
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) aseguró este miércoles que la variante ómicron amenaza la recuperación económica mundial, al intensificar los desequilibrios que ralentizan el crecimiento y el aumento de los costes. Una situación que se complica aún mas bajo el acecho de la inflación en un momento en que el organismo multilateral elevó significativamente sus previsiones sobre el aumento de los precios.
Así, la OCDE, con sede en París, subrayó que la recuperación ha "perdido impulso" al recortar las perspectivas de las principales economías, entre ellas Estados Unidos, China y la zona euro. "Nos preocupa que la nueva variante del virus, la cepa ómicron, aumente aún más los ya elevados niveles de incertidumbre y riesgos, lo que podría suponer una amenaza para la recuperación", declaró en una rueda de prensa la economista jefa de la entidad, Laurence Boone.
Mayor preocupación
Aunque Boone se mostró "cautelosamente optimista" respecto a la recuperación, advirtió que la pandemia, la elevada inflación, los cuellos de botella en la cadena de suministro y los posibles errores de política son "preocupaciones fundamentales". "La principal prioridad política sigue siendo la necesidad de garantizar que las vacunas se distribuyan lo más rápidamente posible en todo el mundo, incluidas las dosis de refuerzo", añadió.
Pese a que todavía se desconoce si la variante ómicron debilitará la eficacia de las vacunas, un nuevo periodo de interrupción en las cadenas de suministro mientras los gobiernos esperan más información científica podría provocar una inflación aún mayor, aunque el impacto en el crecimiento económico sería probablemente modesto. Dicho esto, si la nueva cepa es resistente a las vacunas, los gobiernos podrían imponer cierres más estrictos que los que se han aplicado recientemente mientras se desarrollan los nuevos medicamentos. En este caso, las tasas de inflación podrían desinflarse a medida que el crecimiento se ralentiza.
Entre los escenarios más benignos que contempla la institución se asume que los brotes y contagios podrían seguir provocando restricciones a los movimientos de las personas. Dicho esto, en un panorama mucho más adverso, describen un contexto en que los lugares con menor acceso a las vacunas o una tasa de inmunidad baja se convierta en caldo de cultivo de variantes más mortíferas del Covid-19. Es por ello que la economista jefa de la OCDE insistió en que "sería un gran error creer que trabajo ya está casi hecho". En este sentido recordó cómo los países desarrollados del G20 han gastado 10 billones de dólares para apuntalar sus economías durante la pandemia, mientras que vacunar al planeta sólo costaría 50.000 millones de dólares.
El organismo multilateral indicó que la recuperación mundial ha sido más fuerte de lo que esperado en 2021
La entidad elevó su previsión de inflación para el conjunto de los países del G20 en 2022 desde el 3,9% al 4,4%. Los mayores aumentos se produjeron en EEUU y el Reino Unido, donde las proyecciones para el próximo año subieron en ambos países del 3,1% al 4,4%. En 2023, la OCDE espera que los precios caigan hasta el 3,8%. Sin embargo, prevé que la inflación se sitúe en el 1,8% en la zona euro para entonces, frente al 2,4% en el Reino Unido y el 2,5% en EEUU. De esta forma prevé que la inflación se sitúe por encima del objetivo medio del 2% de la Reserva Federal.
En lo que al crecimiento económico mundial se refiere, la entidad estima que éste alcanzará el 5,6% en el ejercicio en curso, antes de moderarse al 4,5% en 2022 y al 3,2% un año después. El organismo multilateral indicó que la recuperación mundial ha sido más fuerte de lo que esperado en 2021, pero al mismo tiempo recalcó que esto ha derivado en una serie de desequilibrios perjudiciales que podrían persistir más tiempo de lo esperado. Sólo en el sector de la automoción, la OCDE calculó que las interrupciones del suministro restaron más del 1,5% al tamaño de la economía alemana este año y más del 0,5% en México y Japón.