Economía

Cómo jubilarte gracias a la 'doctrina del paréntesis' aunque no cotices los últimos años

  • Se trata de un método que ha sido consolidado por la jurisprudencia
  • Permite eliminar los periodos sin cotizar para cumplir los requisitos exigibles
Foto: Dreamstime.

El cumplimiento de los requisitos para cobrar una pensión contributiva de jubilación afecta a toda la vida del trabajador, tanto al cómputo global como a los últimos años de su carrera. Y en este punto sí pueden existir problemas para los futuros jubilados, ya que en circunstancias muy concretas pueden quedarse sin acreditar ese requisito de cotización.

En concreto, lo que pide la Seguridad Social es que, dentro de los últimos 15 años, el trabajador cotice por un mínimo de 15. Después también tendrá que acumular un mínimo de 15 años para tener derecho a la pensión, pero en paralelo a ese periodo general de cotización también ha de cumplir esa parte específica.

La propia Seguridad Social dispone de una herramienta que ayuda a los trabajadores con parones en sus cotizaciones: la integración de lagunas por la cual se rellenan con cotizaciones ficticias esos periodos sin cotizar. Los primeros 48 meses se hace por el total de la base mínima vigente en cada momento y a partir de ahí por el 50% de esa base mínima vigente.

Esto es importante por una causa extra: el cálculo de las pensiones de jubilación se realiza teniendo en cuenta las cotizaciones de los últimos 25 años previos a la solicitud de la pensión, es decir, sumando las bases de cotizaciones de los últimos 300 meses, de acuerdo con el método de la Seguridad Social.

En paralelo a la acción protectora de la Seguridad Social, desde la jurisprudencia se han ido lanzando sentencias a favor de aplicar lo que se ha denominado 'doctrina del paréntesis' y que consiste en dejar los periodos sin cotizar del trabajador dentro de un paréntesis que no sirve de cara al cómputo para la jubilación.

Esto, obviamente, no sucede en todos los casos. La clave, ante todo, está en acreditar que el ciudadano tuvo en todo momento voluntad de cotizar y no pudo. Los casos de referencia son los más especiales porque inciden en situaciones muy concretas ante las que puede salir al rescate la doctrina del paréntesis: personas paradas de larga duración después de la crisis económica de 2007 y 2008, que son beneficiarias de pensiones no contributivas de invalidez, que tienen una grave enfermedad que les impide cotizar o que, por ejemplo, han estado en una cárcel cumpliendo una privación de libertad continuada.

Un ejemplo práctico: así se aplica la doctrina del paréntesis

En esta situación se encontraba la protagonista de una de las sentencias que han creado jurisprudencia: una mujer que, tras una pena de 20 años de prisión, no pudo acreditar los dos años exigibles dentro de los últimos 15 para poder tener pensión de jubilación. El Tribunal Supremo aludía en su sentencia (puede consultarla en este enlace) a las limitadas opciones de trabajar en prisión y las escasas posibilidades que se le habían ofrecido para ello en el centro penitenciario.

La sentencia deja claro que, al no tener constancia de un ofrecimiento laboral que es también un derecho constitucional, el Tribunal Supremo estimó que ese tiempo sin cotizar dentro de la cárcel "ha de ser considerado como tiempo neutro a efectos de aplicación de la teoría del paréntesis".

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