Economía

De la Gran Dimisión a la Gran Retención: las vacantes se disparan pero la contratación se hunde

  • Linkedin afirma que las empresas del euro no fichan sino que están "acaparando" trabajadores
  • Esto agrava la tensión del mercado laboral y eleva la presión salarial
  • Detecta una caída del 21% en la tasa de contratación en España

Seguramente uno de los grandes misterios económicos para el Banco Central Europeo en estos momentos sea la resistencia del mercado laboral en la zona euro, que registra su mínimo histórico de paro pese a un contexto de incertidumbre marcado por la guerra de Ucrania y la subida de tipos para frenar una inflación desbocada. Pero un análisis realizado por LinkedIn revela un dato quizá incluso más desconcertante: las contrataciones se están desplomando a un ritmo que supera con creces el 20%. La explicación a semejante contradicción sería que las empresas han tenido un inesperado éxito para frenar la fuga de talento a base de medidas para retener y "acaparar" sus plantillas.

Durante los dos últimos dos años, la intensidad del rebote de la creación de empleo tras la pandemia ha llevado a una escasez de mano de obra y a una intensa competencia entre las empresas de todo tipo de sectores, que ha llevado a acuñar el término de 'Gran Renuncia' para explicar un fenómeno que ha tenido una clara repercusión en la presión salarial. Y que con ello ha despertado la preocupación de unos bancos centrales preocupados por contener los precios.

Pero el panorama actual, según refleja la edición del informe sobre el Estado del Mercado de Trabajo del mes de junio que publica LinkedIn es muy diferente. Para ilustrarlo, la red profesional y de búsqueda de empleo elabora su propia "Tasa de Contratación", que recoge el número de contrataciones (entendida como los miembros de LinkedIn que añaden un nuevo empleador a su perfil), dividido por el total de usuarios.

Teniendo en cuenta que LinkedIn tiene 830 millones de usuarios en todo el mundo, 17 en España (un 13,3% más que hace un año), esta metodología basada en el 'big data' permite una visión complementaria a las estadísticas oficiales. Según Rand Ghayad, responsable de Economía y Mercados Laborales Mundiales en LinkedIn, apunta a que las "inciertas perspectivas económicas" han llevado a las empresas de todo el mundo a reducir sus planes de contratación.

En este caso, los países más afectados por este descenso son europeos: Irlanda y Suecia, con un 34% y un 30% de caída en la tasa de contratación. De hecho, 6 de los 14 estados que recoge el ranking de LinkedIn pertenecen a la zona euro. En este sentido, el retroceso de España es de los más moderadas, un 21%, aunque solo es un punto inferior a la de Estados Unidos y Alemania.

Ghayad apunta a que la evolución en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, India, Irlanda (que, aunque pertenece al euro, registra una mayor exposición a la economía británica) y Singapur muestran "más signos de atonía" a medida que la rigidez del mercado laboral "se aproxima gradualmente a los niveles prepandémicos". En paralelo, son los que registran un mayor aumento de la actividad de búsqueda de empleo. "Los individuos buscan activamente oportunidades de empleo más seguras, y los que antes habían permanecido al margen se reincorporan ahora al mercado laboral", apunta el experto.

Al haber más candidatos y menos contrataciones, se confirma una "tendencia al enfriamiento" sugiere un "posible cambio en el equilibrio de poder". Es decir, que los empleados pierden la capacidad de liderarla negociación ante los empleadores, lo que redunda en una ralentización de la presión salarial y de las "presiones inflacionistas".

Guerra europea por el talento

Sin embargo, el informe destaca que en la zona euro la situación es algo diferente. Los grande miembros del euro, como Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos, siguen enfrentándose a condiciones "más tensas" en comparación con la situación prepandémica. Aunque la economía de la eurozona parece mantenerse al margen de una recesión, las perspectivas de crecimiento para este año y el próximo siguen siendo frágiles.

Los economistas de LinkedIn prevén que factores como la persistencia de la inflación, los elevados tipos de interés, el endurecimiento de las condiciones financieras y el deterioro del entorno exterior contribuirán al lento avance económico de la eurozona. "Sin embargo, incluso ante un crecimiento mediocre, el mercado laboral de la eurozona sigue mostrando una notable resistencia", apunta Ghayhad.

