Christian Nolting, director de inversiones del área privada de Deutsche Bank, comentó hace unas semanas en un informe temático que la inflación era como un rinoceronte desatado dentro de una sala. Este economista cree ahora que la inflación seguirá siendo bastante elevado en la zona euro y en EEUU, donde ve hasta 10 subidas de tipos en un año para contener a este 'rinoceronte'.
Nolting, según publica Europa Press, prevé que la inflación se modere algo, puesto que las tasas de variación que ha mostrado en los últimos meses no son sostenibles salvo que la energía volviese a dar otro arreón o que se produjese una espiral precios/salarios. Pese a todo, las expectativas aún son elevadas: anticipa que el IPC de Estados Unidos se sitúe en el 4,7% a finales de 2022 y en el 8% en la Eurozona. Esta inflación tan poderosa están poniendo contra las cuerdas al consumo. Lo que está ocurriendo en España puede ser una premonición para el resto de Europa.
Deutsche Bank anticipa 10 subidas de tipos (hay apuestas aún más elevadas) por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de cara al cierre del segundo trimestre de 2023 y que el Banco Central Europeo (BCE) ponga fin a sus compras netas de activos antes de subir el tipo de facilidad de depósito tres veces y el tipo de facilidad de préstamo dos veces en 2022.
El crecimiento, por su parte, seguirá por encima del potencial en Estados Unidos, con un avance esperado para este año del 2,9%, mientras que la perspectiva de crecimiento para la Eurozona es del 2,8%, un porcentaje que "sería mucho mayor si no fuera por las limitaciones de la oferta a la luz de la situación de Ucrania".
En estas previsiones se puede ver cómo la inflación multiplicará casi por tres la tasa de crecimiento económico. "Los bancos centrales se enfrentan hoy a un dilema, dado que es improbable que las presiones inflacionistas se reduzcan en breve y las economías necesitan abundante liquidez debido al deterioro de las condiciones financieras y a los mayores riesgos para el crecimiento", explicaba este experto en su informe temático.
Cómo nace el shock de inflación
El experto del banco alemán explicaba que "la recuperación económica ha hecho aumentar la demanda de bienes y servicios. Al mismo tiempo, el mundo post pandemia ha generado algunas restricciones de la oferta, algo que los bancos centrales difícilmente pueden controlar. Las sanciones y el cese por parte de las empresas de sus actividades en Rusia están agravando los problemas de las cadenas de suministro. Asimismo, la escasez de platino, paladio o incluso neón está afectando la fabricación de productos intermedios", señalaba Nolting.
"La inflación está asimismo repuntando en el sector de servicios, donde se observa un fuerte efecto de la crisis del covid: la escasez de mano de obra. La tasa de participación de la fuerza de trabajo en EEUU no se ha recuperado hasta los niveles de antes de la crisis; en Europa, el desempleo ha caído por debajo del nivel anterior a la pandemia y un 25% de las empresas indican que la escasez de mano de obra está limitando su producción", sostiene el informe del banco alemán.
Más poder de negociación
Este experto asegura que la baja tasa de paro respalda el poder de negociación de los sindicatos. La situación dependerá en gran parte de si a las empresas y trabajadores les preocupa más la incertidumbre económica o las perspectivas de inflación. En el caso de la Eurozona se prevén subidas de salarios no vistas en décadas, pero aún así quedarían por debajo de los niveles de inflación de 2022.
"Prevemos que algunos motores inflacionistas se moderen (las subidas de la energía deberían aflojar a medio plazo). No obstante, seguramente persistirán algunas tendencias a más largo plazo, como la disminución de la fuerza de trabajo y la creciente proporción del PIB generada por los servicios, más intensivos en mano de obra; por consiguiente, es improbable que la inflación vuelva al nivel de antes de la pandemia en los próximos años", sentencian. La inflación estancada en el 2% o por debajo puede ser cosa del pasado.
China se frena
China verá frenado su avance por la política de Covid cero, la desaceleración del sector inmobiliario y los riesgos geopolíticos, aunque una relajación gradual de las medidas de bloqueo y una política fiscal más expansiva deberían impulsar el crecimiento. De esta forma, la entidad prevé un crecimiento del PIB del 4,5% en el país en 2022, por debajo del consenso.
En este contexto, los mercados de las economías desarrolladas seguirán experimentando una fuerte volatilidad debido a varios factores, como la entrada en positivo de las rentabilidades de los bonos estadounidenses, los riesgos geopolíticos, los riesgos de suministro y las dudas en torno a las actuaciones de bancos centrales.