
La falta de mano de obra se ha convertido en el último año en un reto para los países europeos que se suma a la inflación para repercutir con fuerza en los salarios. Sin embargo, las empresas españolas parecen estar entre las más reacias a la hora de pagar más para cubrir sus vacantes.
Así lo revela un informe elaborado por Indeed Hiring Lab, el servicio de estudios del metabuscador, y el Banco Central de Irlanda, que analiza los incrementos salariales en Reino Unido y la zona euro, con especial interés a las principales economías de esta última: Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos y España.
Hasta octubre, las ofertas en nuestro país han recogido un incremento interanual de apenas el 3,5%, frente al 6,2% de media de la zona euro o al 7% de Alemania. Sin embargo, el dato se sitúa nueve décimas por encima de las variaciones salariales medias registradas en convenio, con una media del 2,6%.
Así, los datos de España suponen también que los salarios potenciales suben menos de la mitad de la inflación general (7,3%) y muy por debajo de la subyacente (6,2%) y supone una pérdida de poder adquisitiva de más de tres puntos para los nuevos trabajadores, aunque también resulte menor que las de la media de los trabajadores en convenios.
Los responsables del informe, Pawel Adrjan, economista jefe para Europa de Indeed y Reamonn Lydon, economista del Banco Central de Irlanda, explican que el comportamiento de España es coherente con los datos de negociación colectiva y la reducida tasa de vacantes (0,8% frente al 5% de Alemania).
Es decir, que mientras en otros países la inflación se ha combinado con una demanda insatisfecha de trabajadores, en España el impacto se limitaría ante todo a la subida de los precios.
Esto enlaza con la polémica suscitada en nuestro país tras las denuncias de las empresas y patronales sobre la falta de mano de obra en sectores que van de la hostelería al sector tecnológico, con cifras que superan con mucho a las estadísticas oficiales.
Aunque los datos de Indeed tienen una lectura que puede explicar estos problemas: las empresas españolas son menos competitivas que las del resto de grandes economías europeas a la hora de atraer candidatos, ya sean inmigrantes o profesionales nacionales que buscan trabajo en otros países con mejore expectativas salariales.
Un ejemplo es el puesto que más se ha revalorizado en las ofertas españoles, el de conductor, que sube su salario un 7,6%. Pero en Alemania se incrementa un 11%. Por su parte, el de camarero sube en España un 4,6% pero en Alemania se dispara un 12%.
Dicho de otra forma: ni siquiera los sectores dispuestos a superar el umbral del 3,5% no pueden competir con las de otros países.
Mención aparte merece el caso de los programadores informáticos, que no aparece entre los más revalorizados en ningún país europeo salvo en España. Sin embargo, la subida 'solo' llega al 7%: por detrás de los conductores y transportistas o los albañiles y otros profesionales de la construcción.
Retraso respecto a Europa
Los datos de Indeed revelan también que España ha sido el país más rezagado a la hora de empezar a incrementar los salarios ofertados. De hecho la subida solo se intensifica a partir de diciembre de 2021, mientras que en la media de la zona euro arrancó en mayo.
Algunos países, como Alemania, la adelantaron casi a enero del pasado año, algo llamativo si tenemos en cuenta que el impacto de la pandemia aún persistía.
En cualquier caso, este retraso de nuestro país puede contribuir también a explicar por qué la subida queda por detrás de del resto de grandes economía europeas.
Solo un 13% de ofertas publican sueldos
El documento, elaborado en colaboración con el Banco de Irlanda, plantea un índice que analice la evolución salarial casi en tiempo real y que sea complementario a otras estadísticas, como los sueldos pactados en convenio colectivo o las cifras del Contabilidad Nacional.
Adrjan y Lydon mencionan el ejemplo del índice de salarios que elabora la Fed de Atlanta, antes de admitir que en Europa la transparencia salarial es mucho menor. La prueba de ello es que no todas las ofertas recogen salarios, en un margen que va del 50% en Reino Unido al 10% en Alemania. En España se sitúa en el 13%.
Pero aseguran que los datos de la serie histórica de este indicador coinciden con la evolución de otras estadísticas para la mayoría de los empleos, salvo en los empleos donde se cobran mayores sueldos.
Curiosamente, en España, donde los salarios de las ofertas han subido menos, esta diferencia es más abultada, lo que implica que las empresas están dispuestas a negociar mejores sueldos según el sector, una variabilidad que también refleja la estadística de convenios.
Esta capacidad de negociación explicaría la renuencia del Gobierno y los interlocutores sociales a la hora obligar a publicar los sueldos en las ofertas, pese a que una futura directiva europea incluirá esta obligación: la razón es que, a su entender, recortaría el margen de pacto en la negociación colectiva.