Pelosi presiona para que se vote la agenda económica de Biden

Los demócratas retomaron el viernes las negociaciones para aunar posturas entre moderados y progresistas sobre el ambicioso paquete de gasto social aupado por la Administración Biden, con el objetivo de lograr desbloquear el proceso para aprobar por separado el proyecto de ley bipartidista de infraestructuras de un billón de dólares.

La votación de este plan, que incluye 550.000 millones de dólares en gasto adicional y del que se aprovecharán compañías españolas, tuvo que retrasarse de nuevo el jueves después de que los demócratas progresistas se opusieran a darle apoyo si no se garantizaba que el plan de reconciliación de presupuesto, que incluye 3,5 billones de dólares financiados en buena parte con subidas de impuestos, también llegaría a buen puerto en el Senado.

Los progresistas han conseguido mantener el destino del paquete de infraestructuras vinculado al proyecto de ley de reconciliación que promulgará el gasto social y elevará el impuesto de sociedades así como la fiscalidad a las rentas más altas.

La revuelta moderada

Aún así, el senador demócrata Joe Manchin confirmó a finales de semana que considera que 1,5 billones de dólares es el límite máximo del paquete que está dispuesto a respaldar. Sin su apoyo en la Cámara Alta, el proyecto de ley no lograría ser aprobado.

Al cierre de esta edición, los líderes demócratas del Congreso y la Administración Biden trataban de llegar a un acuerdo de 2,1 billones de dólares con Manchin y la senadora Kyrsten Sinema.

Paralelamente, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tenía previsto intentar votar el proyecto de ley de infraestructura. Pelosi comenzó la jornada con un caucus progresista envalentonado y una creciente frustración ante la perspectiva de que las negociaciones continuarían durante el fin de semana.

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