
Era un secreto a voces que costaba reconocer. Diplomáticos y funcionarios comunitarios especulaban estas semanas sobre las fórmulas para salvar el veto de Hungría y Polonia al megapaquete presupuestario de 1,8 billones de euros para relanzar la economía europea tras el impacto de la pandemia
Este miércoles, un alto cargo comunitario confirmó que la Comisión Europea está ya explorando opciones para salvar el bloqueo de Hungría y Polonia, y que dejaría a ambos países fuera del fondo de recuperación de 750.000 millones de euros. Un golpe político a dos socios que durante los últimos años se han ido distanciando del resto de sus vecinos con la erosión al Estado de Derecho, y también bloqueando propuestas en asuntos como la migración y el clima. Está por ver hasta dónde llegarán las consecuencias de este pulso que mantiene la mayoría con los dos rebeldes. Algunos diplomáticos ya habían advertido que ambos países tenían que replantearse su posición en la UE, justo cuando el bloque está aun digiriendo la dolorosa salida del Reino Unido.
La Comisión aun confía en encontrar una solución a finales de la semana que viene, cuando los líderes de la UE se reúnan los días 10-11 para discutir el veto de Budapest y Varsovia.
Los líderes de Hungría y Polonia, Viktor Orban y Mateusz Morawiecki, han insistido sin embargo durante los últimos días en que no darán su bendición a menos que la condicionalidad del Estado de Derecho adjunta a los fondos de la UE se diluya sustancialmente o se elimine.
Si ambos insisten en su veto, un alto funcionario de la UE se mostró "bastante seguro" con que se podría encontrar y aplicar una solución "con bastante rapidez" para "replicar los efectos" del fondo de recuperación sin Hungría ni Polonia.
La Comisión podría armar para enero una solución "puente" basada en la legislación de la UE. Las opciones que se están considerando incluyen una cooperación reforzada entre el resto de 25 Estados miembros o un sistema de garantías nacionales para respaldar el endeudamiento de 750.000 millones de euros para financiar fondo.
Las fuentes oficiales no quisieron entrar en detalles, ni aclararon qué pasaría con la parte del fondo de recuperación adjudicado a Hungría y Polonia.
Incluso si los Estados miembros se ven obligados a recurrir a esta solución "puente", el estímulo europeo aun podría transferirse a los Estados miembros para el próximo verano como estaba planeado, una vez que se complete el proceso de ratificación en los Estados miembros.
La oposición de Budapest y Varsovia al acuerdo presupuestario de la UE ha complicado además la transición hacia el próximo marco plurianual de la UE (2021-2027) y la adopción del presupuesto para 2021 bajo este nuevo marco.
La fecha límite para que el Parlamento Europeo y los Estados miembros lleguen a un acuerdo sobre el presupuesto anual es el 7 de diciembre.
Dado que no existe la unanimidad necesaria para el nuevo marco, en virtud del cual se elaboró el proyecto de presupuesto para 2021, la Comisión deberá presentar un nuevo proyecto de presupuesto para el próximo año dentro de los límites presupuestarios del marco de 2014-2020.
La propuesta estaría lista a principios del próximo año, aseguró un alto cargo comunitario, y debería ser adoptada por el Parlamento Europeo y los Estados miembros por mayoría cualificada, por lo que no habría posibilidad de veto por parte de Hungría y Polonia.
Hasta que se complete la adopción del nuevo presupuesto para el próximo año, la UE tendrá que operar bajo el sistema de "duodécimos provisionales" por primera vez desde 1988.
Esto significa que cada capítulo del presupuesto se financiará mensualmente, hasta un máximo de una doceava parte de los pagos del año anterior o del proyecto de presupuesto, el que sea más bajo.
Básicamente, se mantendría los pagos comprometidos en años anteriores y los costes administrativos. Sin embargo, la UE no podrá comprometerse con nuevos proyectos en la mayoría de sus programas, como Cohesión o Innovación, y no se pagarán los llamados 'cheques' a algunos de los contribuyentes netos al presupuesto de la UE.
Además, se perderán entre 25.000 y 30 000 millones de euros en fondos de cohesión incluso una vez que se apruebe un nuevo presupuesto para 2021 en el marco del actual marco financiero plurianual, dado que el marco de 2014-2020 cuenta con techos presupuestarios inferiores a los del próximo presupuesto plurianual.
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