
Irlanda y Grecia fueron rescatados por la 'troika' ante la incapacidad de sus gobiernos de emitir deuda en los mercados financieros. Los inversores dejaron de fiarse de la solvencia de estos países y pedían interese elevadísmos para comprar sus bonos. Varios años después del primer rescate, Irlanda es el país que más crece de la Eurozona y tiene una tasa de paro que por debajo de la media europea. Hoy, el Gobierno de Tsipras ha decidido cambiar su equipo negociador y marginar a Varoufakis tras las críticas del Eurogrupo.
A Grecia le ocurre todo lo contrario. ¿A qué se debe esta disparidad? Michael Heise, economista jefe de Allianz y autor del libro 'Resurgiendo de la Crisis de Deuda Europea: Haciendo que la Moneda Única Funcione' cree que el secreto está en las medidas aplicadas velozmente por Irlanda y en la flexibilidad del país anglosajón para adaptarse a los nuevos entornos.
Hesie cree que "Irlanda estuvo entre los países que fueron golpeados con mayor fuerza por la crisis económica. Tras años de un crecimiento extraordinario del sistema financiero irlandés, sus bancos incurriendo en grandes pérdidas y agujeros cuando la burbuja inmobiliaria estalló. Para evitar una corrida bancaria, el Gobierno garantizó el total de los depósitos de los bancos y otros pasivos", explica el economista jefe en Project Syndicate.
Como resultado de esta política la deuda pública de Irlanda creció desde el 25% del PIB en 2007 hasta el 120% en 2013. Sumando la deuda privada, Irlanda tenía una montaña equivalente al 400% del PIB, mientras que en Grecia la suma de ambas deudas se encuentra alrededor del 300% del PIB.
"Sin embargo, Irlanda ha recuperado el acceso a los mercados de capitales, los inversores invierten en la deuda irlandesa sin miedo. El coste de financiación del país es un punto porcentual inferior al de EEUU; la economía está creciendo con mucha fuerza; y el desempleo se encuentra por debajo del 10%", señala Heise.
La receta de Irlanda
El Gobierno de Irlanda recortó drásticamente los salarios públicos y las pensiones, elevó la edad de jubilación hasta los 68 años, recortó las prestaciones sociales e incremento el IVA. Con estas medidas y reformas Irlanda "ha demostrado gran resolución en un crisis tan severa".
No sólo han sido las reformas y la predisposición de los ciudadanos para acatarlas lo que ha sacado a Irlanda de la crisis. Entre Grecia e Irlanda hay muchas diferencias estructurales que vienes desde muy lejos: "La austeridad ha dañado la rígida economía griega (una de las menos flexibles de Europa) de una forma mucho más abrupta que en Irlanda, donde la flexibilidad del mercado laboral y de productos ha permitido un trasvase masivo de trabajadores desde el sector de la construcción y financiero a otro sectores más productivos. La economía se ha beneficiado de la creación de un sector exportador fuerte y de los grandes lazos de unión con Reino Unido y EEUU", dos economía flexibles que han salido mejor de la crisis.
Michael Heise señala que "el crecimiento irlandés se ha logrado por varios factores. La contención salarial y los aumentos de productividad han mejorado la competitividad del país, mejorando las exportaciones. Por otro lado, la caída del precio del petróleo y el descenso del desempleo han estimulado el consumo interno, lo que ha permitido que la recuperación se haya expandido a otros sectores".
Para concluir, este economista cree que "la actitud de Irlanda debe ser la inspiración de Grecia y otros países de la Eurozona que también necesitan reconstruir su economía".