
La fortaleza que está mostrando el mercado laboral en los últimos meses parece dejar atrás los temores a un periodo pospandemia de paro elevado. Sin embargo, el covid ha moldeado la realidad del empleo en España acentuando las luces y sombras de los salarios y la creación de puestos de trabajo.
En 2021 se recuperó todo el empleo perdido en la pandemia. La fuerte creación de empleo (840.700 nuevos ocupados y 615.900 parados menos según la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al último cuatrimestre del año) permitió recuperar a lo largo del último año prácticamente todos los puestos de trabajo perdidos por el covid. Pero existe una pega en este avance: el aumento de la población activa.
Por primera vez en ocho años, la población activa (ocupados y parados que buscan activamente empleo y no lo encuentran) no solo creció más que la inactiva sino que firmó su mayor incremento desde el año 2005 provocando que, pese al buen resultado del empleo, el número de parados no recuperara el nivel prepandemia.
Pese a reducirse en siete décimas en promedio en el año, la tasa de paro no pudo retroceder hasta los valores de 2019. En cualquier caso, en comparación con la crisis 2008-2013, la evolución de la tasa de paro fue mucho más positiva en la pandemia. Hay que esperar para afianzar el impacto de la reforma laboral que entró en vigor a finales del año pasado.
13 años liderando el paro en Europa
Así, España sumó su año trece consecutivo como el país con mayor número de desempleados de la UE.
Pese a la reducción y a la incidencia de los Expedientes de Regulación Temporal del Empleo (cabe recordar que los afectados por un Erte se contabilizan como ocupados), las cifras absolutas de parados de España siguen muy por encima de las de otros países de la UE. Y es que, por ejemplo, con una población un 43% menor, España tiene prácticamente el doble de desempleados que Alemania.
En 2021, y aunque por estrecho margen, la tasa de desempleo de España pasó a ser la más alta de la Unión Europea, algo que no ocurría desde 2012. Junto con Grecia, son los únicos países de la UE en donde la proporción de desocupados se mide en cifras de dos dígitos frente a las tasas de paro inferiores al 4% que firman Malta, Alemania (3,6% en ambos casos), Polonia (3,4%) y República Checa (2,8%), cercanas al pleno empleo.
Las 'trampas' de la recuperación salarial
La recuperación salarial en España ha sido notable pero hay que contar con el 'efecto Erte', que magnifica los datos al sobredimensionar el crecimiento con respecto a 2020, primer año de pandemia y el más duro para la economía. "La comparación con el 2020 nos puede llevar a correr el riesgo de magnificar cifras y conclusiones, y lo que llevamos de 2022 nos anticipa que la recuperación va a ser más difícil de lo que pensábamos", advierte Javier Blasco, director del Adecco Group Institute.
El salario mínimo se situó en 2021 en 1.126 euros (965 en 14 pagas) tras subir un 53% desde 2016, aunque el ritmo de la revalorización del SMI se moderó entre 2019 y 2022 pese a alcanzar los 1.000 euros mensuales.
El monto de 2021 es superior, por ejemplo, al de EEUU, pese a que el PIB per cápita del país norteamericano duplica al español, recoge el III Anuario del Mercado de Trabajo de Adecco. En Europa la comparación es más compleja por la gran diversidad en esta materia.
En el viejo continente, Dinamarca, Italia, Chipre, Austria, Finlandia, Suecia, Noruega, Islandia y Suiza no tienen un salario mínimo legal mientras en otros siete países supera los 1.500 euros mensuales. En datos de Eurostat, el salario mínimo más elevado de la UE correspondía a cierre de 2021 a Luxemburgo, con 2.257 euros al mes.
La recuperación salarial también se ha trasladado al salario medio, que se situó el año pasado en 1.751 euros pero su poder adquisitivo dio un paso atrás con respecto a los avances de la última década. En concreto, la capacidad económica de un sueldo medio en 2021 fue similar a la de los años 2015-2016 pero un 4,9% más baja que la de 2010.
De vuelta al contraste con otros países europeos, la variación del poder de compra del salario medio que se acumuló en los 10 años que van de 2011 a 2021 oscila entre el alza del 13,6% de Polonia hasta la pérdida del 6% en el caso español. Suecia y Francia también anotaron pérdidas.
En el análisis por sectores, el salario medio superó el nivel prepandemia y alcanzó nuevos máximos en industria, construcción y servicios, los tres principales. De hecho, por cuarto año consecutivo se redujo la diferencia entre el salario medio industrial (el más elevado) y el mismo de los servicios. Según el análisis de Adecco, si en 2017 el primero era un 19,9% superior al segundo, en 2021 esa ventaja se estrechó hasta el 15%.
¿Y la inflación? Para conocer el salario real hay que corregir el salario nominal (el salario ordinario mensual expresado en euros) de las variaciones del IPC. Si en 2020 el salario real cayó un 2,7% (el descenso de un 3% del salario nominal fue compensado por una caída de un 0,3% del IPC), en 2021 ocurrió lo contrario: la mitad del aumento nominal del salario fue malogrado tras situarse la inflación media en 2021 en 3,1%.
Mujeres y mayores de 40 encabezan la recuperación del empleo
El impacto de la pandemia en el empleo tuvo una incidencia desigual. Por sexos, el covid fue más severo con las mujeres en el mercado laboral, pero durante la sostenida recuperación la tasa de empleo de mujeres está cerca de alcanzar su máximo histórico, recuperándose con más fuerza de la pérdida de empleo que los hombres en 2021.
De todos modos, el avance viene de antes de la pandemia: entre 2011 y 2021, mientras el número de varones trabajando creció un 4,9%, el de mujeres lo hizo un 10,3%. Las mujeres captaron casi dos de cada tres empleos creados en la última década.
Todas las franjas de edad anotaron una recuperación de empleo, pero solo los mayores de 40 años han superado su nivel de empleo prepandemia. El mayor incremento del número de ocupados ocurrió entre los menores de 25 años (+12,6%), pero no fue suficiente para recuperar el nivel de empleo de 2019.
El impacto de la pandemia fue muy desigual entre los sectores de actividad, haciendo especial daño a aquellos más afectados por el confinamiento y las restricciones, como la hostelería y el comercio.
El caso de la hostelería es singular porque presenta la peor situación relativa entre las ramas que se han recuperado: sus 1,46 millones de ocupados de 2021 sumaron menos que los que tenía en 2015.