
Aunque la inflación se mantiene en una dinámica decreciente, el aumento de la inflación subyacente hace que los ciudadanos todavía no noten el descenso de los precios y sigan observando cómo su poder adquisito sigue decreciendo y haciendo de la 'cesta de la compra' un elemento de cada vez un coste mayor.
Actualmente la inflación está en un 5,7% (muy alejado del doble dígito que llegó a tener a mediados de 2022), pero el talón de Aquiles de los ciudadanos es la inflación subyacente, que no incluye los productos energéticos y los alimentos no elaborados y ya está en un 7% y el precio de los alimentos subió un 15% en el pasado mes de diciembre.
Así, la inflación sigue siendo un problema de rabiosa actualidad para una ciudadanía que espera que la rebaja del IVA por parte del Gobierno a alimentos básicos tenga su efecto en la 'cesta de la compra'. Pero, mientras tanto, los ciudadanos pueden buscarse alguna válvula de escape para luchar contra la inflación.
Es posible combatir los efectos negativos de la inflación usando de forma más eficaz el dinero que tenemos en una cuenta bancaria. La razón es que, al tener el dinero guardado ahí, va perdiendo valor adquisito de forma progresiva y aparentemente irremediable.
Cómo afecta la inflación al dinero de tu cuenta corriente
La mejor forma de entenderlo es con cantidades pequeñas. A principios de 2022 muy probablemente se podría comprar con un euro un litro de leche y al ciudadano le sobrarían unos céntimos, pero en la actualidad con ese euro podría incluso no tener suficiente para esa misma compra. Es una clara pérdida de poder adquisitivo.
Esa pérdida se incrementa más cuando hablamos de cantidades mayores. Y es que, a pesar de que lo normal es ahorrar el dinero en la cuenta corriente y dejarlo ahí, en la gran mayoría de los casos eso no se premia con intereses y por ahí se produce esa pérdida de poder adquisito que se puede evitar o, como mínimo, paliar.
Cuánto dinero hay que dejar en la cuenta dinero por la inflación
La clave está en tener una cantidad determinada de dinero en la cuenta bancaria y nada más. De acuerdo con la información que la OCU (Organización de Consumidores Usuarios) ha publicado en su página web, esa cantidad debe ser de unos tres meses de salario, lo que se podrá usar para gastos de emergencia o inesperados, así como para los gastos corrientes del día a día.
El resto del dinero se debe retirar de la cuenta, dado que la inflación es lo que se conoce como un 'enemigo silencioso' que va restando valor a ese dinero ahorrado. Eso sí, a la hora de retirar el dinero hay que tener en cuenta qué se pretende hacer con él.
Cómo usar el dinero de la cuenta corriente para luchar contra la inflación
La premisa es lo que mucha gente califica como 'poner a trabajar' el dinero. Esto se puede hacer de diversas maneras, pero siempre en función del periodo de tiempo del que el ciudadano puede prescindir de ese dinero:
-En el caso de que el ciudadano pueda prescindir del dinero en un periodo corto de tiempo, la OCU apuesta por los depósitos a un plazo de un año. Eso sí, para que sea rentable hay que esperar todo el tiempo y no retirar el dinero antes de lo debido, ya que en ese caso será muy probable la imposición de penalizaciones.
-En el caso de que el ciudadano pueda prescindir del dinero durante un plazo más largo, la recomendación de la OCU es optar por productos financieros de entre cinco y diez años, en los que pueden afrontarse periodos muy concretos de pérdidas pero en los que se obtienen rendimientos significativos.
En todo caso, explica la OCU, lo fundamental es no dejar más de 100.000 euros en cada entidad bancaria. La razón es que es el tope de dinero que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos.