
El diálogo entre patronales y sindicatos tras el V Acuerdo de Negociación Colectiva empieza a marcar distancias con las posiciones del Gobierno en una cuestión en la que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha puesto el foco de la Inspección de Trabajo: el creciente papel de las empresas de trabajo temporal en los contratos fijos discontinuos.
La polémica sobre esta modalidad de empleos indefinidos pero ligados a actividades eventuales ha sobrevolado la reforma laboral desde el primer minuto. No solo por su impacto en el desempleo de aquellos que se encuentran en periodos de inactividad hasta que la empresa vuelve a llamarles, sino por la calidad real de los puestos y si se trata de 'temporales encubiertos'.
Mientras el Ministerio de Trabajo sigue aplazando la publicación de su prometido informe sobre la situación de estos trabajadores, los datos disponibles revelan que el empleo, en términos de afiliación, que genera esta modalidad contractual, un 7%, queda muy por debajo de su peso en la contratación, que llega al 32%.
Esta brecha, aún mayor en términos de EPA (no llegan al 4% de los ocupados) ha sido señalada como una prueba irrefutable de que la volatilidad real de estos puestos resta peso a su impacto real en el empleo. Aunque los sindicatos señalaron a un culpable: las empresas de trabajo temporal.
La reforma abrió la puerta a que estas empresas celebraran contratos fijos discontinuos para su puesta a disposición de compañías para cubrir las necesidades temporales de plantillas.
El éxito de la idea fue tal que entre abril de 2022, cuando se empiezan a registrar estadísticamente, y febrero de este año, hasta donde llegan los últimos datos disponibles, las ETTs han pasado de gestionar el 3% de los contratos fijos discontinuos al 58%. Esta evolución implica que, mientras el ritmo general de la firma de nuevos contratos fijos discontinuos se ha frenado desde el verano, los empleadores confían más en externalizarla.
Pero el pasado mes de enero, mientras la polémica sobre un supuesto 'maquillaje' de las cifras del paro arreciaba, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez denunció que algunas empresas de trabajo temporal utilizaban "de forma perversa" la fórmula del fijo discontinuo y pidió un refuerzo de las inspecciones de trabajo.
45.000 empleos bajo sospecha
Casi dos meses después, a finales de marzo, Yolanda Díaz recogió el guante y anunció, en un mitin de plataforma política Sumar, la puesta en marcha de una campaña 'ad hoc', que se materializó con el envío de 4.600 cartas, que afectan a unas 45.000 "relaciones laborales". El objeto, según Trabajo, es detectar si se están registrando "abusos" en la contratación temporal por parte de empresas que recurren a esta fórmula para cubrir "necesidades permanentes o estructurales". Sin embargo, esta operación chocó con la negociación del AENC, que por entonces seguía en marcha.
El texto final, aprobado por los órganos de dirección de CEOE, Cepyme, UGT y CCOO se compromete a desarrollar "toda la virtualidad de esta figura contractual". Para ello, aboga por que los convenios especifiquen cuestiones clave como los plazos de llamamiento, los periodos de inactividad, su uso en subcontratas o las posibilidades de conversión en indefinido ordinario.
Se trata de asuntos que han resultado especialmente complejos en el primer año de la reforma laboral y sobre las que los interlocutores sociales se comprometen a desarrollar en la negociación de los convenios colectivos tanto sectoriales como de empresas.
Con ello se busca regular aquellos aspectos que permitan "una mejor adaptación" a las necesitadas de trabajadores, empresas y sectores.
Pero una versión inicial, que incluso se distribuyó a los medios de comunicación, se incluía entre estos asuntos a potenciar la "habilitación para que las ETTs puedan realizar contratos fijos discontinuos para la cobertura de posiciones temporales de la empresa usuaria".
Una redacción que dejaba poco lugar a dudas sobre el espaldarazo a esta posibilidad y que suponía una cierta victoria de la CEOE. Sin embargo, en la versión final despareció.
Una paz que deja fuera de juego a Díaz
¿Significa esto que hubo marcha atrás en el acuerdo? Fuentes del diálogo social indican que no es así y que el texto eliminó la mención a las ETTs por iniciativa de las propias empresas, para no interferir en la negociación sobre el papel que estas deben adquirir.
A pesar de que la ley lo recoge, los sindicatos prefieren que la empresa contrate directamente a los trabajadores. La razón es simple: en esos casos los fijos discontinuos son trabajadores de plantilla con contrato indefinido, y a efectos de representatividad sindical y peso negociador influyen más que los temporales o los 'externos'. En el pasado, incluso algunos convenios ha intentado incluso penalizar el recurso a ETTs.
No es que los sindicatos hayan cambiado ahora de opinión, al aceptar incialmente incluirlo en el AENC; pero son conscientes de que la elevada estacionalidad del mercado laboral y la actividad productiva en España obliga a una solución de consenso con la patronal sobre el uso de los fijos discontinuos.
A cambio de reconocer el papel de las ETTs en los nuevos contratos que se firmen (cuyo número, en cualquier caso, se está reduciendo), se abren vías de negociación para una integración de los fijos discontinuos en las plantillas propias de las empresas.
Sin embargo, la 'firma de la paz' entre patronal y sindicatos en esta cuestión dejaría fuera de juego a Díaz en una estrategia que, según fuentes del sector de las ETTs planeaba convertirles en 'cabeza de turco' de las polémicas que rodean a los fijos discontinuos desatando sospechas sobre una actividad que no solo está reconocida por su propia ley, sin que lleva sujeta al control de la Inspección desde el primer momento.
Además, la patronal Asempleo, que forma parte e la CEOE, ya ha abierto mesas de diálogo social con las organizaciones sindicales más representativas para "el desarrollo y optimización" de la aplicación de la ley y "para mejorar la seguridad y salud de las personas trabajadoras". Tras el acuerdo de la AENC, esos trabajos tienen una importancia aún mayor en los futuros convenios.