
Tal y como se esperaba desde el pasado marzo, la Comisión Europea confirmará hoy que mantendrá el Pacto de Estabilidad y Crecimiento suspendido también el próximo año. Es decir, la Comisión mantendrá la cláusula de escape del Pacto en 2022, activada por primera vez en marzo de 2020, por lo que los Estados miembros no tendrán que cumplir con las reglas fiscales para reducir sus niveles de déficit por debajo del 3% del PIB y la deuda pública hasta el 60% del PIB.
Las últimas previsiones económicas de la Comisión, presentadas a principios de mayo, trajeron de vuelta el optimismo al horizonte económico tras un año largo de pandemia. Sin embargo, tal y como advirtieron los responsables económicos de la institución, el vicepresidente Valdis Dombrovskis y el comisario Paolo Gentiloni, todos los socios europeos no recuperarán los niveles previos a la crisis hasta finales del próximo año, a pesar de la mejora del crecimiento. Por eso, Bruselas quiere mantener su corsé fiscal aflojado para que los países continúen gastando y consolidar así la recuperación, sin perder demasiado terreno frente al despegue de EEUU y China.
La Comisión lleva meses diciendo que más vale pasarse con los estímulos, y retirarlos más tarde, que quedarse corto, y cortarlos demasiado pronto, como pasó en la salida de la pasada crisis marcada por la austeridad. Pero, al mismo tiempo, el Ejecutivo comunitario y el Eurogrupo (los ministros de Finanzas del euro) avisan de que en esta nueva fase de la recuperación toca ser más selectivos con las ayudas, y se debe respaldar a las empresas viables en los sectores más castigados, como el turismo.
Aunque Bruselas de momento no aprieta con el ajuste de las cuentas públicas, si avisa a los países más endeudados, como Grecia, Italia, España o Francia, que deben ir pensando en sendas fiscales para sanear sus economías cuando se supere la crisis sanitaria.
La suspensión del Pacto de Estabilidad por el covid-19 coincidió con la apertura de la revisión de las propias reglas fiscales. La Comisión, además de el Consejo Fiscal Europeo y países como España o Francia, quieren simplificar las normas, eliminar indicadores no observables que han complicado su aplicación, ajustar las sendas fiscales más a la realidad de los países y, en definitiva, contar con un marco que favorezca más la inversión productiva y menos la austeridad salvaje, sobre todo en épocas de crisis.
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