El Banco de España (BdE) rechaza la subvención de 20 céntimos para carburantes durante tres meses que aprobó el Gobierno para hacer frente a la inflación. El Supervisor critica su eficacia y considera que no beneficia a las rentas bajas: al contrario, el IPC es más contenido en las clases altas.
Así se recoge en el Informe Anual 2021 del banco central, que duda sobre las medidas de apoyo a hogares y empresas que ha puesto en marcha el Gobierno. "La necesidad de atender rápidamente a los agentes más afectados se cubre a través de la subvención a los precios de los carburantes", explica el documento. Sin embargo, el informe precisa que "es una medida muy genérica, que posiblemente tenga incluso un carácter regresivo, dado que los hogares de menores rentas probablemente tengan un menor consumo de esos productos".

Precisamente, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, reconoció esta semana el escaso impacto de la medida. Calviño señaló que la rebaja del combustible podría cambiar de método. De este modo, la vicepresidenta económica abre la puerta a cambios en la medida. A su juicio, hay que ver si "se prorroga o se modifica" tanto la rebaja de los carburantes como el resto de las incluidas en el plan de respuesta a la guerra.
El Banco de España apela al control de la inflación en la Encuesta de Presupuestos Familiares, que permite construir una tasa de inflación diferente para distintos tipos de hogares, según su estructura familiar, edad, educación y renta. Este documento recoge que el peso del gasto en bienes de primera necesidad -en particular, en alimentos, electricidad, gas y otros combustibles- en el total de la cesta de consumo es sensiblemente mayor en aquellos hogares con un menor nivel de renta y en los que la persona de referencia tiene más edad o un nivel educativo más bajo.
Desde el Gobierno, hace unas semanas, la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendía que la rebaja de carburantes indiscriminada, es decir, para todos los usuarios, era la forma óptima para resolver la crisis. Precisamente, la posición contraria a la que esta semana postuló la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Escalada de los precios
Y es que, desde que entró en vigor la medida de rebaja de 20 céntimos a los combustibles a comienzos de abril, en el plan de choque contra la guerra que se culminó sin consenso, los precios son más elevados. Según los datos que recoge la Comisión Europea, la gasolina ha subido unos 8 céntimos de media en este mes y medio. El diésel, por su parte, se ha elevado 4 céntimos y ambos combustibles rozan los 1,90 euros pese a las medidas de contención de precios.
Sobre este hecho ya pone la alerta el organismo supervisor, que avisa de que "el encarecimiento de la energía está teniendo un impacto significativo sobre el poder de compra de las rentas de los hogares". Y, se ha avanzado, habla en plural porque tiene un distinto impacto según el nivel de riqueza de cada familia.
El impacto energético incide con especial intensidad en los hogares con menores ingresos por la proporción de gasto que se comen los carburantes en su presupuesto mensual. En concreto, los incrementos de los precios de la electricidad, el gas, los carburantes y otros combustibles observados en 2021 habrían hecho aumentar el peso de estas partidas en el gasto nominal total en un 3,1% y un 1,4%, respectivamente, en los deciles inferior y superior de la renta.
Consumo en el hogar
Esa brecha por grupos de renta es incluso mayor en el caso del componente de la energía consumida en el hogar. Además, el margen del que disponen los hogares con menor renta para amortiguar el impacto sobre su consumo de este incremento de precios mediante una reducción de su ahorro es menor: sus tasas de ahorro suelen ser más reducidas y, además, solo una pequeña proporción de estos hogares pudo acumular ahorro extraordinario durante la pandemia, alerta el Banco de España.
Este panorama se reproduce de forma generalizada durante la escalada de precios. Según analiza en profundidad el propio BdE, "en los últimos meses, los hogares con menor renta, aquellos en los que la persona de referencia era mayor de 65 años y aquellos con educación secundaria o inferior enfrentaron una inflación superior a la que soportaron los hogares con mayor renta, menor edad y mayor nivel educativo, respectivamente". Una de las causas es que en los primeros "el peso del gasto realizado en bienes de primera necesidad" es mayor y también es este grupo de productos los que "han mostrado un mayor encarecimiento relativo recientemente".
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