
Nos encontramos en un actual escenario de subida de los tipos de interés desde que el Banco Central Europeo comenzase en julio de 2022 una tendencia que se ha mantenido durante más de un año y nueve reuniones de su Consejo de Gobierno y que ha tenido su prolongación en la de este jueves, en la que ha aumentado los tipos un 0,25% más, hasta el 4,5%. Este golpe tiene muchas ramificaciones y una de ellas atañe a la renta fija.
¿Qué es la renta fija?
Para empezar, hay que tener claro en qué consiste la renta fija. Para ello podemos acudir a una fuente solvente como es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que la define en su página web como los productos que reconocen una deuda para la entidad que los emite y que "suelen tener un plazo determinado y una rentabilidad conocida de antemano o derivada de una fórmula, pero nunca negativa".
Estos productos de renta fija tienen unos intereses que, o bien pueden estar pactados de forma previa con la entidad que emita la deuda o bien pueden estar referenciados a valores como el euríbor, un índice bursátil, el valor de una acción...
Cómo afecta una subida de los tipos de interés a la renta fija
En todo caso, ¿cómo afecta la subida de los tipos de interés a un producto de renta fija. A pesar de lo que se piensa de forma generalizada, y tal como advierte la CNMV en su página web, invertir en renta fija no está exento de riesgos. Y uno de ellos es precisamente la subida de los tipos de interés.
La causa es la siguiente: en el momento en el que suben los tipos de interés el valor del bono a renta fija disminuye, dado que se pueden conseguir rentabilidades superiores a las que se pactaron en ese producto. Es una de las caras de esas subidas: que aumenta el coste de los préstamos pero favorece mayores rentabilidades a los ahorradores.
Es lo que la CNMV define como un "riesgo de mercado", es decir, "la posibilidad de que los valores coticen por debajo del precio que pagamos por ellos". Algo que se explica mejor con un ejemplo: si una persona contrata un producto de renta fija por un valor de 1.000 euros y una rentabilidad anual del 3% y a posteriori suben los tipos de interés a, por ejemplo, un 4% esto provocará que la rentabilidad de otros depósitos pueda llegar a esa cifra o, en todo caso, una superior a la que tiene esa renta fija del 3%.
Queda, así, una situación perjudicial para la persona que contrató el producto de renta fija, dado que este producto ya ha perdido valor. Y así, en el caso de que quiera venderlo, tendrá que hacerlo a una cantidad menor a la que lo compró debido a que la rentabilidad que espera un posible comprador es mayor que la que asegura ese producto de renta fija.
Qué pasa si los tipos de interés vuelven a bajar después de subidas
Como la evolución de los tipos de interés es importante de cara a la rentabilidad de la renta fija, los cambios en dicha evolución determinarán las fluctuaciones en esa rentabilidad. Por eso, si el ciudadano que ve cómo su renta fija empieza a perder valor aguanta el producto en su poder, podría observar en una situación de bajada posterior de los tipos cómo su producto de renta fija gana valor cuando los tipos se estabilicen o incluso queden por debajo de la rentabilidad pactada.
¿La razón? Que, al igual que cuando su rentabilidad era menor que la del mercado tendría que vender por debajo del valor de compra, en este caso sería todo lo contrario: al tener una rentabilidad mayor que el nivel de los tipos, en caso de vender su producto de renta fija podría hacerlo a un tipo superior al que lo contrató.