20 puntos porcentuales a pesar de que una serie de indicadores económicos muestran que la economía ha dado un giro positivo después de una leve recesión el año pasado.

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