Lo de Irlanda es un milagro. Esta es la primera conclusión que se podría extraer de la economía celta si se analizan de forma aislada las abstractas cifras de PIB o deuda pública. Los irlandeses terminarán este año siendo un 20% más ricos que antes del covid (España no alcanzará los niveles precovid hasta 2023), al menos para las estadísticas, gracias a una economía que está casi triplicando el crecimiento medio de la zona euro.
Además, el PIB per cápita oficial de Irlanda seguirá siendo uno de los más altos del mundo, duplicando casi al del Reino Unido y poniendo tierra de por medio con Suiza, algo que no encaja demasiado con la realidad que se percibe dando un paseo por las calles de Irlanda o hablando con sus habitantes. ¿Qué hay detrás de este extraño milagro?
Cuando todo se basa en el PIB
El análisis de la economía irlandesa basado en el PIB es espectacular. La economía salvó el 2020 con crecimiento positivo, mientras que la actividad se desplomaba en el resto de Europa o en el vecino Reino Unido. Desde la agencia Fitch ponen de relieve la notable fortaleza económica de Irlanda durante la pandemia del covid-19, lo que ha llevado a la agencia a duplicar su pronóstico de crecimiento del PIB real para 2021. "Esperamos que el PIB irlandés sea más de un 20% mayor en términos reales este año en comparación con su nivel previo a la pandemia, lo que convierte a Irlanda en la economía con un crecimiento más rápido de todos los soberanos calificados durante ese período".
La Comisión Europea también destaca en sus últimas previsiones el buen desempeño del 'tigre celta'. El PIB avanzará un 14,6% este año, mientras que el ratio de deuda pública sobre la producción caerá en los próximos años hasta suponer poco más del 50% en 2023, siendo así uno de los pocos países que aún cumple las anquilosadas reglas del Tratado de Maastricht (deuda por debajo del 60% del PIB). Por ejemplo, la deuda pública en España la deuda pública seguirá por encima del 115% del PIB en 2023.
Sin embargo, todos estos datos que 'adornan' la salud de la economía irlandesa crean una suerte de trampantojo que oculta una realidad diferente, no totalmente opuesta (es cierto que la economía de Irlanda es competitiva y el estándar de vida de la población es elevado), en la que se puede ver cómo las empresas multinacionales juegan un papel fundamental a la hora de inflar artificialmente el PIB y todos los indicadores que utilizan la producción total como base o ratio.
Un milagro a medias
Malgorzata Glowacka, Michele Napolitano y Mark Brown, analistas de Fitch, explican que la realidad es que buena parte de la recuperación está "impulsada por el destacado sector de empresas multinacionales extranjeras". ¿Qué quiere decir eso? Buena parte de la producción económica de Irlanda no la terminan disfrutando sus ciudadanos a través de unas rentas mayores. La actividad de las multinacionales incrementa la 'tarta' económica, pero a la hora de repartirla y comérsela, los irlandeses solo se llevan las migajas (a través de unos ingresos fiscales mayores y creación de puestos de empleo de calidad).
El PIB se puede medir por tres lados diferentes: el del gasto, el de la oferta y el de las rentas. Para entender lo que ocurre en Irlanda resulta más esclarecedor analizar el PIB por el lado de la renta, que es la suma la masa salarial (todos los sueldos de la economía), el excedente bruto de explotación (beneficios empresariales, renta de autónomos, intereses, alquileres...) y los impuestos netos de subvenciones sobre la producción y las importaciones. Como el PIB contabiliza todas esas rentas generadas en el interior sin tener en cuenta su 'nacionalidad', los beneficios e impuestos que pagan las multinacionales quedan reflejados en el PIB irlandés, aunque luego parte de esos beneficios viajen en una segunda fase de distribución a otros países en forma de dividendos.

Esto ha generado una situación curiosa en el país. Al analizar el PIB por el lado de la renta, el excedente bruto de explotación y renta mixta supone el 67,4% (frente al 40% de la Eurozona), mientras que los salarios solo representan el 27% de la tarta del PIB (frente al 50% de la Eurozona). El resto, hasta completar el 100%, son los impuestos a la producción. Es decir, el PIB de Irlanda está compuesto principalmente de beneficios empresariales (también intereses, alquileres...) que no permean de forma directa hacía la población residente en el país.
¿Por qué esos beneficios no incrementan de forma directa la renta de los irlandeses? Gran parte de las empresas que se han establecido en Irlanda durante años (atraídas por unos impuestos bajos: el tipo de Sociedades es del 12,5%), son filiales de multinacionales. Estas firmas repatrían buena parte de los beneficios obtenidos en Irlanda en forma de dividendos (aprovechando los convenios de doble imposición).
