Economía

Las víctimas de violencia de género desempleadas no confían en encontrar trabajo pronto

  • Un 6% de las mujeres encuestadas piensa que no lo encontrará nunca
  • El 95% considera que un empleo estable es fundamental para resurgir
  • La mayoría prefiere el trabajo presencial al teletrabajo para poder salir
Foto: iStock

El 95% de las víctimas de la violencia de género y desempleadas considera el empleo como un aliado pero el 85% de ellas considera que tardará más de un año en encontrar un trabajo estable que les ayude a salir adelante. Afectadas casi la mitad por el paro de larga duración, la pandemia, que ha agravado más su situación, ha empujado a un 43% a la búsqueda activa de empleo.

Así se desprende del informe Un empleo contra la violencia que la Fundación Adecco ha presentado coincidiendo con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. En concreto, el estudio señala que el 54% prevé encontrarlo, como pronto, en un plazo de en torno a dos años, un 25% cree que tardará aún más e incluso un 6% piensa que no lo encontrará nunca.

Solo un 5% de las mujeres encuestadas no cree que el trabajo repercuta en su situación. Para las demás, es sinónimo de autonomía, independencia, confianza o desconexión y un impulso para poder empezar de nuevo, aunque el mercado laboral sigue siendo poco favorable para las mujeres en general y para las mujeres maltratadas en particular.

Mercado laboral discriminatorio

Del 95% que forma parte del estudio, casi la mitad, un 47%, se encuentra en situación de paro de larga duración y un 43% ha decidido busca empleo de forma activa durante la pandemia tras vivir meses de aislamiento impuesto para frenar el covid. ¿Por qué tanto desempleo? La respuesta está en los prejuicios.

Las reticencias aún existentes por parte de algunas empresas para contratar mujeres víctimas de malos tratos se basan en la idea de debilidad que envuelve a estas mujeres. Conscientes de ello, el 52% considera que las empresas, lejos de estar sensibilizadas con la violencia de género, tienden a estigmatizarla y "evitan contratarlas porque las asocian con personas inseguras y/o problemáticas". Por el contrario, el 48% restante defiende que las empresas cada vez se muestran más sensibilizadas y comprometidas en este sentido.

Los meses de pandemia, especialmente aquellos de confinamiento prácticamente total, y la necesidad de salir de casa también marcan la diferencia en cuanto a la preferencia de modalidad de trabajo. Si el teletrabajo ha abierto un nuevo mundo para muchos empleados, las mujeres desempleadas víctimas de violencia machista prefieren, de manera abrumadora, el trabajo presencial. En concreto, el 89% de las consultadas se posiciona a favor de ir a la oficina, también porque consideran que favorecerá a construir lazos y redes de apoyo sólidos.

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