
El alza de precios del petróleo y el gas puede restar medio punto al crecimiento anual PIB español este año, según CaixaBank Research, debido a la influencia en estos costes del conflicto entre Rusia y Ucrania, y pese a que España tiene poca dependencia de dichos países en cuanto a fuentes energéticas se refiere.
El servicio de estudios de CaixaBank toma como referencia un aumento, en promedio anual, de 10 dólares/barril del precio del petróleo y de 30 euros/MWh del precio del gas. Este aumento conllevaría (suponiendo que la demanda de petróleo y de gas no fuera capaz de ajustarse a este encarecimiento de precios a corto plazo) un incremento de las importaciones netas de cerca de 8.100 millones de euros, un 0,6% del PIB.
Y es que, sea cual sea su procedencia, España depende del exterior para abastecerse de estos combustibles, como muestra la clasificación de las importaciones nacionales de 2021, liderada por el petróleo y sus derivados, y con el gas en el noveno lugar del Top10 (ver gráfico).
Concretamente, el año pasado las importaciones de petróleo y de sus derivados ascendieron a 33.962 millones de euros (el 2,8% del PIB), mientras que el gas totalizó 9.602 millones de euros, el 0,8% del PIB.
El impacto sobre el crecimiento del PIB nacional es algo menor al que se desprende del impacto directo en las importaciones por dos motivos. En primer lugar, el menor gasto que se realizaría como consecuencia del aumento del precio de la energía conllevaría una caída, a su vez, de las importaciones de bienes no energéticos y de servicios. En segundo lugar, es probable que los hogares amortiguaran, hasta cierto punto, su merma de capacidad adquisitiva haciendo acopio de sus ahorros. En este sentido, también sería relevante en qué medida la política fiscal mitigaría el impacto del encarecimiento del gas sobre la factura eléctrica, indica en su informe de marzo CaixaBank.
El documento incide en que la demanda de petróleo y gas suele ser bastante insensible a las variaciones que sufren sus precios, de tal manera que, cuando aumentan, se reduce la capacidad de compra de otros bienes por parte de los hogares, y también disminuye la capacidad de inversión de las empresas.
En cualquier caso, CaixaBank Research señala que la coyuntura actual presenta un grado de incertidumbre muy elevado que "complica sobremanera la generación de un escenario central", y que, además del impacto que puedan acabar teniendo los costes energéticos, el conflicto en Ucrania también podría afectar a la recuperación económica por otros canales, como por ejemplo el efecto pernicioso sobre la confianza o sobre las exportaciones, consecuencia del deterioro del entorno internacional.
CaixaBank mantiene por ahora su previsión de crecimiento para España en un 5,5% del PIB, pero ya avanza que, debido a las consecuencias económicas de la guerra, tendrá que "recortar" sus previsiones para 2022, así como elevar las de la inflación.
Así, el informe apunta que el encarecimiento de la energía puede acabar restando "algo más de un punto" al PIB español este año en relación con el escenario previsto antes de la guerra en Ucrania, mientras que la inflación "podría situarse en torno al 7% en el promedio del año" si los precios de la energía acaban manteniéndose en las cotas apuntadas por los mercados de futuros a finales de febrero y principios de marzo, es decir, con el petróleo a 105 dólares por barril y el gas a 120 euros por MWh.
Los sectores más afectados serán el transporte, la metalurgia, la pesca, la industria extractiva y la fabricación de papel por sus costes energéticos, así como el sector agroalimentario por las materias primas.