
Tras el anuncio de Putin de la "movilización parcial" por la guerra de Ucrania, se han sucedido una serie de reacciones internacionales entre las que están aplicar un nuevo paquete de sanciones a Rusia por parte de la Unión Europea.
Pero la escalada bélica del presidente ruso continúa y la economía de Rusia está derivando, cada vez más, a una economía de guerra. Uno de esos signos es, por ejemplo, la reunión que Putin mantuvo con los representantes de las grandes empresas armamentísticas del país, a los que les pidió que aumentasen su producción para suplir el suministro a Ucrania. Para ello, ha agilizado los procesos de contratación con la Defensa rusa.
En medio de un período de sanciones internacionales, esta "economía de guerra" está impulsando la producción industrial rusa, ayudando a su economía a superar el bache que está pasando en medio de las sanciones internacionales.
De hecho, según un artículo de Bloomberg, la producción de productos militares no ha oscurecido la producción rusa, al contrario, los "productos de metal terminados" (en los que se incluyen desde cubiertos, armas, bombas o varios tipos de municiones) aumentó casi un 30% en julio con respecto al año anterior, después de haber sufrido una fuerte caída en los meses anteriores.
Por otro lado, en la categoría llamada "otros vehículos y equipos", que van desde las bicicletas a los blindados, pasando por aviones, también están entre las que mayor rendimiento han aportado en julio con respecto al año anterior.
Tatiana Orlova, de Oxford Economics, asegura a Bloomberg que la manufactura "habría tenido un comportamiento mucho peor si no hubiera sido por la guerra".
Por tanto, se podría decir que la movilización de recursos por parte de Rusia para hacer frente a la guerra de Ucrania están favoreciendo a su industria manufacturera. En este sentido, Rusia ha ganado peso internacionalmente en la exportación de mercancías. Según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio, el peso de las exportaciones de mercancías rusas a nivel mundial se ha incrementado este cuatrimestre un 0,58% con respecto al mismo período del año anterior. Mientras que el peso de China, principal socio comercial de Rusia, solamente se incrementó un 0,04% interanual con respecto al total de exportaciones mundiales en el primer cuatrimestre.
Atendiendo a estos datos, podría decirse que la maquinaria bélica de Putin está bien engrasada y le está sirviendo para suplir el golpe de las sanciones, pero es posible que esto sea una especie de espejismo. Rusia está desviando la mano de obra mientras que las sanciones continúan degradando su máquina de guerra ya que la está privando de componentes y tecnología.
El Kremlin sigue con el mensaje de que las sanciones de la UE no están funcionando. De hecho, existen numerosas noticias de propaganda de medios afines a la órbita del Kremlin que aseguran que las compañías rusas no están dejando en tierra los aviones, si no que están empleando piezas de aeronaves antiguas para sortear la falta de componentes provocada por dichas sanciones europeas.
Control de la industria
Está claro que la deriva de la economía rusa es hacia una "economía de guerra" ya que en julio Putin promulgó un proyecto de ley que da al Gobierno un control extraordinario sobre las empresas. Incluso, éste puede obligarlas a redirigir su producción hacia las necesidades militares del país.
Tatiana Orlova asegura que los datos de julio "confirman que el aumento en los pedidos estatales realizados con complejo militar-industrial respaldan la industria rusa". Además, la experta de Oxford Economics dijo a Bloomberg que "las cifras de producción industrial han parecido casi demasiado buenas para ser ciertas en los últimos meses".
De todas maneras, debido a la opacidad que caracteriza al gobierno ruso, es muy difícil hacer una lectura exacta de si verdaderamente su producción industrial está manteniendo sus índices, incluso mejorándolos, o si se está degradando debido a las sanciones.
Un claro ejemplo es el que destacan en la agencia Bloomberg: "En mayo, EE.UU dijo que sus controles de exportación habían detenido el trabajo en dos importantes plantas de tanques rusas. Pero informes locales recientes indican que una de ellas, Uralvagonzavod, está acelerando. Las personas dedicadas a la fabricación de defensa allí cambiaron una jornada de 12 horas y pueden ofrecerse como voluntarios para un turno de ocho horas los sábados".
De todas maneras, la nomenclatura de "productos terminados" es bastante ambigua, porque desde el Kremlin han dicho a Bloomberg que "no incluye productos finales de la industria militar", mientras que la nomenclatura se modificó por última vez en julio de 2022, en donde se incluyen productos metálicos como armas, municiones, bombas o cohetes.
Por tanto, esto podría tratarse de otro intento del gobierno ruso de hacer valer su fuerza industrial ante Occidente, haciendo creer que las sanciones no le afectan y que tienen una industria potente que no está basada en una "economía de guerra".
Por el momento, la situación del país es de "éxodo masivo" de personas debido a la movilización, con otro nuevo paquete de medidas impuesto por la Unión Europea.