La inflación retoma los descensos que no veía desde junio. Tras los dos meses de estancamiento, el Índice de Precios de Consumo (IPC) cedió tres décimas hasta el 3,2%, su menor nivel desde agosto, mientras la inflación subyacente (la que no mide la evolución de los alimentos no elaborados ni productos energéticos por su volatilidad) volvió a descender, en su caso siete décimas, hasta el 4,5%. Gasolinas, paquetes turísticos y alimentos están detrás de la tendencia descendente.
A falta del dato definitivo que publicará el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 14 de diciembre, el nivel de inflación de noviembre tiene especial relevancia porque sobre él se calcula la inflación media (diciembre 2022 - noviembre 2023), que se utilizará para revalorizar en 2024 las pensiones contributivas, ligadas a IPC. Así, si el índice general se confirma en el 3,2%, la media de ese periodo de referencia ascenderá al 3,76% frente al 8,5% del año pasado.
Además, el dato anual sentará las bases para la negociación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que comienza mañana. Aunque la media no está vinculada a la renta mínima, sí será una 'línea roja' del Gobierno para garantizar que los beneficiarios del salario mínimo no pierdan poder adquisitivo. Según ha trasladado en los últimos días la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en sus cálculos ya contaba con que la inflación media se situará en el entorno del 3,7%-3,8%, lo que llevaría al SMI a, como mínimo, los 1.120 euros.
Esta tendencia a la baja se explica en el mayor abaratamiento de los carburantes y los paquetes turísticos que un año atrás y a una menor subida de los precios de los alimentos (el mes pasado dejaron atrás la cota del 10%). Fueron los precios de la electricidad los que tiraron al alza del índice, al bajar menos de lo que lo hicieron en noviembre de 2022.
Desde el Ministerio económico que dirige la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, destacan la senda descendente de la inflación subyacente: "Con ello, los salarios siguen ganando poder adquisitivo y las empresas españolas competitividad aumentando su cuota de mercado, incluso en el difícil contexto internacional", ha resaltado el departamento en un comunicado.
El guion se repite en la evolución mensual. El IPC registró un descenso del 0,4% entre octubre y noviembre, poniendo fin a una racha de cinco meses consecutivos de alzas mensuales y situándose en negativo por primera vez desde enero. En este caso, la gráfica dibujada por la subyacente es al alza aunque con moderación en la subida tras repuntar un 0,1% frente al 0,4% de la medición intermensual anterior.
El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) -el que utiliza Bruselas para sus estadísticas por países- situó su tasa interanual en el 3,2%, tres décimas menos que el mes anterior, mientras que su mensual estimada fue del -0,6%.
De cara al año que viene, desde ING Economics proyectan la extensión del proceso de deflación que lleve a una inflación media en 2024 del 3%, aunque esperan un aumento del índice general en los meses de invierno. Los economistas indican que "la economía española ya se enfrió bruscamente en el tercer trimestre de este año y se espera que esta desaceleración continúe en el cuarto trimestre, lo que hará que la economía comience el nuevo año con una nota débil".
Según indican, al brusco enfriamiento de la inflación de bienes se unirá la del sector servicios ("uno de los principales impulsores de la inflación subyacente", apuntan) ante el debilitamiento de la demanda. En este sentido, las encuestas de la Comisión Europea ya muestran que cada vez menos empresas de servicios españolas planean subir los precios en los próximos meses. Además, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció durante su investidura una batería de medidas antiinflacionarias entre las que se incluyen la gratuidad del transporte público para desempleados y jóvenes, o la extensión del IVA reducido sobre los alimentos básicos hasta junio de 2024.