Economía

La inflación da un muy leve respiro a EEUU: el IPC subyacente de abril subió 'solo' un 0,3% mensual

  • Había preocupación tras tres lecturales mensuales subyacentes del 0,4%
  • La tasa interanual del IPC subyacente (3,6%) es la más baja en tres años
  • El mercado redobla la apuesta por un primer recorte de tipos en septiembre
Foto: iStock

La inflación no está dando precisamente alegrías en EEUU en este primer tramo del 2024, pero este miércoles sí que ha concedido un leve respiro. El índice de precios al consumo (IPC) subyacente (excluye la energía y los alimentos, siempre más volátiles), se ajustó a las previsiones de los analistas y subió un 0,3% intermensual en abril, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo de EEUU. El dato llega después de tres lecturas consecutivas (de enero a marzo) en el 0,4% que han vuelto a encender las alarmas, dando al traste con la positiva senda de desinflación registrada en 2023. Este dato evita que el escenario se ponga peor y ensancha el pasadizo para que la Reserva Federal pueda empezar a recortar los tipos de interés en septiembre tras complicársele mucho el calendario.

La prueba de que el margen para las bajadas de tipos es aún estrecha la traen las lecturas interanuales. Aunque se han ajustado a lo esperado por los economistas, el 3,4% del IPC general (baja una décima respecto a marzo) y el 3,6% del subyacente (cae dos décimas y marca la lectura más baja en tres años) todavía se sitúan lejos del objetivo del 2% que se marca la Fed. No obstante, los mercados se han quedado con el alivio experimentado en el dato subyacente, que ha hecho que aumenten las apuestas por un primer recorte de tipos del banco central en septiembre (el mercado descuenta más de un 80% de probabilidades). Asimismo, los swaps vuelven a acercarse a los dos recortes de tipos (50 puntos básicos) para 2024, tras venir descontando apenas bajada y media. A esto ha contribuido el débil dato de ventas minoristas en abril, con una lectura plana frente al 0,4% esperado. Aunque se espera que esta última métrica no impida un fuerte segundo trimestre de la economía, ha sido el complemento perfecto para los datos de inflación en esta jornada.

Todo esto se ha notado en los bonos del Tesoro, con una caída de los rendimientos de varios puntos básicos tanto en la nota a dos años, la más vinculada a la trayectoria inmediata de los tipos de interés, como en la nota a 10 años, la de referencia. El rendimiento del bono a dos años ha llegado a retroceder hasta el 4,73%, mientras que el del bono a 10 años ha fluctuado hasta el 4,34%, recuperando ambos después algún punto básico. En las divisas también se ha reflejado esta inercia, con el dólar llegando a perder más de un 0,45% frente al euro en los primeros segundos tras el informe de la BLS. El júbilo también ha llegado a las bolsas, con subidas en Wall Street al arranque de la jornada y en Europa.

Estos datos de IPC llegan 24 horas después de conocer que la inflación de precios al productor (IPP) arrojó una lectura del 0,5% intermensual (tanto en el índice general como en el subyacente) más fuerte de lo esperado, aunque con matices positivos. "El aumento ligeramente más modesto del 0,3% intermensual del IPC subyacente en abril es incluso mejor de lo que parece, sobre todo teniendo en cuenta que ya sabemos que los componentes del IPP que alimentan el deflactor del consumo (PCE) subyacente, el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, fueron, en conjunto, más débiles de lo esperado. A título orientativo, estimamos que el PCE subyacente (cuyo dato se conoce más tarde que el de IPC) aumentó en torno al 0,2% intermensual (en abril)", explica Paul Ashworth, de Capital Economics. "En conjunto, todo esto es coherente con la reducción de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en septiembre", alicata el experto.

Más allá de la moderación, el IPC subyacente se vio impulsado por otro elevado aumento del 1,8% intermensual en los seguros de automóviles y del 0,6% intermensual en los servicios hospitalarios. En el siempre observado apartado de vivienda, fuente clara de las presiones inflacionarias en las últimas lecturas, tanto los alquileres de primera residencia como los alquileres equivalentes de los propietarios aumentaron un 0,4% intermensual, igual que en marzo. Sin embargo, mientras que juntos representan el 42% del IPC subyacente, solo suponen el 17% de la cesta del PCE subyacente.

