La situación por la que atraviesan las empresas tecnológicas en los últimos meses se está convirtiendo en un auténtico terremoto en un mercado de trabajo que aún se recupera de las secuelas de la pandemia. Pero la lista creciente de despidos y contrataciones paralizadas no se limita a programadores e ingenieros. De hecho, un ajuste todavía más intenso se está dando en las áreas de recursos humanos.
No hay tregua para el empleo tech. Cuando aún no ha finalizado el primer trimestre de 2023, la cifra de despidos notificados por compañías del sector en lo que va de año ya equivale al 95% de los producidos en 2022, según los datos recopilados por Layoffs.fyi. Una evolución que también se traslada a otros sectores, como la consultoría.
En este contexto, no deja de resultar llamativo que un gigante como Amazon centre sus, por ahora, 27.000 despidos en áreas relativas a la programación, marketing y recursos humanos, pero sin afectar a la logística: donde se concentran los trabajadores con menor cualificación y peores salarios. Los empleos a los que, hasta hace poco, los expertos de la revolución tecnológica ponían fecha de caducidad.
Los analistas achacan esta evolución a que estas empresas han vivido en los últimos años un 'boom' de la contratación impulsada por unas expectativas de impacto de la transformación digital que no se ha cumplido. Prefieren no hablar de crisis, sino de ajuste, si bien este está resultando más intenso de lo pronosticado inicialmente. En este sentido, una señal preocupante es el impacto que ha tenido en los puestos en recursos humanos: no es difícil recordar que hasta hace apenas unos meses estas empresas estaban envuelta en una durísima competencia para atraer talento cualificado.
Más allá de los despidos, un indicador que apunta a que la situación va prolongarse son las ofertas de empleo. Sobre todo, a partir de la pandemia, cuando la reactivación de la actividad propició el fenómeno denominado como Gran Renuncia.
La dificultad para encontrar trabajadores propició una explosión de vacantes para profesionales de recursos humanos que superó con creces a la de los desarrolladores de software. En los últimos meses, la tendencia se ha invertido abruptamente. Y no solo en empresas cuya actividad tiene una base exclusivamente tech, sino a cualquiera que contrate a este tipo de profesionales para la modernización de su negocio. Es decir, prácticamente todas.
Lo cual nos lleva a una segunda derivada. Mientras el análisis de la crisis tecnológica pone el foco en en empresas de Estados Unidos, el frenazo del empleo también ha llegado a España, que aún se considera relativamente al margen de esta evolución.
La clave la da el economista jefe para Europa de Indeed, Pawel Adrjan, quien en conversación con elEconomista.es revela que los dos sectores más castigados con una caída de ofertas de empleo publicadas en nuestro país han sido los recursos humanos y los desarrolladores de software. Los primeros se han desplomado un 38% desde septiembre. Los segundos, un 22%.
El riesgo de los chatbots
Llama la atención que los departamentos de recursos humanos sean tan sensibles a los vaivenes de un sector. Adrjan señala dos motivos: el primero que las empresas no los consideran estratégicos; el segundo, que esperan que muchas de sus tareas puedan automatizarse.
Precisamente, el uso de chatbots no es una novedad en las entrevistas de trabajo, y se espera que tenga un incremento exponencial tras los últimos desarrollos tecnológicos. Una inquietud que ahora comparten cada vez más con desarrolladores y programadores.
"Es un error a largo plazo", advierte el experto, que señala que en procesos de ajuste (al alza o la baja) de las plantillas el papel de estos profesionales es crítico. A la pregunta de si esta crisis será permanente, el experto se remite a la propia volatilidad del sector para indicar que, seguramente, las ofertas se reactiven cuando las empresas vuelvan a contratar.
Eso lo que ocurrió en 2022: el fin de los confinamientos y la recuperación de la actividad hicieron imprescindible contar con profesionales para reclutar, los mismos de los que se había prescindido en 2020.
Pero esa tendencia no es exclusiva de nuestro país. El economista jefe de Indeed señala que se ha producido tanto en Estados Unidos como en el entorno europeo. En todos los casos analizados, la demanda de reclutadores se disparó el pasado año mucho más que la de cualquier otro tipo de profesional. Empezando por los puramente tecnológicos.
Está por ver la traslación que esto tendrá al empleo. A fin de cuentas, la mayoría de estos países europeos siguen registrando una tasa de vacantes muy elevada y de desempleo sorprendentemente baja (la excepción es España). Aunque Adrjan recuerda que las empresas que contratan a profesionales de recursos humanos son la que más recurren a portales y plataformas de empleo como las que recopila Indeed, que no en vano es el mayor metabuscador de ofertas del mundo.

La jornada de cuatro días pincha
La otra derivada es si este desaceleración (y posible automatización) de los recursos humanos y la tecnología afectará a la visión de los modelos del empleo. No olvidemos que hasta hace poco las empresas tecnológicas eran el referente a seguir en modelos de organización flexible del trabajo, que suponía la antítesis de los entornos laborales de jornadas eternas, presencialismo a ultranza.
Y por un momento, pareció que ese futuro ya estaba aquí. Fue la pandemia la que confrontó a una mayoría suficiente de trabajadores (un máximo del 16,2% en España) con la realidad del teletrabajo, el empleo híbrido y un nuevo modelo de organización de las tareas que abrieron un debate que hoy sigue muy presente y se amplía a 'novedades' como la jornada de cuatro días. La revolución de la gestión del talento parece un tren imparable. Y, sin embargo, las compañías con las que se vinculaba este, han sido las primeras en apearse de él.
Pero en este sentido, Adrjan es más optimista. Según los datos de las ofertas de empleo, pese a la desaceleración, el teletrabajo se ha estabilizado en un nivel del 9%. Lejos de su potencial, ya que el que el experto estima en un 30% el porcentaje de empresas que publican ofertas para puestos que se pueden realizar en remoto, pero muy por encima de los niveles previos a la pandemia. "Ha llegado para quedarse", asegura. Sencillamente, su peso irá aumentando
Algo más escéptico se muestra acerca de la jornada de cuatro días. Aunque reconoce que ha ha habido un auge de ofertas con este horario, solo llegan al 0,7% del total en Reino Unido. Dato llamativo en un país que en los últimos meses protagonizó lo que se denominó el "mayor experimento" de la jornada en el mundo, con publicitados resultados excelentes en productividad y satisfacción.
Otros analistas son aún más críticos: Nick Bloom, de la Universidad de Stanford, uno de los mayores expertos en nuevos modelos de trabajo del mundo comentaba hace poco en su perfil de LinkedIn que "no existe ninguna investigación rigurosa sobre este tema, sólo piezas de lobby basadas en algunas pequeñas empresas voluntarias y mucha palabrería en los medios de comunicación". De hecho, en sus propios trabajos investigación señalaba que "no ha conocido a ninguna empresa que lo adopte ni a ningún directivo que piense que va a funcionar".