Los economistas de Goldman Sachs plantean cuatro escenarios sobre el posible impacto en el crecimiento económico mundial de la variante Ómicron del coronavirus, aunque reconocen que es demasiado pronto para ajustar sus previsiones, ya que aún no está claro cuál es el más propenso a materializarse.
En primer lugar, Goldman habla de un "Escenario Negativo". En el mismo, Omicron se transmite más rápido que su predecesor, la variante Delta. Esto hará que el crecimiento mundial del primer trimestre se ralentice a una tasa anual del 2% intertrimestral, es decir, unos 2,5 puntos porcentuales por debajo de la previsión actual de Goldman.
Para el conjunto de 2022, la economía mundial sigue expandiéndose un 4,2%, alrededor de 0,4 puntos porcentuales por debajo de la previsión actual, mientras que las perspectivas de inflación son "ambiguas".
Un segundo escenario incluye "Graves Inconvenientes". En dicha situación, tanto la gravedad de la enfermedad como las hospitalizaciones son sustancialmente peores que las registradas con la variante Delta. En este contexto, el crecimiento económico global recibe un golpe más sustancial, mientras que "el impacto de la inflación es de nuevo ambiguo".
Por otro lado, Goldman también plantea un escenario de "Falsa Alarma", donde la variante Ómicron se propaga más lentamente que la Delta y no tiene un efecto significativo sobre el crecimiento mundial y la inflación.
El último escenario, es un panorama "Alcista". Goldman habla así de una variante Ómicron que es ligeramente más transmisible, pero causa una enfermedad mucho menos grave. En este escenario especulativo de "normalización", una reducción neta de la carga de la enfermedad hace que el crecimiento mundial sea mayor de lo plantea el banco en sus proyecciones. La inflación es probablemente menor a medida que el reequilibrio de la demanda y la recuperación de la oferta de bienes y mano de obra se aceleran.
El banco ha decidido no alterar por el momento sus proyecciones de crecimiento ante una posible falsa alarma
"El resultado es que la variante Ómicron podría tener efectos considerables sobre el crecimiento, pero que el abanico de resultados médicos y, por tanto, económicos sigue siendo inusualmente amplio", reconocen los economistas de Goldman capitaneados por Jan Hatzius, en un análisis distribuido esta semana entre sus clientes.
Hatzius y su equipo aseguran que teniendo en cuenta esto y la posibilidad de una "falsa alarma", el banco ha decidido no alterar por el momento sus proyecciones de crecimiento, inflación y política monetaria hasta que el impacto de la nueva variante sea algo más clara.
