
Tras la larga fiesta del milagro económico español, en el arranque de este milenio, llegó la dura resaca detonada por la crisis de 2008. Esta vez, a la profunda caída provocada por el covid-19, se espera que siga una vigorosa recuperación del crecimiento sin par en la UE. "Los datos de España son muy positivos", resumió este miércoles el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, al presentar las últimas previsiones de la Comisión Europea.
Tras el hundimiento de nuestro PIB del 10,8% el pasado año, el mayor pinchazo entre los socios europeos, el Ejecutivo comunitario mejoró considerablemente nuestras cifras de crecimiento hasta el 5,9% y el 6,8%, siendo la economía europea que más crezca en 2021 y 2022. Gracias al impulso de los fondos de recuperación a partir del verano, España logrará recuperar los niveles de PIB previos a la pandemia a finales del próximo año, frente a las previsiones anteriores que lo colocaban en 2023.
Pero bajo el brillo optimista de las ultimas proyecciones de Bruselas también llegaron desafíos, riesgos e interrogantes que podrían debilitar el despegue español, según advirtió la propia Comisión en su documento.
Absorción de los fondos
España será el país que más ayudas no reembolsables recibirá del fondo de recuperación, unos 69.500 millones de euros. La Comisión prevé que recibamos la mitad de ellas para finales del próximo año, siendo en 2022 cuando más se notará su impacto. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario reconoce que uno de los interrogantes sobre nuestro crecimiento será la absorción del estímulo europeo, dada la ingente cantidad de recursos. En un documento publicado el pasado enero, el BCE también apuntaba a la "capacidad institucional" de los Estados miembros para absorber los fondos y la calidad de sus proyectos al valorar el impacto que tendrán las inversiones del estímulo europeo.
Incertidumbre
Aunque la vacunación ha reducido "ligeramente" la incertidumbre, la Comisión apunta que el horizonte económico para España "todavía está sujeto a un grado de incertidumbre mayor de lo normal". Bruselas explica que la falta de claridad se debe al peso del sector turístico en nuestra recuperación, a las dudas sobre cómo responderán las empresas y hogares a la paulatina vuelta a la normalidad, y al tamaño e impacto de las medidas que todavía se tomen para contener la pandemia, además de la propia absorción de los fondos.
Elevado desempleo
A pesar de los ERTE y otras medidas para ayudar a los autónomos, el desempleo se disparará este año muy por encima de la media europea (7,6%) hasta alcanzar el 15,7%. Seremos el segundo país con la mayor tasa de parados, tan solo superados por Grecia (16,3%). El impresionante impulso del PIB con los esteroides del fondo se reflejará en una reducción del desempleo hasta el 14,4% en 2021, el doble de la tasa europea el próximo año. El gobierno se ha comprometido a una reforma del mercado laboral, para reducir la temporalidad, la precariedad y simplificar los contratos, como parte del plan de recuperación para acceder a los fondos.
Quiebras
Uno de los aspectos que más preocupan en la UE en la salida de esta crisis es la supervivencia de las empresas, una vez se retiren las medidas de urgencia aprobadas, incluyendo las líneas de crédito, moratorias y garantías. Un asunto que sobre todo salta al radiografiar la economía española. La Comisión advirtió este miércoles que el daño causado a los beneficios corporativos podría llevar a quiebras empresariales, "con riesgos para la capacidad productiva y el empleo". En las pasadas previsiones de febrero, el Ejecutivo comunitario ya advirtió del riesgo de una ola de insolvencias al terminar con las medidas de apoyo.
Sectores más impactados
Parte importante de la preocupación de Bruselas sobre una ola de quiebras en nuestro país, y del mayor hundimiento de nuestra economía el pasado año, se debe al peso del turismo, el sector minorista y la restauración en España. Estos tres sectores fueron los más afectados por la pandemia, y también serán los que se recuperen más lentamente por la elevada interacción social. Además, a pesar de la expansión de las vacunas, la Comisión advierte en sus previsiones de que el próximo año "el riesgo de infección permanecerá". "Por lo tanto, se supone que se implementarán algunas medidas de contención limitadas según sea necesario", añade.
Cuentas desequilibradas
El impacto del covid-19 ha agravado los problemas que llevamos años arrastrando con nuestras finanzas públicas. España, el primer país junto con Portugal en haber sido sancionado por violar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, es el país con el mayor déficit estructural de la eurozona, un mal crónico que ha imposibilitado mantener las cuentas saneadas y
reducir la deuda cuando no había vientos de cola. El impacto del virus, y las diferentes medidas que se tomaron para amortiguarlo, dispararon la deuda pública casi 25 puntos hasta tocar techo en el 120% del PIB el pasado año, mientras que el déficit llegó hasta el 11% del PIB. El impulso económico y la llegada de los fondos facilitará una reducción gradual del endeudamiento hasta el 119,6% y el 116,9% este año y el que viene, mientras que el déficit caerá hasta el 7,6% y el 5,2%, siendo uno de los países con las cuentas públicas más desequilibradas. Aunque Bruselas no apretará el próximo año, al mantener el Pacto de Estabilidad suspendido, la Comisión ya avisa que los países con mayor endeudamiento deberán ir pensando en sendas fiscales para sanear sus cuentas a medio plazo.
El mayor impulso… pero una salida retrasada
Los buenos datos de nuestro PIB, la revisión al alza del crecimiento, y la superación de la crisis a finales de 2022, antes de lo previsto, son buenas noticias tras meses de proyecciones muy negativas, indicadores por los suelos y un horizonte plagado de riesgos. Pero la pesada losa que arrastraba España también impedirá que salgamos de esta crisis tan rápido como nuestros vecinos.
Al mejorar sus datos también para el conjunto de la UE, la Comisión Europea adelantó a finales de este año la vuelta a los niveles de PIB previos a la pandemia, medio año antes de lo previsto. Es decir, Europa recuperará el terreno perdido por el virus un año antes que España.
La Comisión lleva tiempo avisando que la salida de esta crisis será desigual, no solo entre Estados miembros sino también entre sectores. Y España, que ya cargaba con vulnerabilidades importantes como el elevado desempleo y enorme endeudamiento, se ha visto especialmente afectada por el covid-19 por su estructura económica. El fondo de recuperación fue precisamente aprobado para reducir esta salida desigual de la crisis. Por eso, al tener en cuenta el impacto de la ayuda europea en estas previsiones de primavera, España mejoró su proyección un punto y medio para el próximo año.
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