
La economía europea comienza a despegar según los datos de PMI de mayo, pero a la vez ya hay serios problemas entre la oferta y la demanda de productos y servicios en la zona euro. Los problemas en las cadenas de suministro, el encarecimiento de las materias primas y la incapacidad para aumentar la actividad llevan a las empresas europeas a tener un desfase histórico de producción. Las encuestas reflejan también que se ha producido el mayor incremento de precios medios cobrados por productos y servicios desde 2012.
La inflación ha dejado ya de ser una obsesión de los mercados a entrar en escena en la economía real. Los datos adelantados de PMI de la zona euro en mayo, las primeras cifras económicas en publicarse, dejan patente que las economías de la zona euro ya han despegado. El índice Compuesto, que engloba la actividad del sector servicios e industrial, creció hasta los 56,9 desde los 53,8 puntos registrados en abril, superando la previsión del mercado y situándose en el nivel más alto desde febrero de 2018.
Los PMI se han convertido en un indicador económico muy seguido durante la última crisis sanitaria por la capacidad de anticipar el cambio de tendencia de las economías, al elaborarse a partir de macro encuestas a empresas del sector servicios y manufacturero. Las compañías apuntan a que la actividad económica del sector privado se ha acelerado durante el mes de marzo, con la expansión de la vacuna y las menores restricciones en el sector servicios.
"Nunca antes ha habido tal desfase entre la demanda y la oferta"
Pero además el panel de respuesta de la consultora IHS Markit, encargada de elaborar el índice PMI, deja valiosa información sobre la evolución de la economía. Las empresas europeas advierten de dos problemas que pueden terminar por afectar a la recuperación. Por un lado, existe la incapacidad del sector industrial de fabricar suficientes productos para satisfacer a la oferta, por problemas con proveedores, mientras las cadenas de suministro siguieron deteriorándose. Esta circunstancia también se empieza a notar en el sector servicios. "El desfase de la actividad total con relación a la demanda se encuentra en su máximo nivel de los 23 años de historia del estudio", explica , Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit.
El experto apunta a que el crecimiento de la zona euro habría sido todavía mayor a no ser por las demoras récord en las cadenas de suministro, en el sector industrial, y las dificultades a la hora de reiniciar la actividad con la rapidez suficiente para satisfacer la demanda en el sector servicios, "especialmente por lo que respecta a la recontratación".
Por otro lado y relacionado con el primer problema, como la demanda siguió sobrepasando a la oferta en el caso de muchos productos y servicios, las presiones inflacionistas volvieron a aumentar en mayo. Los precios medios pagados aumentaron al ritmo más intenso desde marzo de 2011, impulsados por el alza más importante de los costes del sector industrial registrada desde que se dispone de datos, hace 24 años. Los costes del sector servicios también subieron a un ritmo más acelerado, registrando el alza más intensa desde noviembre de 2018.
Pero lo más importante es que los precios medios cobrados por los productos y servicios aumentaron al ritmo más acelerado desde 2002. El informe de IHS indica que la subida de precios se vio impulsada por un incremento récord del estudio en los precios de venta del sector manufacturero, pero las tarifas cobradas por el sector servicios también aumentaron, más modestamente, pero se situó en máximos de casi dos años.
"La combinación de un rápido retorno de la demanda de servicios y la escasez de insumos que está creando están creando un entorno perfecto para una inflación creciente de los oleoductos. Los precios de los insumos han estado subiendo bruscamente desde hace unos meses y el PMI indica que las empresas manufactureras le están fijando el precio al consumidor. El aumento de la inflación de los bienes industriales no energéticos fue solo del 0,4% en abril, pero esperamos que tenga una tendencia al alza en los próximos meses", indica Bert Colijn, economista senior de ING Economics.
Los expertos esperan que las presiones inflacionistas sean temporales
"La duración de estas presiones inflacionistas dependerá de la rapidez con la que la oferta vuelva a equipararse con la demanda, pero por ahora la desigualdad se está intensificando, generando las mayores presiones en los precios de los productos registradas en la historia de la encuesta y un aumento en los precios de los servicios", reconoce Williamson.
La aceleración de la inflación en la zona euro plantea un reto a corto plazo para la recuperación, supone que las presiones inflacionistas han comenzado a azotar a la región apenas iniciarse el despegue de la economía y sin recuperar de la caída de PIB que supuso la pandemia.
Los precios disparados, además, pueden terminar trastocando los planes del BCE para impulsar el crecimiento en la zona euro de forma definitiva. Las tensiones inflacionarias se pueden terminar filtrando a los intereses en el crédito y ahogar la recuperación. El BCE se reunirá el próximo mes para decidir si debe reducir el ritmo del programa de compra de bonos de emergencia, que se aceleró este trimestre para contrarrestar la presión al alza sobre un endurecimiento del endeudamiento debido a la recuperación más rápida de Estados Unidos.
"El incremento de los precios sigue siendo impulsado en gran medida por factores temporales", asegura Yves Bonzon, CIO de Julius Baer. Considera que "a partir de junio, el efecto base debería hacer bajar la inflación en lugar de empujarla al alza".
"En cuanto al resto, gran parte puede atribuirse a otros factores de recuperación que se resolverán en los próximos meses, como los cuellos de botella en el suministro y la recuperación de la demanda, que se ve acelerada por la acumulación de ahorros involuntarios durante la pandemia", añade.
También es la postura de Mateusz Urban, economista de Oxford Economics. "Los retrasos por el lado de la oferta y las crecientes presiones sobre los costes siguen siendo graves, pero esperamos que disminuyan gradualmente en los próximos meses", apunta el experto.
En el caso de los servicios, la inflación está rezagada respecto a la industria, pero a medida que se produzcan reaperturas, los precios también tenderán al alza, "aunque solo sea para compensar las caídas observadas durante 2020", señalan desde ING.
En algún momento tendrá que empezar a notarse los famosos "efectos de segunda ronda" de la inflación. La inclinación a que su subida es temporal se debe a que se está dando, principalmente, en materias primas y energía, los componentes más rápidos y volátiles en responder al incremento de la demanda. Las empresas son las primeras en sufrir el incremento de coste. Los siguientes serán los consumidores.