El Banco de España revisa sus previsiones para la economía española, un día después de la publicación del Presupuesto para 2023 por parte del Ejecutivo. Los economistas del organismo se muestran mucho más prudente que el Gobierno. Frente a la expectativa de Moncloa de crecer un 2,1% el próximo año, desde Cibeles pronostican un avance mucho inferior del 1,4%. Tampoco coinciden en las perspectivas de la inflación. El IPC se mantendrá de media por encima del 5% para supervisor bancario.
El Gobierno y el Banco de España están destinados a discrepar en materia económica. Aunque se está lejos de las tensiones del pasado, con otros gobernadores y otros gobernantes; cuando hay números no hay manera de ponerse de acuerdo, y más con toda la incertidumbre de la actual coyuntura. Un día después de la presentación triunfal de los Presupuestos para 2023; el Banco de España ha echado un jarro de agua fría al cuadro macro, elaborado por el Ministerio de Economía, y que sirve de base para que todas las cuentas cuadren el próximo año.
La discrepancia no es menor. La diferencia es de siete décimas en el PIB. El Gobierno estima que la economía crecerá un 2,1%, mientras el Banco de España prevé un incremento del 1,4%, después un severo ajuste de las perspectivas, respecto al mes de junio. El crecimiento previsto anteriormente era del 2,9%. El fuerte recorte de previsiones lleva siendo una constante entre todas las instituciones económicas, públicas y privadas, según se oscurece el horizonte económico por culpa de la guerra desatada por Rusia y de unos precios de la energía al alza. El Gobierno también metió ayer un buen tajo a las suyas. No las tocaba desde el pasado mes de abril. Por aquellos tiempos, en Moncloa, todavía pensaban que la economía crecería en 2023 por encima del 3% y la inflación habría caído a niveles sostenibles del 2,2%.
Los economistas de la institución explican que el recorte de previsiones se explica por "las mayores tasas de inflación proyectadas, las condiciones de financiación menos favorables, las dificultades para que las empresas de las ramas más afectadas por el recrudecimiento de la crisis energética desarrollen su actividad, el aumento de la incertidumbre y el debilitamiento de la demanda global". Y señalan que la recuperación del nivel de producto previo a la pandemia se retrasaría probablemente hasta el primer trimestre de 2024, esto es, unos dos trimestres más tarde de lo proyectado en junio.
Inflación descontrolada
El Banco de España espera una inflación media en 2022 del 8,7%, que se moderará gradualmente hasta el 5,6% y el 1,9% en 2023 y 2024, respectivamente. La revisión del Banco de España son de 3,1 puntos al alza para el IPC del próximo año. Por su parte, el Gobierno estima que el deflactor de consumo, comparable al IPC, baje del 7,7% para este año al 4,1% en 2023. El ajuste alza del Banco de España viene motivada "por las sorpresas que se han observado recientemente en el avance de los precios, por las nuevas sendas previstas a futuro para los precios de la energía y por el hecho de que se considera un euro más depreciado que en el ejercicio de junio", explica.
Pero indica que la dinámica inflacionista "se ha contenido en los últimos meses por las actuaciones puestas en marcha por las autoridades para limitar los efectos del precio del gas. "En concreto, se estima que, en agosto, estas medidas contribuyeron a reducir la tasa de inflación general en algo más de 2 puntos porcentuales. De esta cuantía, aproximadamente la mitad se corresponde con el efecto del mecanismo para limitar el precio del gas utilizado en la generación de electricidad".
En el informe trimestral, el Banco de España advierte de que de un fuerte parón para la economía española ya se ha producido en el tercer trimestre, que se acaba de cerrar. El PIB venía creciendo a un ritmo trimestral del 1,5%. Las estimaciones del organismo son del 0,1% entre julio y septiembre. La semana pasada la encuesta trimestral que realiza ya alertaba de una caída de facturación del sector privado. Y hoy el PMI apunta en la misma dirección. El informe de hoy destaca que "la pérdida de vigor del consumo privado, que se desprende del tono débil de los datos más recientes de indicadores como las ventas del comercio minorista o las matriculaciones de vehículos de particulares".
El parón del tercer trimestre se ha visto reflejado en el empleo. El Banco de España subraya que "se ha ralentizado en los meses de verano", aunque reconoce que se mantiene el fuerte dinamismo de la contratación indefinida. La moderación en el mercado laboral "fue bastante generalizada por ramas de actividad, si bien destacó el fuerte crecimiento interanual del empleo que mantuvieron las ramas de servicios más asociadas al turismo". Pese a la desaceleración, mantiene la previsión para este año, en el que espera una tasa media de paro del 12,8%, aunque subiría ligeramente al 12,9% en 2023 y terminaría 2024 en el 12,4%. El Gobierno sitúa el paro para el próximo año en el 12,2%.
El informe también destaca que el consumo, que supone algo más del PIB, se ha ralentizado en el tercer trimestre, "por las elevadas tasas de inflación, el endurecimiento de las condiciones de financiación y el deterioro de la confianza de los consumidores". Aunque el organismo apunta que en la hostelería sigue por la senda de la recuperación. Y también resalta un deterioro de la inversión empresarial y en vivienda.
Mejora del déficit y se mantiene empleo
El organismo mejora sus estimaciones para el déficit público que quedará en 2022 en el 4,3% del PIB, frente al 4,6%. Además, hay mejores perspectivas también para 2023, con una tasa del 4% frente al 4,5% previo, pero empeora una décima la de 2024 al 4,3%.
De su lado, ha mejorado sus estimaciones para la deuda en 2022, tras situarla ahora en el 113,3% del PIB, frente al 114,9% previsto anteriormente. De cara a 2023, la deuda se situará en el 110,7% del PIB, mejor que la estimación previa del 113,2%, y en 2024 bajará del umbral de 110% y se colocará en el 109,9%, mejor que en las previsiones anteriores (112,5%).