
Las acciones de Wall Street subían este lunes cerca del 1% hasta que se dieron la vuelta de repente. ¿Qué ocurrió? Apple recibía una 'llamada perdida' de la recesión y anunciaba algo que ya han avanzado otras grandes tecnológicas: hay que echar el freno al gasto y la contratación ante el riesgo de contracción económica en los próximos meses. La sombra de la recesión ha llegado al soleado Silicon Valley y a algunas aceras de Wall Street.
El fabricante del iPhone está tratando de limitar los gastos y el crecimiento del empleo en algunas de sus divisiones, según informó Bloomberg este lunes, si bien Apple no ha adoptado una política común para toda la empresa. Esta postura más cautelosa ante los vientos económicos de cara imita el enfoque de otras grandes como Amazon, Alphabet (Google) y Microsoft, que están tomando medidas para desacelerar el gasto.
Ya no solo se trata del oscuro panorama en el parqué (Apple se deja un 17,8% en 2022, Alphabet un 24%, Microsfot un 24,4% y Amazon un 31,76% antes de la sesión de este martes). Que la empresa más grande de Wall Street, EEUU y el mundo (en pugna con la petrolera saudí Aramco) haya hecho este anuncio supone todo un 'jarro de agua fría' para la economía más allá de la fortaleza que dato a dato demuestra la engrasada 'maquinaria' laboral de EEUU tras la pandemia.
La noticia no solo provocó la caída de las acciones, sino que aumenta la inquietud en torno a la temporada de resultados de las empresas tecnológicas, que entra en pleno apogeo esta semana. Será aún más difícil para las cotizadas tranquilizar a unos inquietos inversores. "Hay temor entre los inversores de que muchas compañías tecnológicas y no tecnológicas aprovechen la actual temporada de presentación de resultados trimestrales para anunciar este tipo de medidas y para revisar a la baja sus expectativas de resultados", advierten desde Link Securities.
El anuncio de Apple y las otras tecnológicas constituye un claro aviso. La empresa de la 'manzana' y otros de estos gigantes no hablan por el momento de eliminar puestos de trabajo, sino de reducir el ritmo de contratación. Pero hay casos que ya muestran un tono más preocupante.
Uno de ellos es el de Microsoft: la corporación dijo la semana pasada que eliminaba algunos puestos como parte de una reorganización. La reducción afecta a menos del 1% de su plantilla de 180.000 personas, y Microsoft aún espera terminar el año con un aumento de la plantilla. Pero sucede a la medida adoptada en mayo para ralentizar la contratación en las divisiones de Windows, Office y Teams "mientras Microsoft se prepara para el nuevo año fiscal".
Aún más negativas son las notas emitidas por Tesla. La 'reina' de los vehículos eléctricos despidió recientemente a cientos de trabajadores y cerró una instalación de California dedicada a su tecnología de conducción autónoma Autopilot. Elon Musk había dicho anteriormente que los despidos serían necesarios en un entorno económico cada vez más inestable. El CEO de Tesla aclaró en una entrevista posterior que alrededor del 10% de los empleados asalariados perderían sus puestos de trabajo en los próximos tres meses, aunque el número total de empleados podría ser mayor en un año.
Nombres relevantes, pero golpeados tras el valle pandémico como Netflix o Peloton también han despedido trabajadores en los últimos meses. Netflix recortó unos cientos de puestos de trabajo en junio y Peloton acaba de anunciar sus planes de cerrar su fabricación propia. Meta, la empresa matriz de Facebook, ha recortado el gasto y ha ralentizado la contratación de algunos puestos de alto nivel.
La semana pasada, el consejero delegado de Google, Sundar Pichai, dijo a su personal que la compañía planeaba ralentizar las contrataciones en lo que quedaba de 2022, una medida poco habitual para el gigante de internet, que suele añadir decenas de miles de empleados cada año. Google centrará sus contrataciones en puestos técnicos y "otros roles críticos" durante este año y el siguiente.
Amazon reforzó su plantilla durante la pandemia para poder hacer frente a un aumento del gasto en comercio electrónico. Esto le ha dejado con un exceso de personal en sus almacenes, pero la empresa ha dicho que está solucionando el problema con la reducción de personal.
Aunque pasó más desapercibida por los titulares que ocuparon sus buenos resultados del segundo trimestre, Goldman Sachs lanzó en su presentación la advertencia de que reduciría las contrataciones y que podría despedir a personal de bajo rendimiento, a pesar de que sus operadores ayudaron al gigante de Wall Street a capear un mercado claramente en contra este 2022.
Ante el creciente temor a una recesión, el director ejecutivo de Goldman, David Solomon, advirtió de la creciente incertidumbre debida a la elevada inflación, el endurecimiento de la política monetaria en EEUU y la guerra en Ucrania. El jefe de finanzas, Denis Coleman, dijo que el banco estaba "reexaminando de cerca todos nuestros planes de gasto e inversión". Esto incluye la ralentización del ritmo de contratación y la posible reintroducción de la revisión del rendimiento de sus empleados a final de año, que había interrumpido en gran medida durante la pandemia.
Queda por ver cómo afectan esta serie de noticias al sentimiento, dado el rol de referencia que tienen estas empresas en un contexto en el que el empleo sigue fuerte pese a la incertidumbre reinante. El informe gubernamental de junio arrojó 372.000 nuevas nóminas no agrícolas en el país, muy por encima de la estimación de 265.000. De hecho, EEUU añadió 25.000 puestos de trabajo en el sector de la información en junio, lo que supone un aumento de 105.000 puestos de trabajo respecto a la situación anterior a la pandemia.
Aunque hay indicadores como el PIB en tiempo real de la Fed de Atlanta que ya pronostican una recesión técnica (dos trimestres seguidos en negativo), otros como el citado empleo o las ventas minoristas evidencian que la economía aguanta. Con la Fed más subida ahora mismo al 'autobús' de los 75 puntos básicos que de los 100, todo el mundo espera al primer dato oficial de PIB del segundo trimestre la semana próxima.