Tras años de tipos de interés negativos en la Unión Europea, los bancos ya tenían poco margen para pagar intereses a sus depositantes. El hecho de que durante la pandemia muchos de sus clientes hayan incrementado sus ahorros al no poder salir de sus casas y gastar menos les ha apretado aún más las tuercas. Si se tiene en cuenta, además, la particular capacidad ahorradora de los alemanes, el resultado de la ecuación es claro: los bancos del país han empezado no solo a no pagar intereses a sus depositantes, sino a cobrarles por guardar su dinero.
Los bancos europeos han intentado resistirse hasta ahora a tener que repercutir los tipos negativos a los clientes desde que el BCE los implantó en 2014. Los más atrevidos se limitaron a hacerlo con empresas que hacían grandes depósitos, algo menos problemático que instaurarlo para los clientes de a pie. Para poder asumir el coste de los tipos negativos, las entidades optaron por aplicar, entre otras medidas, tarifas más faltas.
El escenario de pandemia, con mayor ahorro ciudadano, ha dejado esas medidas en insuficientes. Las entidades argumentan precisamente que ya no pueden absorber los tipos negativos que les cobra el BCE por aparcar su dinero allí -la tasa de depósito del BCE es del -0,5%-. Hay que tener en cuenta que cuantos más depósitos de clientes tengan los bancos, más dinero tendrán que aparcar en el banco central y más intereses pagarán.
La situación se ha evidenciado especialmente en Alemania con sus ahorradores habitantes. Aproximadamente el 30% de todos los depósitos de los hogares en la eurozona se encuentran en Alemania, según el BCE. El año pasado, los depósitos en el país aumentaron un 6% a un récord de 2,55 billones de euros, ya que la gente prefería no gastar durante la pandemia o simplemente no tenía dónde gastar, con restaurantes cerrados y viajes restringidos.
Según el portal de comparación de precios Verivox, ascienden ya a 237 los bancos en Alemania que cobran intereses a sus clientes individuales por los depósitos, frente a los 57 que lo hacían antes de la pandemia en marzo del año pasado. Los cargos oscilan entre el 0,4% y el 0,6% para un rango de depósitos que van desde los 25.000 a los 100.000 euros.
Dos de los grandes bancos alemanes, Deutsche Bank y Commerzbank, trasladan ya desde el año pasado a sus nuevos clientes que deben pagar un tipo anual del 0,5% para mantener grandes sumas de dinero con ellos. Este contexto ha creado una situación ciertamente inusual. Los bancos, que siempre han tomado de buen grado los depósitos como una forma de financiación, les están diciendo directamente a sus clientes que se vayan, que se lleven sus depósitos a otra parte. Y no es una metáfora: las entidades incluso están proporcionando nuevas herramientas online para ayudar a sus clientes a llevarse sus depósitos a otros lugares.
El Wall Street Journal recoge el testimonio de un cliente alemán para demostrar lo que está ocurriendo. Alex Bierhaus, directivo de una fintech radicada en Düsseldorf, recibió una carta el año pasado una carta de su entidad, Commerzbank, informándole de que iban a empezar a cobrarle un interés del 0,5% por aquellos depósitos que superasen los 100.000 euros. Para no tener que pagar por, simplemente, guardar su dinero, Bierhaus, cuyos ahorros se dispararon sin visitas a restaurantes ni viajes de vacaciones, transfirió unos 60.000 euros a un banco italiano y a otro sueco a través de una plataforma online llamada Raisin, que permite a los clientes comparar y elegir entre las mejores tarifas bancarias de toda Europa.
Bierhaus ni siquiera recuerda el nombre de los bancos a los que ha transferido sus ahorros, pero asegura que se siente cómodo dado que Europa tiene garantías nacionales sobre todos los depósitos de hasta 100.000 euros. Tras el cambio, recibe un interés del 0,8% sobre los depósitos fijos a un año. "No me importaría recibir nada por mi depósito, pero que me pidan que pague es demasiado", zanja al mismo tiempo que un portavoz de Commerzbank jura y perjura que "nuestro objetivo principal no es cobrar dicho depósito, sino asesorar y reasignar fondos a otras formas de inversión".
Una tendencia al alza
Desde Raisin aseguran al WSJ que Alemania supone su mayor mercado, que ha ido en aumento a medida que más bancos han comenzado a cobrar por los depósitos. El número de clientes que utiliza la plataforma en Europa aumentó más del 40% hasta los 325.000 en 2020. El volumen de depósitos que se movieron a través de la plataforma aumentó en un 50% hasta sumar 30.000 millones de euros. Raisin incluso trabaja mano a mano con algunos bancos e integra su servicio dentro de los sitios web de algunas entidades.
La pujanza de esta vía ha hecho que Deutsche Bank, que cobra a los nuevos clientes con depósitos de más de 100.000 euros, compre una participación en un competidor de Raisin llamado Deposit Solutions. Los clientes del banco alemán utilizan esta plataforma para seleccionar ofertas de depósito en cinco bancos diferentes de países como Italia, Austria y Francia.
La delicada situación económica europea hace que el BCE no se plantee una revisión de su tipo de depósito, con lo que no hay visos de que esta dinámica vaya a cambiar. Un ejemplo inmediato es el de Dinamarca, donde llevan más años con tipos negativos y los bancos cobran ya a una cuarta parte de los depositantes del país. La otra cara de la moneda para los clientes es que, en algunos casos, no tienen que pagar nada por pedir prestado. Nordea Bank Abp ya comenzó este mes de enero a ofrecer hipotecas a 20 años al 0%.