
La incertidumbre se cierne sobre las grandes economías de la eurozona. Aunque el Banco de Francia arrojó algo de luz sobre la economía gala esta semana. El economista jefe de la entidad, Oliver Garnier, aseguró que sus investigaciones "sugieren que no va a haber un cambio radical en la coyuntura económica y mucho menos una recesión".
En un contexto de alta inflación, subidas de tipos de interés y una economía que va a medio gas en la zona euro, con Alemania al borde del precipicio, el resto de economías temen un contagio y los indicadores económicos confirman una desaceleración real, todo parece prever que no hay un horizonte muy halagüeño en las economías del mundo. Máxime cuando el consenso de Bloomberg asegura que Estados Unidos va a crecer solo un 0,9% el año que viene.
Pero según la encuesta empresarial mensual que hacen desde el Banco de Francia, realizada a comienzos de septiembre de 2023, concluyen que en el tercer trimestre la economía gala se comportará mucho mejor de lo que se espera, con un alza del Producto Interior Bruto (PIB) que estará en la horquilla del 0,1% y el 0,2% en el tercer trimestre. Para asegurar eso se basan en el repunte considerable del 0,5% que dio el PIB en el trimestre anterior.
En el informe emitido por la máxima entidad bancaria de Francia, al que tuvo acceso elEconomista.es, explican que la actividad industrial "retrocedió" en agosto pero destacan una expansión en el sector de la construcción. En este sentido, los empresarios encuestados aseguraron que su previsión es que "la actividad avance en los tres grandes sectores, aunque con una desaceleración de los servicios". Asimismo, apuntan a que la recuperación en septiembre va a estar impulsada por el fin del parón de vacaciones de agosto, en particular en los sectores del automóvil y la aeronáutica.
Sin embargo, en la industria resaltan que las existencias son altas y que los pedidos son "inferiores a la media". Además auguran que en los próximos meses tendrán dificultades con las grandes producciones.
En cuanto a los servicios, los empresarios prevén que este mes de septiembre van a seguir avanzando, "pero a un ritmo menos sostenido". En concreto, prevén que la fuerte caída se va a producir el ocio, mientras que en la reparación de automóviles y la hostelería "debería recuperarse" la actividad.
En sí, el Banco de Francia apunta a que la economía ya ha vuelto a la normalidad tras las tensiones del Covid-19 y la guerra de Ucrania. De hecho en el informe señalan que fueron más las empresas que bajaron sus precios que las que los subieron. En este punto hay que destacar que es la primera vez en mucho tiempo en el que las empresas alimentarias se ven más propensas a bajar precios que a subirlos.
A pesar de todo, las tensiones geopolíticas, el mercado energético o las subidas de tipos generan mucha incertidumbre sobre las economías. En cambio, tras los resultados de estas encuestas y la expansión del PIB francés en un 0,5% en el segundo trimestre deberían llevar al Banco de Francia a revisar sus previsiones "ligeramente al alza" para 2023, que ahora están fijadas en el 0,7%.
De momento, las expectativas de la Comisión Europea, publicadas esta semana, es que la economía francesa cierre el ejercicio con un crecimiento del 1%, aunque el comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, aseguró que la economía de Francia y la de Alemania (que entrará en recesión este año con una contracción del 0,4%) van en paralelo y es posible que la deriva de la segunda podría afectar a los galos.
Por su parte, los analistas privados recogidos por Bloomberg proyectan que Francia cerrará este año con un crecimiento del 0,7% (muy próximo a las previsiones del Ministerio de Economía y la Comisión Europea) y que en 2024 el crecimiento ascenderá al 1%.