Economía

El FMI pone deberes a China para acabar con la crisis del sector inmobiliario

  • Tiene que impedir que siga cayendo y sea un riesgo para la economía
La ciudad de Shanghái, en China. Foto: Dreamstime

Durante décadas, el sector inmobiliario fue uno de los principales pilares de la economía china, siendo el país que más construía y consumía la mitad del hormigón que se produce a nivel mundial. Todo cambió el año pasado, cuando se vio inmerso en una crisis sin precedentes en materia crediticia, de confianza y de liquidez. En un primer momento, el Gobierno de Pekín optó por esperar a que la burbuja se fuese deshinchando sola, pero pronto cambio de opinión ante el gran daño que podría tener en sus finanzas que esta situación se mantuviese en el tiempo. Esa decisión se tradujo en los últimos meses de 2022 en la aprobación de una batería de medidas centradas en garantizar "el desarrollo estable y sano" de esta industria. Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recibido este viraje con los brazos abiertos, considera que China todavía tiene trabajo por hacer para salir de esta crisis.

El Gobierno de Pekín empezó abriendo líneas especiales de crédito y pidiendo a los grandes bancos estatales del país que otorguen financiación por valor de un billón de yuanes (unos 137.000 millones de euros) al sector. A continuación, aprobó la prorroga de un año de los préstamos bancarios y los préstamos fiduciarios pendientes de los promotores que vencen en los próximos seis meses, así como el aplazamiento o intercambio del reembolso de sus bonos. También animó a los prestamistas a negociar con los compradores de viviendas la ampliación del plazo de devolución de la hipoteca, e hizo hincapié en la protección de su puntuación crediticia. Y poco después dio acceso a los promotores a hasta el 30% de los fondos de las propiedades en preventa con cartas de garantía de los bancos.

Ahora, la institución que preside Kristalina Georgieva ha aplaudido las medidas adoptadas por Pekín para "abordar los problemas de financiación de los promotores inmobiliarios que aún gozan de una salud financiera relativamente buena" porque contribuirán a que el sector salga de esta crisis, pero ha señalado que se está dejando fuera a los empresarios con mayores dificultades financieras.

Asimismo, tampoco se ha tocado la cuestión del gran stock de viviendas sin acabar, apunta el FMI. En condiciones normales, los promotores venden las casas a los compradores cuando todavía se están construyendo. Sin embargo, las dificultades financieras ralentizaron tanto los tiempos que los compradores suspendieron el pago de sus hipotecas en señal de protesta. En respuesta, las autoridades chinas intentaron ayudar a terminar esos pisos, pero no sirvió para evitar que la superficie residencial vendida cayese casi un 27% el año pasado, según recoge CNBC.

La contracción del sector está perjudicando a una parte considerable de los inversores en bonos de promotores chinos. Y es que el 38% de las empresas inmobiliarias que ofrecían bonos en 2020 habían incumplido o era probable que incumplieran el pago de su deuda en noviembre de 2022.

Para impedir que el sector inmobiliario siga cayendo y continúe representando un obstáculo para los hogares -los cuales tienen inmovilizado su efectivo y sus ahorros-, y un riesgo para la economía china en su conjunto, el FMI considera que las autoridades de Pekín deben marcar el camino para salir de esta crisis, lo que pasa por reestructurar esta industria y establecer "quién absorberá las pérdidas si las hay". A lo que añade que "cuanto antes se aborden los riesgos a la baja, mejor", pero sin dar plazos concretos.

Por su parte, los representantes del Banco Central de China defienden que su sector inmobiliario no está inmerso en una crisis. En su opinión, la actual situación de este mercado es "la evolución natural del 'desapalancamiento y la reducción de existencias' de los últimos años". En cuanto a los riesgos, "son locales y solo afectan a empresas individuales y su impacto en el resto del mundo ha sido relativamente pequeño", sostienen. Pese a esto, se han comprometido a agilizar la entrega de los apartamentos ya terminados y la fusión de los promotores.

Rápida recuperación

Dejando a un lado el sector inmobiliario, parece que China se está recuperando más rápido de lo esperado y la causa sería el auge del gasto privado.

Durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar (del 22 al 27 de enero), el número de viajes nacionales creció un 23% con respecto a la festividad de 2021, según la agencia Caixin. Por otro lado, el gasto turístico total aumentó un 30%, de acuerdo a lo publicado por el Ministerio de Cultura y Turismo de China.

En cuanto al gasto en ocio, también subió durante la semana festiva. En concreto, los ingresos en taquilla de los cines aumentaron más del 11% hasta los 6.760 millones de yuanes (923,5 millones de euros), el dato más alto desde el récord alcanzado en 2021, según la Administración de Cine de China.

Aunque el consumo de los hogares está lejos de los niveles alcanzados en 2019, las perspectivas son optimistas. Estos datos, combinados con la baja presión inflacionaria, ha llevado al FMI a elevar sus previsiones para el crecimiento del PIB en 2023 en China, pasando del 4,4% en octubre al 5,2%, pendiente evidentemente de lo que ocurra con el sector inmobiliario chino.

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