La inflación ha dado un paso más en España hasta situarse en el 5,5% anual en octubre, máximos desde septiembre de 1992, según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los precios siguen avanzando ante el encarecimiento de las materias primas, que está provocando un auge de la tarifa energética que pagan los hogares y las empresas, pero también del transporte usado para llevar todos los bienes a sus destinos finales. A su vez, las interrupciones en las cadenas de suministro globales están generando cierta escasez de algunos inputs que presionan al alza los precios nacionales a través de la importación.
El avance de los precios ha fulminado las previsiones de los analistas, que habían vaticinado una subida del IPC general del 4,8%. Los precios habían avanzado un 4% en el mes de septiembre. Por otro lado, la subida mensual de los precios ha sido del 2%, un ritmo muy elevado que no se veía desde 1986 (los precios han avanzado un 2% en un solo mes).
El INE informa de que dentro de este comportamiento destacan las subidas de los precios de la electricidad y, en menor medida, los carburantes y lubricantes para vehículos personales y el gas, frente a los descensos registrados en octubre del año pasado.
Si bien es cierto que el IPC general está marcando tasas de variación históricas, hay que dar algo de contexto a la situación. Este incremento de la inflación se debe en buena parte a lo que se conoce como efecto base, puesto que los precios de hoy se comparan con los de hace un año. En octubre de 2020, el IPC cayó un 0,9%, arrastrado por la crisis del covid-19, que generó una recesión sin parangón en tiempos de paz, deprimiendo la demanda y hundiendo el precio de las materias primas (petróleo, gas...). Ahora, la fortaleza de la recuperación económica global está generando el efecto opuesto.
Por su parte, la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumenta cuatro décimas hasta el 1,4%, con lo que se sitúa más de cuatro puntos por debajo de la del IPC general. Esta es la diferencia más alta entre ambas tasas desde el comienzo de la serie, en agosto de 1986.
Algunos organismos financieros, como es el caso de Funcas, ya habían advertido de que la inflación podría alcanzar el 5% durante la parte final del año. No obstante, dentro de esas previsiones no se vaticinaba un auge tan feroz, ni tan temprano, puesto que se esperaba que el pico de la inflación llegase en noviembre.
Por otro lado, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (el que usa Bruselas para comparar las tasas de inflación de los diferentes países con una cesta homogénea) situó su tasa interanual en el 5,5%, lo que supone 1,5 puntos más que la registrada el mes anterior. Por su parte, el indicador adelantado del IPCA subió un 1,7% en tasa mensual.
Pese a todo, es importante tener en cuenta que este dato es provisional (aunque suele ser muy exacto) y que el INE publicará los datos definitivos del IPC de octubre el próximo 12 de noviembre.