Cada vez se van conociendo más detalles acerca de la reforma de las pensiones que planea el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y que tiene en uno de sus pilares la modificación de las jubilaciones anticipadas. Uno de los colectivos afectados por los cambios es el que recibe las pensiones máximas, penalizado por la aplicación de los coeficientes reductores sobre la cuantía de la pensión y no sobre la base reguladora.
Este cambio, de acuerdo con el Ministerio, se ha ideado para ajustar e igualar los efectos de la jubilación anticipada para todas las pensiones, aunque se hará dejando un suelo garantizado. Según informa Las Provincias, a todos los trabajadores que estén cotizando por la pensión máxima (2.707 euros) o más, no podrán cobrar una pensión inferior a 2.598 euros mensuales tras la reforma.
Aquí entran todos los trabajadores que tienen bases de cotización de hasta 4.070 euros, el máximo actual, y que hasta ahora tenían coeficientes reducidos (de un máximo de un 4%) para compensar esa mayor cotización correspondida con una pensión inferior a su base cotizada. Los cambios contemplan reducciones de hasta el 17% para este tipo de pensiones.
Esta red de seguridad se consigue aplazando la puesta en práctica de los nuevos coeficientes reductores, que la reducirían por debajo de esa cantidad si se aplicasen desde el minuto uno de la reforma. Por el contrario, la intención del Gobierno es que, para este tipo de pensiones, se empiecen a adoptar en 2024 y de forma progresiva, gradual, hasta 2035. Esto no sucederá con el resto de pensiones.
Este punto, acordado tras las conversaciones con los agentes sociales, modifica la hoja de ruta inicial en este aspecto. En abril, Escrivá tenía otro planteamiento: que la adecuación de los coeficientes tuviese lugar en un periodo menor, de seis años.
La intención de la reforma de Escrivá es evitar el impacto negativo de la puesta en marcha de los coeficientes en esas pensiones altas, que de haberse aplicado desde el inicio supondría, en la práctica, pasar de reducciones máximas de un 4% a otras que podrían alcanzar el 17%. Así, se contempla esperar a que el sistema público de pensiones suba esas prestaciones máximas (es la idea del Gobierno, junto al destope de las cotizaciones) para que compense la aplicación de dichos coeficientes.
Cuando se ponga en marcha, eso sí, no cambiará el sistema de aplicación: se hará conforme a los coeficientes anunciados por Escrivá y divididos en cuatro grupos. Así, habrá diferencias entre los trabajadores con menos de 38 años y 6 meses cotizados, los de entre 38 años y 6 meses y 41 años y 6 meses, los de entre 41 años y 6 meses y 44 años y 6 meses y los que hayan cotizado más de 44 años y 6 meses.