Economía

Díaz sienta las bases para que la negociación del nuevo salario mínimo parta de los 1.120 euros

  • Trabajo no ha avanzado su propuesta pero "no perderá poder adquisitivo"
  •  La CEOE, siempre la parte más conservadora, pide elevarlo hasta  1.112 euros 
  • Si la inflación media de 2023 fuera del 3,8%, un SMI ajustado sería de 1.121 euros
Imagen de archivo de una reunión entre patronal, Trabajo y sindicatos. Foto: Efe

La mesa de negociación entre Gobierno y agentes sociales para plantear la próxima revalorización del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está a punto de ser convocada y las partes preparan ya sus propuestas. La CEOE ya ha planteado su hoja de ruta, que apuesta por elevar la renta mínima un 6% en los dos próximos años -a razón de un 3% anual-, que lo situaría en 1.112,4 euros en 14 pagas en 2024. A falta de conocer la propuesta de Trabajo y sindicatos, el objetivo de que suponga al menos el 60% del salario medio y la 'defensa' ante la inflación sientan las bases para confirmar que la negociación partirá, como mínimo, de los 1.120 euros.

Desde 1.080 euros el que parten las negociaciones que miran a 2024. En las últimas dos ocasiones, la patronal se ha desvinculado de los acuerdos, que han sido sacados adelante por el Gobierno sólo con el apoyo de los sindicatos. En cuanto a la propuesta del Gobierno, se desconoce por el momento en qué margen de subida se mueve Trabajo y si contará, de nuevo, con la asesoría de un comité de expertos. Aún así, este jueves, la vicepresidenta segunda y ministra al frente de esa cartera, Yolanda Díaz, ha dado las primeras pistas de los límites mínimos en los que se moverán. En concreto, ha indicado que tendrá en cuenta la propuesta de CEOE sobre el SMI pero ha avisado de que no puede perder poder adquisitivo.

Es la inflación la que marcará el ritmo de la próxima subida. Aunque esta vez la negociación estará marcada por un contexto de inflación más moderado, Díaz ha recordado que se espera que la inflación interanual de noviembre oscile entre el 3,7% y el 3,8%, por lo que la propuesta de la CEOE no llegaría a cubrir el avance de los precios. De ajustar la subida del SMI también al 3,8%, este ascendería al menos en 41 euros el próximo año para llegar a 1.121 euros, nueve euros más que la propuesta de los representantes de los empresarios. Y hay quien ya apunta a los 1.200 euros.

La propuesta del Gobierno en la última mesa siguió la recomendación de la comisión asesora a la que Díaz encargó en septiembre de 2021 un estudio de la horquilla en la que debería situarse el alza de 2023. En esa ocasión, el comité propuso una subida de entre el 4,6% y el 8,2% (la inflación media de 2022 fue del 8,4%) para situar la renta mínima entre los 1.046 y los 1.082 euros al mes, y pidió tener en cuenta dos cuestiones: que el cálculo de SMI para 2023 se había realizado tomando como referencia la estimación del salario medio de 2022 y el significativo incremento de precios y su mayor impacto sobre los colectivos de ingresos más bajos.

El incremento de 2023 se ajustó finalmente a la parte alta de la propuesta (dos euros menos) y quedó por debajo de la pretensión de los sindicatos, que ya entonces proponían 1.100 euros para salvaguardar el poder adquisitivo de los beneficiarios ante la alta inflación. Esta tarde, CCOO ha convocado esta tarde a su Comisión Ejecutiva para definir su propuesta para elevar el SMI, que pretende aunar con la de UGT ante la inminente convocatoria de la mesa de negociación anunciada por Díaz tras revalidarse en el cargo: "No hay mejor política feminista, no la hay, pero es que además no hay mejor herramienta contra la precariedad y la pobreza laboral" que el salario mínimo, ha incidido.

Las crisis marcan el ritmo al SMI

El histórico de la subida histórica del SMI refleja un repunte del 46,75% entre 2019 y 2023 que beneficia especialmente a las mujeres jóvenes, las más afectadas por sueldos precarios. Hasta la fecha, la mayor variación del salario mínimo se produjo en 2019, cuando avanzó un 22,3% hasta los 900 euros mensuales desde los 735 de 2018.

En lo que va de milenio, la evolución de las subidas del SMI ha estado condicionada por dos graves crisis. La primera, global y de puro carácter económico, que empezó a cocinarse en 2007 en EEUU y estalló por completo en 2008. Si bien el salario mínimo se revalorizó en esos años y los posteriores, la variación era cada vez menos hasta llegar a estar congelado en dos ocasiones: la primera entre 2011 y 2012, cuando el importe se mantuvo en 641 euros mensuales, y la segunda entre 2013 y 2014, cuando estuvo fijado en 645 euros. La mayor subida de la renta mínima desde el boom financiero se produjo en 2017 con un alza del 8,01% que impulsó la nómina por encima de los 700 euros por primera vez.

La siguiente etapa la marca la pandemia, aunque en esta ocasión -a falta de conocer el alza de 2024- el impacto en el SMI ha sido menor. En los últimos cinco años, los más de dos millones de beneficiarios del salario mínimo han experimentado cinco subidas. En 2020, antes de que estallara la crisis sanitaria, se pactó elevarlo a 950 euros (+5,5%) y en 2021, coincidiendo con el despliegue de medidas para paliar las consecuencias económicas del covid, se elevó 15 euros (+1,58%) hasta los 965 euros. La subida en 2022 fue de un 3,62% pero alcanzó el hito de los 1.000 euros brutos mensuales. El impulso al SMI de 2023, del 8%, lo llevó hasta los 1.080 euros, lugar con el que se cumplió el objetivo de hacer que el salario mínimo alcanzara el 60% del salario medio antes de que acabara la legislatura. En este caso, hay que tener en cuenta, además, que la última subida se realizó en en un contexto de la alta inflación, que cerró en 2022 con un IPC medio del 8,4%.

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