La quinta ola de la pandemia que sacude ya a todas la economías occidentales llega para España en el peor momento, cuando la apertura a la llegada de turistas en época estival está azuzando los niveles de actividad económica y aumentando la contratación. Pero este nuevo revés ya se nota en el termómetro de la recuperación, que en esta pandemia está siendo el sector servicios. Así, los autónomos de la hostelería y el comercio, habrían perdido en esta primera mitad del verano al menos un 60% de los ingresos registrados en el mismo periodo de 2019. Concretamente, esta situación la acusan más de siete de cada diez (75%) trabajadores por cuenta propia, según las cifras recogidas por UPTA, entidad representante del colectivo.
Desde la asociación califican la situación económica de "punto muerto", ya que la quinta ola está impidiendo la recuperación económica y la facturación en establecimientos de hostelería y comercios sigue siendo un 60% menor que en el verano del 2019.
"Las restricciones que están padeciendo muchas comunidades autónomas por causa de la Covid-19 están haciendo que los peores presagios se cumplan y que los autónomos sientan como pasa el verano sin que mejore la situación de sus negocios", lamentan desde UPTA justo cuando se comienzan a notar el repliegue de contrataciones de estancias y servicios vacacionales por la reciente recomendación de países clave para el buen desempeño estival como Alemania y Estados Unidos de no viajar a la Península ni a las islas por el fuerte repunte de contagios de las últimas semanas. Un hecho que, a parte de las medidas adoptadas por los países vecinos, está obligando a las propias comunidades autónomas a replegar la desescalada y recuperar ciertas restricciones.
Además, desde la asociación en base a la encuesta realizada entre sus miembros y el 76% manifiesta una bajada de facturación media con valores cercanos al 60% respecto al 2019, el 17% señala que ha perdido menos del 30% de facturación con respecto al mismo periodo del 2019 y solo el 7% reconoce una recuperación total de la facturación.
Por ello, desde UPTA han transmitido al Ministerio de Inclusión y Seguridad Social la necesidad de alargar el cese de actividad extraordinario para aquellos autónomos que sus actividades, por las condiciones epidemiológicas, están resultando seriamente afectadas. Una negociación que se llevará a término entre las asociaciones representantes del colectivo y el Gobierno a la vuelta de las vacaciones, en el mes de septiembre, y con la que se ampliaría este esquema de prestaciones extraordinarias al menos hasta final de diciembre del presente 2021.
"La cifra de altas en el Reta es un trampantojo que confunde la realidad por la que está pasando el mercado de trabajo por cuenta propia. El crecimiento se debe más a una ruptura del mercado tradicional de trabajo por cuenta ajena que a la necesidad real de emprender", lamenta Eduardo Abad, presidente de UPTA, que cree que esta situación "no goza de los cimientos sólidos para asentar los negocios y la mayoría de ellos desaparecen antes de cumplir los dos primeros años de vida".
Letanía de las ayudas directas
A ello se suma que cuatro meses después de que el Congreso de los Diputados diese luz verde al fondo de ayudas directas para pymes y autónomos de 7.000 millones, la realidad sobre el reparto del dinero transferido a las comunidades autónomas dista de la previsión del nivel de cobertura que se esperaba lograr. Concretamente, el 60% de estos fondos aún siguen retenidos en las haciendas autonómicas, unos 4.200 millones de euros. De modo que solo 2.800 millones han llegado en los últimos meses a paliar las necesidades del los trabajadores del colectivo más afectado por las restricciones aplicadas en los momentos más duros de la pandemia, y que también acusan las medidas coyunturales en los momentos de repuntes.