
Los recortes de plantilla anunciados por Meta, Twitter y Amazon con apenas unos días de diferencia están siendo interpretados por muchos como el fin de fiesta en el empleo tecnológico, marcado durante los últimos años por una auténtica guerra por fichar talento que repercute en los sueldos y la rotación de los profesionales. ¿Pero es realmente así? ¿Y cómo afectará a España?
Lo ocurrido con los gigantes tecnológicos estadounidenses es la antítesis del 'aterrizaje suave' al que muchos analistas esperaban que condujera el 'enfriamiento' del mercado laboral ante a las grandes incertidumbres geopolíticas y el endurecimiento de la política monetaria (y en consecuencia del crédito y el consumo) para poner coto a la inflación. Este escenario suponía que las empresas recortarían el 'exceso' de vacantes en lugar de destruir empleos.
Ningún sector ha sufrido una tasa de 'sobrecalentamiento' como el tecnológico, hasta el punto de que se puede decir que arrancó la 'Gran Renuncia' antes incluso de la pandemia. Y, sin embargo, en un periodo de meses ha pasado de reducir contrataciones a, directamente, despedir.
En el caso de la empresa de Mark Zuckerberg, se achaca al error estratégico de encomendar la reformulación de su marca y su modelo de negocio basándose en la promesa del metaverso, más que en un producto concreto y tangible. En el de Twitter, se considera el fin del concepto 'primigenio' de red social como plataforma de opiniones y debates. La red del 'pajarito' es, seguramente, la más influyente para los políticos, pero esto no es rentable, como ha dejado claro Elon Musk con su draconiano plan de reconversión.
Sin embargo, ambos ejemplos solo son la punta de un iceberg que lleva tiempo flotando en mitad de la trayectoria del mercado laboral. La pregunta es si esto se convertirá en una nueva versión del 'Titanic' (como lo fue la burbuja 2.0 hace 20 años) o se resolverá con un contundente cambio de rumbo. La disyuntiva es clara: ¿colapso o ajuste?
El porcentaje de los profesionales TIC sobre el total del empleo es reducido, apenas un 4% (la mitad que en Alemania). Sin embargo, la digitalización es un desafío que ha estimulado la demanda de estos profesionales. Algo a los que contribuye en buena media la llegada de los fondos Next Generation.
El fenómeno del 'boom' del empleo tecnológico no es exclusivo de Estados Unidos. Se ha producido en todos los países, y en algunos aún se mantiene con intensidad. Es el caso de España, que es uno de los pocos países europeos que sigue situando entre sus profesionales más demandados (y a los que más se está dispuesto a mejorar sus sueldos) a los desarrolladores y programadores, según datos de Indeed.
Por ello, los expertos consultados por elEconomista.es no prevén una debacle y hablan más de ajuste, aunque advierten de que ciertos perfiles profesionales están mucho más expuestos en el escenario actual que otros.
El 'blindaje' de la experiencia
Los expertos en gestión del talento TIC consultados por elEconomista.es descartan que la situación a la sombra de los gigantes estadounidenses vaya a cambiar esto. "No va a parar", asegura Noelia Castillo, managing director de la consultora Newrole, que considera que los recortes encabezados por Meta o Twitter responden a una evolución "mucho más cíclica" que un 'pinchazo' en el modelo de la web 4.0.
En este sentido recalca que los perfiles "más robustos" son aquellos ligados a los ámbitos que mayor interés despiertan, como la ciberseguridad, el Big Data, inteligencia artificial o el Internet de la Cosas. Una visión que confirmó hace unos días el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, en El Ágora de elEconomista.es al refrendar la apuesta por estos
negocios en el marco de su filiar Telefóncia Tech. Según Álvarez-Pallete, se trata de un mercado que apenas se apreciaba cuando estaba en el perímetro de las operadoras, pero que "está creciendo con mucha fuerza".
Castillo recuerda que los profesionales más cotizados en estos ámbitos son los que combinan la cualificación (como un título en ingeniería) experiencia y, además, una formación continua. "A ellos no les va a afectar lo que está ocurriendo", asegura.
Pero, precisamente, la experiencia es una de las claves que hace más difícil reclutar a este tipo de trabajadores. De hecho, según los datos de UGT la carencia de ella es el motivo principal por el que las empresas no logran cubrir sus vacantes TIC. Por encima incluso de las elevadas expectativas salarios que estos profesionales pueden poner sobre la mesa y que lleva a algunas empresas a hablar incluso de "burbuja salarial".
Una supuesta burbuja, que al menos en lo que se refiere a estos perfiles, no parece que vaya a remitir. Además, sus competencias son bastante versátiles y van mucho más allá de las redes sociales y otros negocios que dependen de los datos generados por el márketing digital y el comercio electrónico, los sectores más afectados por la crisis que aqueja a Meta y Twitter.
En este sentido, Alexandre Coffin, director de Walters People para España, apunta que hay otros sectores en los que también se está viviendo un "boom del empleo", como el de las energías renovable, y en el que la demanda de los profesionales más cualificados está la alza.
Pero estos profesionales son pocos, lo que explica una continua guerra por el talento. Según los datos de Coffin, la duración media en un puesto de trabajo ha bajado de 3 a 1,6 años.
Los 'recién llegados', los primeros en caer
Pero, ¿cuáles son los perfiles que no están tan protegidos en esta crisis? Inevitablemente, los ojos se ponen en el nivel de los profesional TIC de nivel medio, sin tanta experiencia y que no están tan actualizados en las competencias más actuales.
Pero estos cuentan con una base sólida gracias a su formación académica. Eso sí, sus posibilidades salariales son más bajas, lo que genera un 'doble rasero' con los profesionales más seniors y mejor retribuidos (y que pueden invertir con mayor desahogo en su actualización continua).
En este sentido, Coffin explica que una de las reivindicaciones más claras al buscar empleo, por encima del sueldo o la conciliación, es la formación que ofrece la empresa y la posibilidad de trabajar con "tecnologías punteras". Es una forma clara de cerrar esta brecha retributiva.
Aunque la alta demanda de profesionales TIC ha provocado el surgimiento de un tercer tipo de profesional, con menor experiencia o formación base, pero que se ha formado directamente en las tecnologías y lenguaje de programación más actuales.
Son perfiles por lo general muy jóvenes, que proceden de otros sectores afectados por la pandemia y que han vivido un proceso acelerado de reciclaje profesional al hilo del auge del aprendizaje online a través de programas tipo 'bootcamp'.
Estos son los más vulnerables en esta crisis. Para empezar, su cualificación es mucho menor y esto lleva a que entren en un terreno casi 'low cost' y vinculado al modelo de redes sociales y comercio on line. Sus tareas son también mucho más básicas y rutinarias.
Y, por lo tanto, prescindibles en un proceso de recorte de plantilla como los que parecen intuirse en un horizonte marcado por la racionalización del sector, no por su hundimiento. Pero en el que la promesa del empleo en la era de la digitalización habrá de afrontarse con con mucho mayor realismo que hace un par de años.