
Los estadounidenses que han cambiado de trabajo en el último año han visto incrementado su salario dos puntos más que los que se mantuvieron en el mismo puesto. Una diferencia que se sitúa en máximos de toda la serie histórica y parece cuestionar los esfuerzos de la Fed para combatir la inflación. Aunque el banco central emite señales que apuntan a que estos sueldos también empiezan a doblegarse ante la subida de tipos.
El 'sobrecalentamiento' del mercado laboral guarda una estrecha relación con los precios. El poder de un trabajador para obtener mejoras en su nómina es clave en los denominados efectos de 'segunda vuelta' que retroalimentan la evolución alcista del IPC. Esto es aún más cierto en una economía como la estadounidense, que no cuenta con el 'colchón' de una negociación colectiva como la de Alemania o España.
En su caso, nada otorga mayor capacidad de negociación que la facilidad para encontrar otro empleo. Por ello, uno de los objetivos declarados del endurecimiento de la política monetaria emprendido por la Fed este año ha sido ponerle coto. Nada fácil en un país en el que se registran 10,7 millones vacantes de empleo y 4,1 millones de dimisiones al mes: unas cifras inéditas que han llevado a acuñar el término 'Gran Renuncia'.
Todos los sueldos han subido en Estados Unidos. El indicador de subidas salariales que elabora la Fed de Atlanta refleja un incremento general del 6,4%, impulsado por sectores como la hostelería y la logística, seguidos por la industria y el sector financiero.
El repunte supera con creces la media de los ejercicios anteriores en ese mes, que se situaba en torno al 3,4%, tras acelerarse drásticamente en el último año, aunque se ha moderado levemente desde el máximo de julio, cuando se llegó al 6,7% de subida.
Un de las claves de este comportamiento es la diferencia entre los que han cambiado de trabajo en el último año y los que permanecen en él. Mientras la subida salarial de los primeros llega al 7,6%, en los segundos se queda en 5,4%, con una diferencia que en lo que va de año, y por primera vez, se sitúa por encima de los dos puntos porcentuales.
La inflación marca el paso
Este récord parece comprometer la idea de que la espiral entre salarios y renuncias se pueda moderar a corto plazo, pero la Fed puede encontrar señales que apuntan a un leve optimismo. Y es que aunque los salarios de los que cambian de empleo suben más, pero también han demostrado ser mucho más volátiles que los del resto.
Históricamente, ambos trabajadores siempre han anotado subidas por encima de la inflación, salvo en momentos puntuales durante la Gran Recesión que provocó la crisis financiera, cuando la destrucción de empleo frenó la rotación de trabajadores.
Pero en 2022 el 'sprint' récord de los precios ha permitido que superen los salarios sin necesidad de que subiera el paro. Y esto es clave en la hoja de ruta de la Fed.
La inflación se ha visto reforzada por el mayor poder de los trabajadores para negociar subidas de sueldos, cierto. Pero el organismo que dirige Jerome Powell confía en que estos datos le dan margen para que sus 'cañonazos' antiinflacionistas puedan revertir la tendencia sin provocar despidos. .
¿Está funcionando? Es pronto para decirlo. El efecto de la subida de tipos en la 'economía real' lleva meses de decalaje, aunque los datos de los últimos meses apuntan a que la leve moderación de los precios tras la subida de tipos parece trasladarse con mayor intensidad a los salarios de los que cambian de empleo, que se han desacelerado casi un punto desde junio.
Por su parte, los de los trabajadores que no cambian de empleo se han reducido menos e incluso repuntaron levemente en octubre, aunque estos no son la prioridad en esta fase: su recorrido de normalización es más corto.
La clave, a corto plazo, es reducir el incentivo salarial para cambiar de puesto por debajo de la inflación y estos últimos datos apuntan a que está empezando a suceder. La teoría del 'aterrizaje suave' que defienden analistas como Goldman Sachs, y que augura que es posible un enfriamiento de la economía y la inflación, incluso a niveles de recesión, sin destruir empleo, gana así un argumento a favor.
Eso sí, estos datos son provisionales, y según los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos las renuncias resisten en una elevada tasa. Se requerirán varios meses para ver si esta tendencia salarial se confirma, aunque por ahora los resultados inclinan a la Fed a iniciar en diciembre la desaceleración de las alzas de los tipos.