
El país que acuñó el concepto de 'Gran Dimisión' muestra indicios de que este fenómeno empieza a tocar a su fin, tras confirmarse en octubre la reducción de las tasas de vacantes y la de las renuncias. Y aunque el ritmo de frenada es más lento de lo que le gustaría a la Fed, el banco central se aferra a ello para moderar tímidamente su pesimismo sobre el empleo.
Si hay un dato que ilustra el 'sobrecalentamiento' del empleo en Estados Unidos en el último año y medio ha sido el comportamiento de los puestos sin cubrir y las dimisiones, cada vez más difícil de explicar según la economía iba volviendo a la normalidad.
Aunque el verdadero problema era que la elevada rotación laboral incidía directamente en la evolución de los salarios y, a través de ellos, en la inflación.
La subida de tipos por parte de la institución que preside Jerome Powell tenía como objetivo 'enfriar' esta evolución y, según las últimas cifras publicadas por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, parece que, al menos en este apartado, empiezan a funcionar.
Las vacantes de empleo bajaron en 353.000 en el segundo trimestre, hasta los 10,3 millones, mientras las dimisiones se situaron en 4 millones, un 2,5% menos que hace un año. Se confirma así una tendencia a la baja tras los vaivenes de los últimos dos meses. Pero eso sí: la velocidad es menor de lo esperado.
Sobre todo en un país en el que hay 265 millones de personas con empleo y solo 6 millones de desempleados. Esto significa que la tasa de vacantes por parado está en 1,7; por debajo del máximo del 1,9 registrado antes del verano pero muy lejos aún del objetivo de reducirla a 1 que barajaba la Fed al iniciar la escalada de tipos.
"Los rumores sobre el fallecimiento del mercado laboral han sido muy exagerados", apunta con ironía el economista jefe de Indeed para América del Norte Nick Bunker.
A su juicio, las perspectivas para el próximo año "siguen siendo confusas", con una Reserva Federal agresiva "dispuesta a aumentar el desempleo para reducir la inflación". "Pero a medida que nos acercamos al final de 2022, el mercado laboral estadounidense sigue siendo resistente" afirma el experto.
Bunker destaca que la relación entre las ofertas de empleo y los trabajadores desempleados sigue siendo un 42% más alta que en la media de 2019 (con un 1,2). Del mismo modo, la tasa de abandonos está un 13% por encima de los meses previos a la pandemia.
Se ha producido, eso sí, un retroceso interanual de las dimisiones en los dos sectores que la han liderado hasta ahora: hostelería y comercio, pero parece haberse estancado. "En una media de tres meses, la tasa de abandono en el sector del ocio y la hostelería no ha variado con respecto a mayo", apunta Bunker.
Vuelven a trabajar, pero no todos
Bunker apunta otra clave del fin de la Gran Renuncia: "La gente está volviendo a trabajar". El total de empleos en nómina ya ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, mientras la tasa de empleo de los trabajadores entre 25 y 54 años está por encima de su nivel medio en 2019, "cuando el mercado laboral era saludable".
Aunque esta evolución se ve oscurecida por los trabajadores de más de 55 años, cuya recuperación se ha estancado, mientras aumentan las jubilaciones. Esto hace concluir a Bunker que "no deberíamos esperar que los estadounidenses de más edad sean una fuente importante de empleo en el futuro".
Por otro lado, pese a la "dolorosa recalibración" del sector tecnológico, los despidos siguen teniendo un peso muy reducido en la economía. De hecho, con octubre se acumulan ya 20 meses por debajo de los niveles previos a 2020.
"La tasa de despidos en el sector TIC, es elevada, pero es un valor atípico entre los grupos industriales", advierte Bunker. De hecho, se sitúan en el 1,3%, frente al 0,9% general. Sin embargo, hay que tener en cuenta que son datos de octubre y no recogen los grandes despidos anunciados en noviembre.
Todas estas variables apuntan a que el 'enfriamiento' del mercado laboral no se completará en los próximos meses, incluso podría llegar a 2024.
Pero que, pese a la incertidumbre sobre la economía estadounidense, el empleo resista es buena noticia, ya que implica que es posible que el ajuste se produzca recortando vacantes, sin provocar grandes oleadas de despidos pese al impacto de la política monetaria en la economía.
La Fed se mantiene en los márgenes
La Fed, que ya empieza a moderar ligeramente las subidas de tipos, espera que el desempleo alcance el 4,5% en 2023, desde los actuales niveles del 3,7%. Una previsión que empeora en dos décimas la realiza en septiembre.
Sin embargo, el economista jefe de LinkedIn, Guy Berger, destaca que este incremento es mucho menor que el que se produjo entre las previsiones de junio y septiembre, y apunta a que el "máximo de malas noticias" está cerca.
En cualquier caso, el aumento del paro previsto por la Reserva Federal sigue siendo muy inferior al de cualquier otra crisis. Además aún se mantiene por debajo del umbral del 5% de paro que los propios analistas de LinkedIn estiman que costaría reducir las vacantes a niveles de 2019.