El Gobierno irlandés presenta hoy unos presupuestos generales para 2016 que contemplan, por primera vez en años, una importante bajada de los impuestos y un aumento significativo del gasto público. Entre los impuestos destaca la posible reducción para algunas empresas del Impuesto de Sociedades al 6,25%. Este tipo reducido es sólo para los beneficios derivados de las patentes y la propiedad intelectual.
Irlanda ya contaba con uno de los Impuestos de Sociedades más bajos del mundo, concretamente del 12,5%, ahora este gravamen será más bajo para las empresas tecnológicas o farmacéuticas que obtiene gran parte de sus ingresos de la propiedad intelectual y las patentes. Este movimiento ha sido llamado por el Gobierno como la 'caja de desarrollo del conocimiento'.
Aunque esta medida es novedosa en Irlanda, países como el Reino Unido, Luxemburgo y Holanda ya tienen establecidos unos gravámenes inferiores al tipo general para la propiedad intelectual.

El Ejecutivo de coalición entre conservadores y laboristas quiere así suavizar la austeridad que ha marcado su política económica desde que llegó al poder en febrero de 2011, tres meses después de que el anterior Gobierno pidiera un rescate a la Unión Europea (UE) y al FMI por 85.000 millones de euros.
Dublín abandonó con éxito ese programa de ayuda en 2013 y la economía nacional vuelve a crecer ahora más que la de la mayoría de sus socios comunitarios, lo que ha llevado al ministro de Finanzas, Michael Noonan, a diseñar lo que los expertos han calificado de presupuestos "benignos" y "familiares".
El pasado año, Noonan presentó unas cuentas para 2015 cuyo objetivo era situar el déficit público por debajo del 3% del PIB, como pide Bruselas, y, en consecuencia, Noonan se vio obligado, dijo, a acometer un ajuste valorado en 2.000 millones de euros.
Este año, a pocos meses de la celebración de unas elecciones generales y ante la buena marcha de la economía, el ministro conservador tiene previsto inyectar unos 1.500 millones de euros.
Este ingreso, apuntan los observadores, servirá para eliminar algunos de los impuestos más impopulares introducidos al comienzo de la crisis económica en 2008, al tiempo que se reformarán también las bandas fiscales.
El primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, no ha querido aún anunciar la fecha de las próximas elecciones generales, pero todo apunta a que se celebrarán la próxima primavera.
De momento, los indicadores económicos juegan a favor de la coalición de Gobierno, que se atribuye el hecho de que el PIB irlandés crezca a un ritmo cercano al 6% y que la deuda pública se haya reducido desde el 120% del PIB, alcanzado en 2012, hasta el 100% actual.