
El Banco de España calcula que el encarecimiento del precio mayorista del gas natural desde enero de 2021 aportó 3,4 puntos porcentuales a la inflación registrada en España en agosto de este año, que fue del 10,5%. Prácticamente, un tercio del repunte de los precios se debe a este motivo. Pero los expertos destacan que la presión de los precios hubiera sido mucho más baja si no fuera por el sistema de fijación de precios de la luz del mercado mayorista, que multiplica por cuatro el impacto del coste del gas, para producir electricidad.
El último informe del Banco de España pone de manifiesto que la economía española podría haber salido indemne de la subida meteórica del precio del gas, si el sistema de precios mayoristas de la electricidad, que al final fija el precio de la luz, no hubiera disparado los precios. Los economistas de la institución Lucía López, Susana Párraga y Daniel Santabárbara analizan el impacto que ha tenido el encarecimiento del gas en la inflación, a través de su repercusión en la electricidad.
La subida del gas sobre la inflación general, aportaría 0,2 puntos al cabo de 14 meses; si se hace sobre la rúbrica del gas natural, explicaría el 5% de la inflación total, y si se hace sobre la rúbrica de electricidad, explicaría el 23% de la inflación al cabo de un año, señalan. En la comparación con los precios de la zona euro, destacan que el efecto directo del precio del gas desde 2021 explicaría un 21% de los precios en Europa, mientras en España se limita al 5%.
El documento del Banco de España apunta que el escaso impacto directo tiene sobre la inflación se debe "al menor peso del gas natural en el gasto de los hogares como a la existencia de una tarifa regulada del gas natural desde 2008, por la que los precios minoristas del gas son fijados por el Gobierno con una frecuencia trimestral". Este efecto se tiene que haber agigantado con la entrada en vigor del tope del precio del gas, gracias a la excepción ibérica, aplicado en junio por el Gobierno. Portugal y España fueron los primeros países en limitar el precio del gas. La medida tres meses después se está extendiendo por Europa.
La característica del mercado del gas contrasta con la fijación de los precios en la electricidad, que introduce un fuerte componente de volatilidad. Para los economistas del Banco de España, el sistema de fijación de precios en la electricidad multiplica por cuatro el impacto del precio del gas de manera indirecta. "El precio mayorista del gas natural influye muy especialmente en la determinación de los precios mayoristas de la electricidad, debido a que la tecnología marginal de producción de electricidad suele emplear gas natural", explican, y que está siendo más cara que el resto de tecnologías.
"Estos precios mayoristas acaban trasladándose también al precio final de la electricidad que afrontan las empresas y los consumidores, con una intensidad que varía en función de la regulación y de los tipos de contratos en el mercado minorista de la electricidad en cada país", añaden.
Alrededor de un 40% (de un total de 29 millones) de los consumidores en España tiene contratos indexados al precio del mercado al contado o en tarifa regulada, PVPC, según datos de Comisión Nacional del Mercado y Competencia.