Grosso modo, los beneficios empresariales contabilizan como PIB en Irlanda (lo inflan), pero no afectan de la misma forma a la renta disponible de los irlandeses, puesto que este dinero se marcha a las regiones donde están establecidas las matrices de las empresas, incrementando la renta disponible en esos países (sobre todo la de los accionistas o dueños de esas firmas) o la inversión.
Desde la propia Irlanda se pone en duda las cifras de PIB. Patrick Honohan, gobernador del Banco Central de Irlanda hasta 2015, publicó un informe este año en el que cuestionaba los datos de PIB como indicador del bienestar de la población de su país: "La mayoría de la gente sabe que Irlanda no es la economía más próspera de Europa".
Este economista explicaba que "aunque la economía de Irlanda se ha estancado durante la pandemia, su PIB probablemente ha tenido mejores resultados en 2020 que la mayoría de las otras economías avanzadas. Esto consolidará la posición aparente de liderazgo del PIB de Irlanda en Europa. Esta aparente fortaleza se debe en gran medida al continuo aumento de las exportaciones de productos farmacéuticos y tecnologías de la información generadas por las empresas multinacionales, y enmascara el fuerte colapso del empleo y la actividad económica en la mayoría de los sectores", advertía este experto.
Cualquiera que haya estado siguiendo la economía irlandesa es muy consciente de que existen graves deficiencias del PIB como medida del bienestar económico, especialmente debido a las actividades de las multinacionales. Por lo tanto, la clasificación que coloca a Irlanda como la primera de su clase es claramente engañosa, asegura este experto.
"Cuando profundizamos en los datos disponibles en las partes más relevantes de la renta y el consumo per cápita, encontramos que la posición internacional relativa de Irlanda se encuentra entre el octavo y el duodécimo lugar en la Unión Europea, mucho más bajo de lo que comúnmente se supone. Esta caída en la clasificación proviene no solo de eliminar las distorsiones de las multinacionales, sino también de tener en cuenta el hecho de que los precios al consumidor en Irlanda son relativamente altos", sentenciaba Honohan.
Los expertos de Fitch confirman este punto en su informe y explican que "la economía de Irlanda se ha expandido a un ritmo extraordinario durante la pandemia debido a los excelentes resultados de exportación de las empresas multinacionales extranjeras, en particular en los sectores farmacéutico y de tecnologías de la información". Aunque el PIB esté muy por encima de 2020, la tasa de empleo, por ejemplo, aún está dos puntos por debajo de los niveles previos al covid.
Por ello, algunos indicadores que pueden ser más adecuados para analizar la economía irlandesa son la renta disponible de las familias, el consumo privado individual o también el producto nacional bruto o PNB (que tiene en cuenta la nacionalidad de los factores de producción en lugar de el sitio donde producen, como hace el PIB). Mientras que en otros países estos indicadores guardan una fuerte relación con el PIB per cápita (permitiendo que ese indicador refleje mejor el bienestar de la población), en Irlanda no es así.
Brecha entre PIB y renta disponible
Un buen ejemplo de esta disparidad se puede ver al comparar los datos de PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo o PIB PPA (elimina la distorsión de los diferentes precios en la economía) con los de renta disponible de los hogares. Según Eurostat, el PIB PPA de Irlanda es de 62.700 euros, siendo la economía más rica de Europa, según este indicador. Por el contrario, la renta disponible ajustada de los hogares en PPA deja a Irlanda con 21.877 euros, por debajo de la media de la zona euro, pero también de países como Italia o muy cerca de economías como la de España (20.831 euros de renta disponible per cápita).
La OCDE analizó este extraño fenómeno en la economía de Irlanda en 2015, cuando el PIB se disparó más de un 20%. La nota advirtió entonces de que la renta disponible de los hogares es mejor indicador para conocer el bienestar de la población, dada la elevada distorsión que causaba en el PIB las empresas multinacionales. "Unos niveles altos de PIB no significan necesariamente niveles altos de ingresos (netos) que fluyen hacia los residentes de una economía. Esto se debe a que algunos de los ingresos generados por la producción pueden repatriarse a no residentes, por ejemplo, en el caso de los ingresos generados por filiales de empresas multinacionales", advertía la nota de la OCDE.
"Como conclusión, el PIB de Irlanda queda inflado artificialmente por los flujos utilizados por las empresas multinacionales cuando intentan mejorar su planificación fiscal. Hay efectos secundarios de estas actividades en la economía irlandesa más allá de los ingresos fiscales, y la pandemia que han puesto de relieve la desconexión entre el PIB y el PNB (ajustado) más que nunca, ya que la actividad económica puramente nacional sí se ha visto interrumpida por las medidas de distanciamiento social", sentencian los economistas de Fitch.