Así, pese a la caída de la contratación, la proporción entre ofertas de empleo publicadas en LinkedIn y candidatos sigue siendo superior a los años anteriores a 2020. Los mercados laborales germano y neerlandés incluso superan el nivel de Estados Unidos, que volvió hace meses a los niveles de 2019.

¿Cómo se explica que las vacantes por cubrir en Europa sigan disparadas pese a la incertidumbre económica y el endurecimiento de la financiación? Esta es la incógnita de la solidez del mercado laboral que tanto sorprende al BCE.

Ghayhad apunta que la respuesta está, paradójicamente, en la "escasez de mano de obra". Y es que después de casi dos años inmersas en una "guerra por el talento", las empresas están logrado retener su mano de obra. Por un lado, los trabajadores son sensibles a la incertidumbre económica y financiera, por lo cual son más proclives a aferrarse a sus trabajos.

Y al mismo tiempo, las empresas ven como la preocupación por una recesión grave y prolongada, con lo cual, aunque frenan los contratos, descartan los despidos. Pero también se ven obligados a tomar medidas para que la competencia no les 'robe' trabajadores, lo que supone subir sueldos y mejorar condiciones.

"Este comportamiento de acaparamiento se intensifica aún más por la ya limitada disponibilidad de demandantes de empleo en un mercado laboral restringido, lo que hace aún más difícil para las empresas competir por el talento", apunta Ghayad. Es decir, la partida de ajedrez entre las compañías por fichar trabajadores habría acabado en tablas, ya que las empresas logran retener a sus plantillas pese al buen número de vacantes. Pero, a la vez, esto no se traduce en un enfriamiento de las presiones salariales, como pretendía el BCE.

El complicado caso español

Hay que tener en cuenta que los datos de LinkedIn registran un cierto sesgo hacia los trabajadores de 'cuello blanco' y de media y alta cualificación, que son los que utilizan de forma habitual la plataforma para buscar empleo (y los que actualizan su perfil al iniciar un nuevo puesto). Esto no impide que el análisis de Ghayad concuerde con los datos estadísticos oficiales de países como Alemania, Francia o Países Bajos, pero el caso de España tiene sus particularidades.

Y es que nuestro país no registra un mínimo histórico de tasa deparo (se mantiene por encima del 13%). Aunque la contratación registrada por el Servicio Público de Empleo Estatal está cayendo a tasa del 14% interanual, esto puede explicarse más que un temor a contratar de las empresas al impacto de la reforma laboral, que ha reducido cuarenta puntos el porcentaje de contratos temporales firmados cada mes. Es decir, que los contratos son más estables, a la par que el empleo (medido en términos de afiliados a la Seguridad Social) sigue subiendo y está en máximos históricos.

Por otro lado, aunque las vacantes en España han alcanzado un récord desde la crisis financiera, apenas suponen 149.600 según los datos del INE y Eurostat, un nivel muy inferior al resto de la zona euro (especialmente si lo comparamos con Alemania y Países Bajos), lo que hace que hablar de 'tensionamiento' del mercado laboral se antoje más complicado en nuestro caso. Aunque según otras fuentes, como las ETT, las vacantes se disparan. Por ejemplo, Adecco incide en que en 2022 crecieron un 25%, hasta niveles inéditos desde 2008.

Pero con lo que sí coincide rotundamente el análisis de LinkedIn es con el que hace el Banco de España sobre la falta de mano de obra. El supervisor estima que el 34% de las empresas prevén que los problemas para cubrir puestos en sectores como la informática, construcción y hostelería afecte a sus inversiones y, por ende, retroalimenten el freno a la contratación.

En un mercado laboral con el paro en mínimos, como en Alemania o Países Bajos, esto es ante todo un problema de competitividad y de presión salarial. En un país con tres millones de parados, la lectura es aún peor, porque supone que la economía tiene una menor capacidad de crear empleo efectivo que sus vecinos.

No porque las empresas no quieran contratar, sino que no posen la cualificación requerida (por defecto, aunque también por exceso) para los puestos que necesitan las empresas. Y este desencaje puede llevar a la paradoja de que el mercado laboral quede atrapado en una inédita situación de bloqueo que no puede achacarse a una crisis sino a la propia estructura interna del mercado de trabajo.

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