La inflación rompió en octubre la racha de subidas que acumuló en los tres meses anteriores. El Índice de Precios de Consumo (IPC) avanzó un 3,5% en el décimo mes del año por los precios de la electricidad, repitiendo el nivel alcanzado en septiembre. La inflación subyacente sí desaceleró y se situó en el 5,2%, seis décimas menos que el mes previo en la que es su cota más baja desde mayo de 2022, aunque los protagonistas son los alimentos, que, si bien siguen disparados, por primera vez desde marzo de 2022 se encarecieron por debajo del doble dígito.
Los datos actualizados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) suponen un respiro respecto a las previsiones, que no descartaban un nuevo repunte del índice general en octubre como consecuencia de las tensiones geopolíticas. Con todo, el IPC interanual se mantiene en su nivel más alto desde abril, cuando alcanzó el 4,1%.
El avance del 3,5% se debió al encarecimiento de la luz y el gas, mientras que gasolinas y alimentos tiraron a la baja del índice. Estos últimos, que se encarecieron un 9,5% en octubre (un punto menos que en septiembre) marcan un 'hito' en la estadística ya que desde marzo de 2022 (6,8%) este componente de la cesta de la compra acumulaba 18 meses de subidas por encima del doble dígito.
Pese al retroceso, la evolución del precio de los alimentos sigue siendo severa, especialmente para el aceite de oliva, que subió un 73,5% interanual siendo el producto que más se ha encarecido de toda la cesta de la compra. Sólo en el mes (de septiembre a octubre), el oro líquido repuntó un 6%, eso sí, cuatro puntos menos que en la comparativa anterior. Echando la vista más atrás, desde enero acumula una variación del 46,9% y si se compara con marzo de 2021, ha repuntado un 150,7%.
Al aceite de oliva le siguen, a mucha distancia, los paquetes turísticos nacionales (19,5%), los productos de confitería (17%), el arroz (16,6%) y los zumos de frutas (16,1%) como productos que más se encarecieron en octubre, pero las subidas a doble dígito se extienden de manera generalizada entre los alimentos.
En situación opuesta se encuentran otros aceites, cuyo precio cayó un 29,5% interanual, el butano y el propano (-26,2%), la electricidad (-22%), el gas natural (-19%) y el transporte combinado de pasajeros (-15,4%).
Cinco meses de alzas mensuales
La evolución mensual de los precios fue del 0,3%, también por debajo -concretamente a la mitad- de la previsión de los expertos. Sin embargo, entre septiembre y octubre el índice avanzó una décima más que en el periodo anterior y acumula ya cinco subidas consecutivas.
El incremento mensual del IPC se debió al encarecimiento en un 8,6% del vestido y el calzado, coincidiendo con la nueva temporada de otoño-invierno, y por los alimentos, que repuntaron un 1,3% al subir de manera "generalizada" la mayor parte de sus componentes, especialmente los aceites, las frutas y la carne y el pescado. En concreto, lo que más se encareció en el mes fueron los otros artículos de vestir (+12,6%), la ropa de mujer (+10,5%) y la de niño (+10,2%), y lo que más se abarató fueron los paquetes turísticos nacionales (-11,8%) y los vuelos internacionales (-8,8%).
El IPC a impuestos constantes (no tiene en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos) alcanzó en octubre el 3,7%, dos décimas por encima de la tasa general del 3,5%. En cuanto al Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) -el que tiene en cuenta Europa para las estadísticas de los países- situó su tasa interanual en el 3,5%, dos décimas por encima de la tasa registrada el mes anterior.
¿Y la desinflación?
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos destacan que "las medidas de política económica adoptadas por el Gobierno han permitido a España mantener en el último año una de las menores tasas de inflación y mayor crecimiento económico de la zona euro, lo que ha favorecido una mayor competitividad de las empresas españolas y la ganancia de poder adquisitivo de los salarios".
Sin embargo, pese a la estabilización del IPC, la senda de desinflación protagonizada antes verano parece haber perdido el impulso, lo que impide a los bancos centrales dar carpetazo a la batalla inflacionaria y les obliga a buscar nuevos caminos para controlar los precios esquivando cualquier riesgo de recesión. En este sentido, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, se pronunció a principios de octubre sobre la búsqueda del equilibrio: "Debemos incorporar la inflación a nuestra definición de estabilidad de precios y al mismo tiempo intentar minimizar el dolor que podría generar en términos de una desaceleración de la economía".