
Las direcciones del Partido Nacionalista Vasco y del Partido Socialista de Euskadi-EE han anunciado el inicio de las conversaciones para abordar la reforma de la fiscalidad de Euskadi, una demanda unánime de empresarios y políticos al Ejecutivo vasco que no pudo realizarse en 2020 debido a la pandemia.
Los nuevos retos y escenarios económicos surgidos con la crisis del covid primero y con la energética después precisan de una transformación del sistema impositivo para afrontarlos.
El punto de partida del acuerdo sobre los futuros cambios fiscales es la buena valoración que recibe por las partes la reforma de 2013, así como a los ajustes realizados en 2018. Desde entonces, la tributación ha permitido ingresos para unos servicios públicos de calidad y apoyar la economía productiva. Así, la recaudación de las haciendas forales de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava en el pasado 2022 alcanzó máximos históricos, superando los 17.000 millones de euros.
Ganar competitividad
Entre los principales objetivos, según señalan los partidos que conforman el Gobierno vasco, está la necesidad de aumentar la progresividad, "garantizando recursos suficientes para seguir con servicios públicos de calidad" y, al mismo tiempo garantizar que Euskadi sea un país atractivo para la inversión y más competitivo.
La reforma también servirá para adecuar las nuevas figuras impositivas surgidas en los últimos años. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, han afirmado a través de un comunicado que el Impuesto de Solidaridad de las grandes fortunas se ajustará en Euskadi, tal y como se acordó en la Comisión Mixta del Concierto Económico celebrada a finales de 2022.
No obstante, a pesar de esta manifestación de buenas intenciones sobre el conocido como impuesto a los ricos, ya han asomado las primeras discrepancias entre ambas formaciones en torno a esta figura y su aplicación en País Vasco, donde se grava el Patrimonio.
El pasado diciembre el lehendakari Iñigo Urkullu declaró que "el planteamiento del impuesto a las grandes fortunas está pensado en Madrid y para quien no tiene que pagar Patrimonio", lo que ya apunta a una postura ante la aplicación de ambos gravámenes. Por su parte, Eneko Andueza, defiende la adopción del impuesto a las grandes fortunas "también en Euskadi".
Reflexión profunda
El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, declaró que la reforma fiscal "es muy importante y requiere de una reflexión profunda, donde tendremos que analizar qué políticas públicas queremos y su financiación".
Respecto al impuesto a las grandes fortunas, Azpiazu recordó que "en diciembre conseguimos la concertación y ahora está en manos de las diputaciones forales y de las juntas generales ponerlo en marcha. En Euskadi tenemos ya el impuesto de patrimonio. La diferencia no es grande", señaló.
El 28 de mayo habrá elecciones forales y el resultado de la reforma se plasmará en normas forales ya con las nuevas legislaturas.