
Todo el mundo quiere cobrar en el futuro una pensión de jubilación de la mayor cuantía posible, pero no tanta gente conoce cómo se calcula el importe de estas prestaciones ni lo que se tiene en cuenta a la hora de proceder a ese cálculo. En lo que a muchas personas se les antoja casi como un jeroglífico tienen extrema importancia dos conceptos que, al contrario de lo que se piensa, no son lo mismo: la base de cotización y la base reguladora de los trabajadores.
Aunque la base de cotización y la base reguladora no son el mismo concepto y presentan, por lo tanto, diferencias entre sí son igualmente trascedentales para la pensión de jubilación de un trabajador. La clave radica en el método de cálculo de las pensiones de jubilación que utiliza la Seguridad Social, que tiene en cuenta los años cotizados y las bases de cotización por las que se ha cotizado en esos años.
El resumen es que aunque la base de cotización del trabajador y la base reguladora no son lo mismo, la base de cotización es importante para el cálculo de la base reguladora y ésta última es indispensable para conocer cuál es la cuantía de la pensión de jubilación.
La base de cotización es la cantidad sobre la cual se aplican las cotizaciones a la Seguridad Social que hace tanto el trabajador como la empresa (en el caso de trabajadores por cuenta propia). Aparece en la nómina de los empleados al ser en la práctica la retribución total del empleado contando los importes de las pagas prorrateadas, vacaciones no disputadas u horas extra. También se pueden consultar las que han tenido a lo largo de la carrera en el informe de bases de cotización que facilita la Seguridad Social.
Así, cuanto más se eleve el salario del trabajador mayor será su base de cotización dentro de los límites marcados por la Seguridad Social, que cada año establece una base mínima y máxima de cotización: en 2022 son de 1.166,70 y 4.139,40 euros mensuales, informa la Seguridad Social en su página web.
Esta es la importancia de la base reguladora en la jubilación
Estas bases de cotización se tendrán en cuenta a la hora de calcular la base reguladora del trabajador. La razón es que la base reguladora para la jubilación se obtiene tras sumar las bases de cotización de los 25 años previos (son 300 bases) y dividir ese resultado entre 350. Los periodos sin cotización pueden rellenarse con la integración de lagunas (la base mínima durante los primeros 48 meses y el 50% de la misma desde el mes 49) y, salvo en los dos años anteriores a la solicitud de jubilación, la Seguridad Social aplicará coeficientes a las bases de cotización para reflejar el efecto de la inflación.
La base reguladora no tiene por qué ser el importe exacto de la pensión de jubilación. Todo dependerá de la cotización previa que haya acumulado el trabajador a lo largo de su carrera: lo mínimo son 15 años, por lo que se otorga el 50% de esta base reguladora. A partir de esa base se conceden porcentajes extra que varían dependiendo de la cotización:
-Un 0,21% extra de base reguladora por cada uno de los 106 meses posteriores a los primeros 15 años.
-Un 0,19% extra de base reguladora por cada uno de los 146 meses posteriores.
Con estas referencias las personas que acumulen 36 años de cotización tendrán derecho al 100% de la base reguladora. Esto se conoce de forma coloquial como 'el 100% de la pensión' porque en estos casos, en la práctica, la base reguladora sí es igual al importe de la pensión de jubilación (salvo en los casos de complemento para reducir la brecha de género, que añaden cantidades extra).