
El Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) ha mantenido este jueves por sexta reunión consecutiva los tipos de interés en el 5,25%, nivel que alcanzaron el pasado mes de agosto y el más alto desde 2008. Nuevamente, como viene ocurriendo con las últimas reuniones del Comité de Política Monetaria del banco central, el interés ha radicado en buscar pistas sobre cuándo llegarán los recortes de tipos. Los pequeños guiños hechos por la Vieja Dama, como se conoce al organismo, en esta última reunión dejan la puerta abierta a que el banco central se sume a su 'hermano' continental (el Banco Central Europeo) y baje los tipos ya en su reunión de junio con independencia de que el gigante al que mira todo el planeta, la Reserva Federal de EEUU, los recorte más adelante o tenga mayores o menores problemas para hacerlo. El impulso liderado en Europa primero por Suiza y luego por Suecia ganaría tracción.
Dos han sido los indicios para analistas y operadores de mercado hayan vuelto a poner los ojos en junio, cuando la apuesta venía siendo para agosto y con dudas. Por un lado, la siempre observada votación del Comité, una deferencia que tiene siempre la Vieja Dama y que omiten otros homólogos. Como se preveía, se ha saldado con un 7-2. De los nueve miembros, siete han votado a favor de mantener los tipos (fueron ocho en marzo) y dos a favor de recortarlos ya (uno solo en la última reunión). Respecto a la reunión de marzo, el bando de las palomas ha ganado para la causa a Dave Ramsden, que se ha sumado a Swati Dhingra. No es un mero detalle que este movimiento lo haya hecho el 'número dos' del Comité.
Existían rumores de que el gobernador, Andrew Bailey, se podría unir a los dovish, lo que hubiera hecho el mensaje mucho más nítido. Con todo, el propio Bailey ha reconocido en la rueda de prensa tras la decisión que es "optimista" y que "la cosa va por buen camino". De hecho, se ha resistido a negar el recorte de junio y, en un comentario que ha llamado bastante la atención, ha planteado que la senda de relajación de la restrictiva política monetaria será mayor que la que descuentan los mercados.
"La disidencia de un miembro interno (del Comité) es bastante rara y debe ser tomada como una fuerte señal de que el BoE está listo para recortar los tipos", ha opinado Michael Brown, estratega de Pepperstone Group en Londres. "Esto representa un nuevo giro moderado por parte del Comité, aumentando la probabilidad de que el primer recorte del tipo bancario se realice en la próxima reunión en junio".
El otro indicio ha venido con las previsiones de inflación del banco central, que han bajado respecto a las últimas proyecciones, dadas a conocer en febrero. El BoE las ha situado en el 2,6% dentro de un año (2,8% en las proyecciones de febrero), en el 1,9% dentro de dos años (antes 2,3%) y el 1,6% dentro de tres años (antes 1,9%).
La prueba de que el mercado ha comprado esta óptica es que los bonos del Estado (gilts) han subido (ha caído su rendimiento) y la libra se ha dejado hasta un 0,3% frente al dólar después de la decisión. Los operadores descuentan ahora una posibilidad cercana al 60% de que el primer recorte de 25 puntos básicos se produzca el mes que viene y continúan valorando completamente un recorte en agosto. Los mercados ahora compran un total de 59 puntos básicos de recortes en 2024, en comparación con los 54 puntos básicos anteriores. Sigue lejos la perspectiva de tres recortes este año para los inversores.
"El BoE (...) ha dado la impresión de que está cada vez más cerca de recortar los tipos. Creemos que unos datos débiles sobre la inflación y los salarios podrían bastar para inducirle a recortar los tipos en la próxima reunión de junio, si no en la siguiente de agosto. Y nuestra previsión de que la inflación caerá a sólo el 1% a finales de este año implica que el banco central reducirá los tipos al 3% el próximo año, en lugar del 3,75%-4% que esperan los inversores", valora en una nota para clientes Paul Dales, de Capital Economics.
"Por el momento, nos parece que el Comité puede estar en camino de recortar los tipos en la reunión de agosto si los datos de inflación y salarios evolucionan como espera. Pero si estamos en lo cierto al esperar que los datos entrantes sean más suaves, el banco podría recortar los tipos en la próxima reunión de junio (nótese que hay dos publicaciones sobre inflación y mercado laboral entre ahora y entonces)", remata Dales. Ampliando el horizonte, el analista asegura que si la inflación cae tanto como contemplan sus previsiones (al 1% interanual a finales de este año), el BoE no se verá disuadido por la ralentización en la relajación de la Reserva Federal (y el ligero debilitamiento de la libra) o por unas elecciones generales en el Reino Unido en otoño. El componente político ha estado presente con las presiones del gabinete conservador de Rishi Sunak para que el BoE bajara ya los tipos y aliviara ya la situación económica de muchos ciudadanos a meses de unas decisivas elecciones con malos augurios para los tories.
"El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra ha mantenido los tipos y no ha modificado en general su orientación futura. La inflación avanza en la dirección correcta, pero ¿lo hace lo bastante rápido? El mercado valora ahora en un 60% la posibilidad de un recorte de tipos de 25 puntos básicos en junio, una probabilidad que ha oscilado entre el 25% y el 75% en el último mes. La elección entre junio y agosto está muy reñida, y es probable que los detalles de los próximos datos inclinen la balanza", suscribe Kit Juckes, de Société Générale.
Dejar los tipos sin cambios, según las previsiones del BoE, produciría un aumento en el desempleo al 5,9% para fines de 2026, un punto más que si los tipos siguieran el camino del mercado y muy por encima del nivel actual del 4,3%. En cuanto a la economía, el BoE estima que la recesión superficial del año pasado ha terminado y que la economía crecerá un 0,5% este año y un 1% en 2025. Eso es una mejora con respecto a su pronóstico de febrero de 0,25% y 0,75%.
Los funcionarios también pronostican una gran mejora en los niveles de vida, con un crecimiento salarial promedio del 5,25% este año, muy por encima de la inflación. El ingreso real de los hogares después de impuestos aumentará ahora un 1,75% este año, por encima del promedio del período 2010-2019, aunque parte de la mejora fue impulsada por estimaciones de población más altas.
El banco también ha reflejado que "los indicadores clave de la persistencia de la inflación se están moderando", aunque la inflación de salarios y servicios sigue siendo demasiado alta. Asimismo, el Comité reconoce señales de que el mercado laboral también se está relajando y afirma que no está más ajustado ahora que antes de la pandemia.
Sin embargo, lo cierto es que el Comité sigue dividido sobre cuándo podrá reducir los tipos. Catherine Mann, Jonathan Haskel y Megan Greene, de la facción más halcón, han mostrado recientemente su renuencia a respaldar un recorte en inmediato, citando un fuerte crecimiento salarial y la inflación de los servicios.