Siguiendo con la cesta del IPC, el aumento del 1,2% intermensual de los precios de la ropa es digno de atención, pero los precios de los bienes duraderos cayeron un 0,1% intermensual, gracias a los descensos de los precios del mobiliario doméstico y de los vehículos de motor. El IPC general aumentó un 0,3% intermensual debido sobre todo a un incremento de los precios de la gasolina del 2,8%, pero los precios de los alimentos se mantuvieron sin cambios, con una caída de los precios de la comida en el domicilio del 0,2%.

"El índice de precios al consumo de abril es un pequeño paso en la dirección correcta, pero no justifica ningún cambio en nuestra previsión de que el primer recorte de tipos por parte de la Reserva Federal se produzca en septiembre, seguido de otro en diciembre. El aumento del IPC, menor de lo previsto, aumenta nuestra probabilidad subjetiva de un recorte de los tipos, ya que esperamos modestos aumentos intermensuales del IPC en los próximos meses, a medida que la estacionalidad residual pase de ser un apoyo a principios de año a ser un lastre", valora Ryan Sweet, de Oxford Economics.

Para el economista, en conjunto, el IPC y las ventas minoristas encajan en la narrativa paciente de la Fed, en lugar de añadir leña al debate sobre la reanudación de la subida de tipos de interés por parte del banco central. "La política monetaria es restrictiva y la Fed se siente cómoda manteniendo su postura actual por ahora. Si la inflación y la economía siguen nuestro guión, es probable que se produzcan recortes de tipos en septiembre. Recuerde, si la Fed espera a ver los ojos de una desinflación significativa, será demasiado tarde y la economía pasará apuros", agrega.

La vivienda, continúa Sweet, sigue siendo la principal fuente de los problemas de inflación, pero la desinflación sigue en marcha: "Parece que se necesita más paciencia de lo que se pensaba, ya que el desfase entre los nuevos contratos de arrendamiento firmados y el componente de vivienda del IPC ha sido mayor de lo que se pensaba".

"La Reserva Federal necesita que la inflación de la vivienda y la inflación de los servicios, en general, recojan el testigo desinflacionista de los bienes para que las cifras principales sigan descendiendo hacia el objetivo de la Reserva Federal de forma sostenible. La inflación de bienes ya se encuentra en niveles pre-pandémicos, por lo que no hay mucho margen para que este componente siga liderando la carga", explica Felipe Villarroel, gestor de TwentyFourAM (boutique de Vontobel).

La inflación de la vivienda, continúa el analista, está relacionada con varios factores y la mayoría de ellos han contribuido al aumento de los alquileres. El más importante ha sido el repunte de los precios de los inmuebles residenciales, pero también hay que mencionar; los altos tipos de interés que dificultan la compra, un mercado de la construcción deprimido y unas normas de préstamos más restrictivas por parte del sector bancario. Algunos de estos factores muestran tendencias más alentadoras, como la recuperación de las ventas de viviendas ya existentes y una ligera mejora de las normas de concesión de préstamos. Pero, por otra parte, los precios de la vivienda vuelven a subir.

En cuanto a la inflación de los servicios, excluida la vivienda, termina Villarroel, uno de sus principales motores es la inflación salarial, de ahí que haya que seguir vigilando los datos que vienen de un mercado laboral que solo en abril mostró los primeros síntomas patentes de enfriamiento: "Las empresas de servicios suelen derivar una gran parte de sus costes de los salarios y, por tanto, es difícil que este componente mejore significativamente a menos que la inflación salarial retroceda. Esto está ocurriendo con los ingresos medios por hora, creciendo a niveles pre-pandémicos mes a mes en las dos últimas lecturas. Aunque estas cifras aún no son suficientes para calificarlas de tendencia, los datos son alentadores".

Por último, Sweet, de Oxford Economics, hace un apunte sobre la influencia en el IPC de los aranceles adicionales aprobados esta semana por la Administración Biden sobre China, en particular sobre los vehículos eléctricos, los semiconductores, la energía solar y las baterías: "No tendrán un impacto notable sobre la inflación o el PIB de EEUU, según nuestros modelos".

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