Economía

La OTAN cumple 75 años: los retos de una alianza que necesita reforzar la defensa de Europa

  • La amenaza rusa y la sombra de Trump fuerzan un aumento del gasto militar de los miembros
  • El fondo europeo de rescate se ofrece para financiar inversiones en defensa
  • El cártel propone crear un fondo de 100.000 millones para apoyar a Ucrania durante 5 años
La OTAN cumple 75 años este 4 de abril. Foto: Dreamstime
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La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebra hoy su 75 cumpleaños, tres cuartos de siglo en los que la alianza ha ido creciendo e incorporando nuevos miembros para construir una red de defensa colectiva. La OTAN se fundó el 4 de abril de 1949 para organizar una defensa común frente a la amenaza de la Unión Soviética, y tres cuartos de siglo después vuelve a cobrar importancia para proteger a Europa de su vecino del este. El aniversario de la alianza llega en un momento en el que se está planteando cómo reforzar la protección de Europa, con la sombra de Donald Trump y sus exigencias de que se cumplan los compromisos de inversión en defensa por parte de los miembros, bajo amenaza de dejar de protegerlos. Se necesita un aumento de miles de millones de euros en gasto para defensa para cumplir con el pacto de invertir el 2% en este esfuerzo, y Europa está planteando distintas fórmulas. Una de ellas, hacer uso del fondo de rescate (MEDE), el mecanismo cuya existencia fue clave hace 12 años para evitar la crisis de deuda soberana en la zona euro.

En su 75 cumpleaños, la OTAN se encuentra en un momento importante de su historia. La Organización necesita blindar Europa frente a la amenaza rusa, después de más de dos años de guerra abierta en Ucrania, y Estados Unidos, el líder de la alianza, presiona a los países miembros del Viejo Continente para que cumplan con el compromiso de inversión en defensa que llevan años eludiendo: gastar un mínimo del 2% de su PIB en defensa. La posible llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, si gana las elecciones del próximo mes de noviembre, promete crear tensiones en la Organización, ya que ha amenazado con dejar de defender a aquellos países que no cumplan con este convenio.

"La perspectiva de una segunda administración de Trump en Estados Unidos ya ha catalizado conversaciones entre otros miembros de la OTAN sobre reformas radicales para aumentar el gasto en defensa, ante la perspectiva de que Estados Unidos vuelva al aislacionismo previo a 1941", explica Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier. Y esto, una salida de Estados Unidos de la defensa de Europa, es algo que el Viejo Continente no se puede permitir en este momento. Hay analistas, como el filósofo Gabriel Albiac, que llevan años avisando de que Estados Unidos está perdiendo el interés en el Viejo Continente y que está rotando sus esfuerzos hacia otras zonas, como el Sudeste asiático.

La realidad es que no son pocos los países europeos que no cumplen con sus compromisos con la OTAN: más de la mitad de Europa no alcanza la inversión en defensa a la que se ha comprometido. España es uno de esos países, con un gasto en defensa en 2023 del 1,26% de su PIB, algo que forzaría a nuestro país a incrementar el gasto en cerca de 10.000 millones de euros para poder cumplir con las exigencias estadounidenses. Sólo Luxemburgo y Bélgica dedican una porción menor de su PIB que España a este esfuerzo, mientras que Francia, Italia, Alemania, República Checa, Rumanía, Bulgaria, Croacia, Turquía, Países Bajos y Noruega también deberán aumentar su gasto en defensa para alcanzar el 2% del PIB.

Un aumento milmillonario de la inversión en defensa

El compromiso de Europa para aumentar su inversión en defensa parece asumido. En las últimas semanas, la retórica de varios líderes de la Unión, como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, o de Emmanuel Macron, presidente de Francia, así como de Margarita Robles, ministra de Defensa de España, han tenido tintes belicistas, asegurando que la amenaza de Rusia es real y que Europa debe estar preparada para defenderse de su vecino del este.

Para ello se necesitan decenas de miles de millones de euros en inversión, y no hay que olvidar que para la OTAN también es ahora importante financiar la defensa de Ucrania, el país que ya está combatiendo a Rusia en su terreno, otro esfuerzo que los países miembros de la alianza tendrán que financiar. De hecho, parece que ya se está formando una propuesta en firme, que se votará en el encuentro de la Organización el próximo mes de julio en Washington, ya que Jens Stoltenberg, el secretario general de la OTAN, ha propuesto la creación de un fondo de 100.000 millones de dólares entre los miembros de la alianza para financiar la defensa de Ucrania durante los próximos cinco años.

"Debemos cambiar las dinámicas de nuestro apoyo", ha señalado Stoltenberg esta semana. "Tenemos que asegurar una asistencia de seguridad predecible y en la que Ucrania pueda confiar a largo plazo, para que no dependamos tanto de contribuciones voluntarias, y sí en compromisos de la OTAN, menos en ofertas de corto plazo, y más en compromisos de varios años", considera.

Fuentes de Bloomberg también destacan que la propuesta de Stoltenberg incluye que la OTAN pase a dirigir el grupo que ahora lidera sólo Estados Unidos que se encarga de coordinar las entregas de armamento a Ucrania, el Grupo de Contacto de Defensa para Ucrania. Si la dirección de esta herramienta recae en la OTAN en su conjunto, y no sólo en Estados Unidos, esto protegería el sistema ante la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones en noviembre y decida alejar a Estados Unidos de Europa.

Al margen de la inversión en la defensa de Ucrania, una opción que se está barajando en este momento para que los miembros de la Unión puedan alcanzar su objetivo de inversión en defensa tiene que ver con el fondo de rescate que la UE configuró en los años de la crisis de deuda para proteger a la Unión en momentos de graves dificultades. El Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) se creó para financiar a los miembros de la Unión que lo necesitasen en momentos de extrema urgencia, y hasta la fecha no se ha tenido que hacer uso de él. Sólo su aparición fue suficiente en 2012 para calmar las primas de riesgo de algunos países europeos, como España, Italia, Portugal o Grecia, en el peor momento de la crisis aquel año. También se llegó a plantear echar mano de él durante la pandemia de Covid.

Ahora, mientras se discuten las distintas formas de aumentar el gasto militar en el Viejo Continente, el Mede ha surgido como una posible vía de financiación a este esfuerzo. A día de hoy, la capacidad del fondo supera los 400.000 millones de euros, una cantidad suficiente para poder cubrir las necesidades de inversión de los miembros durante un tiempo.

El uso del Mede en esta ocasión parece una réplica de la creación de los fondos Next Generation que Europa lanzó para combatir la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus, y que también se ha utilizado para financiar la transición energética en el continente, con el objetivo de aumentar la generación de energías verdes en el bloque. Con Next Generation se pusieron sobre la mesa 750.000 millones de euros, y no cabe duda de que las necesidades de inversión en defensa son ahora una gran prioridad en Europa, por lo que hacer uso de los 400.000 millones del Mede no parece una opción descabellada.

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